martes, 30 de octubre de 2007

LA BANDERA



Hay quien se enzarza en estériles batallas por colocar o quitar banderas, provocando una caterva de sentencias y valoraciones de escaso fundamento y menor eficacia, derrochando (unos y otros) esfuerzos dignos de mejor encomio.

A fin de cuentas son telas de colores y podemos caer en la tentación de coger repulsión a alguno de éstos por el mero hecho de estar en el pendón antagónico, sufriendo una urticaria cada vez que un nacionalista periférico ve un cartel circense, con los tradicionales rojo y amarillo, o una gastritis aguda, caso del constitucionalista (¡vaya eufemismo para no llamarse nacionalista español!) que elija en una taberna de la Estafeta un pintxo a base de huevo, pimiento verde y remolacha cual bicrucífera ikurriña.

Siempre se ha dicho que los colores están para los gustos, no para los disgustos, y pienso que donde mejor estarían las inservibles oriflamas sería en la cocina, cumpliendo un doméstico servicio como trapo de cocina.

Y para aquellos que están dispuestos a morir (y matar) por ella, les recomiendo que la guarden en lo más hondo de su ser. Por vía rectal y almidonada.

En Pamplona/Iruña a 30 de octubre de 2007
Juanito Monsergas

lunes, 29 de octubre de 2007

¿ES JUSTO QUE SIGA LIBRE ESTE AGRESOR?


En la edición de El País del 28 de octubre, se recogen distintas consideraciones sobre las medidas aplicadas al agresor del tren de Barcelona y cuyas imágenes se han podido ver profusamente. Se dice que “pese al inmenso rechazo social generado, no ha merecido la prisión preventiva.” y que para los jueces es “una respuesta judicial correcta”.

No deja de sorprenderme que los golpes, los insultos, la vejación sexual, el abuso de poder, lo gratuito de la agresión, la condición de preeminencia sexual del atacante (o por lo menos eso se cree él), el nulo arrepentimiento del que hace gala, y el hecho de que la víctima sea prácticamente una niña, tengan por respuesta tan nimia condena: “una multa de dos a seis días de localización” (en caso de falta) o “una condena de dos años con suspensión de pena” (si se considera delito).

Tampoco pienso que le sirva al gurdo energúmeno su paso por el talego para inculcarle las más mínimas normas de convivencia ni para que entienda la responsabilidad de sus actos, pero creo que una agresión así no puede quedar en agua de borrajas, máxime con el circo mediático que se ha montado.

Es precisa una sentencia correctiva y ejemplar que repare y escarmiente. ¿Qué tal un año de prestación social (como asistente doméstico) en un penal ecuatoriano de mujeres? Si hay que pagarle el viaje yo doy 20 euros.

En Pamplona a 29 de octubre de 2007
Juanito Monsergas

EL HIMNO


Dada mi condición de ciudadano español y viendo que otros tan atrevidos como yo también lo han intentado (aunque con el secreto propósito de sacarme un dinerillo con los derechos de autor), he pergeñado una letra para el himno nacional.

Como se puede comprobar, su palpable polivalencia y la falta de acotaciones que pudieran herir la sensibilidad de los habitantes, así como la humildad de sus objetivos, lo hacen idóneo para todo tipo de patrias.

No obstante, al sentir particular de este humilde servidor que propugna la república federal ibérica, mi apuesta dice así:

Esta_Iberia nuestra
de montes y llanuras de ríos al mar,
yace compuesta de_aquellos que estaban
y los que_han venido_a residir aquí.

Y_entre todos juntos
a ver si conseguimos que vivamos bien,
sin grandes sustos ni_agobios
que no nos falte qué comer
ni_algo que celebrar.

chis pún

En Pamplona/Iruña a 20 de octubre de 2007
Juanito Monsergas

lunes, 15 de octubre de 2007

LA TIERRA, TIERRA ES


Tras la ruptura de la tregua, la fiscalía (seguramente a instancias del gobierno... ¡Viva la independencia judicial!) ha optado por encarcelar al mensajero.

Con estas detenciones no se busca perseguir un delito concreto (por mucha Ley de Partidos que se hayan sacado de la manga) sino en castigar una supuesta adhesión de los encausados a los objetivos de la banda armada dada su pertinaz resistencia a condenar la violencia de eta, desmarcarse de la organización con un criterio propio y apoyar exclusivamente las vías parlamentarias para solucionar las desavenencias políticas.

Muchas veces se ha puesto de manifiesto que a ese partido se le exige lo que no se les ha exigido a otros (condenar la sublevación militar de 1936, la utilización del terrorismo de estado, etc.) y resulta paradójico que se encarcele justo a los integrantes del conglomerado independentista que ejerce los medios políticos para reivindicar sus aspiraciones, dándoles argumentos para seguir apoyando la violencia si quieren llevar adelante sus objetivos.

Por una extraña asociación de ideas, me viene a la mente un vecino que tuve, al que la policía incautó tres plantas de cannabis. Ya ante el juez y cuando éste le preguntó si tenía algo que decir, contestó muy sereno:

-Señoría, con todos los respetos, el alijo de marihuana es de tres plantas, pero la policía ha incluido en el peso la tierra de las macetas y, que yo sepa, la hierba es hierba pero la tierra, tierra es y me están contando la tierra como maría.

Pues eso, Baltasar: que la planta es planta y la tierra, tierra es.

En Pamplona/Iruña a 15 de octubre de 2007
Juanito Monsergas (Juan sin tierra)

domingo, 14 de octubre de 2007

NIÑOS POLICÍAS


Siempre me ha incomodado las “jornadas de puertas abiertas” que, con motivo de alguna celebración castrense, invitan a los niños a familiarizarse con el arsenal exterminador. Parece como si quisieran convencerlos de que todas esas armas, tanques y explosivos sirvieran para otra cosa que matar a nuestros semejantes.

Ahora, y desde una remota columnilla de la escondida página de un periódico, nos llega la noticia de que los van a utilizar como agentes especiales contra la venta de alcohol, drogas o material multimedia pornográfico o violento.

Propuesta tan estrambótica no proviene de ningún país tercermundista o salvaje, acostumbrado a reclutar a los infantes o a traficar con ellos como mano de obra barata o “carne fresca”, sino del muy civilizado y democrático gobierno federal alemán.

Dudo mucho que esta práctica sea compatible con la Declaración de los Derechos del Menor de La Haya, que ampara a los menores y que un país de la Unión Europea como Alemania debería de respetar escrupulosamente.

¿Será que el estado germánico no tiene medios y personal suficientes para perseguir a los trapicheros y que no le basta con las denuncias que puedan hacer sus ciudadanos para erradicar la delincuencia en los entornos juveniles y quieren que todos seamos policías?

¿Será un primer paso en aras de instaurar los “policías de familia” para que en los hogares se respeten las leyes aún a costa de que nuestros chiquillos puedan denunciar a sus padres convirtiendo la civilizada sociedad occidental en un gran hermano orwelliano?

Bien mirado, tiene sus ventajas: si todos nos convertimos en “agentes del orden” ya no tendríamos que pagar ese servicio y nos ahorraríamos una pasta en impuestos.

En Pamplona/Iruña a 14 de octubre de 2007
Juanito Monsergas

SENTIMIENTOS VERSUS POLÍTICA


(En respuesta al artículo “Pasar de apadrinar a hacer política” de Puri Pérez Rojo. El País 9-X-07)

Al parecer de algunos “pensadores”, nosotros “la gente”, el vulgo, no nos cuestionamos las causas de la desigualdad social ni somos proclives al análisis global, pues basamos nuestras decisiones y opciones en impulsos emocionales, a modo de instintos básicos incapaces de sutilezas intelectuales... ¿qué les parece?

Según esta apostólica seguidora de Pere Saborit, las familias de acogida deberían plantearse “actos políticos” y no “actos de ayuda”, porque el corazón ha de estar desvinculado de lo político y social.

Opino que esta mordaz crítica, casi tachando a tales familias de consumidoras de productos humanos, es una arbitraria, agresiva, falaz e injusta intromisión en el ámbito de lo privado, que el propio sentido común opone a lo público.

Las emociones, por ser íntimas, domésticas y privadas, no conciernen al análisis social que, para ser riguroso, debería desvincular las motivaciones personales de los efectos globales. ¿Acaso al tratar de la institución matrimonial nos cuestionamos las razones particulares por las que cada uno se casa? ¿Cuando hablamos del aborto, la planificación familiar, la fecundación in vitro... importa ahondar en los impulsos emocionales que motivan tales elecciones? o bien, ¿Se puede acusar a los cooperantes de primar sus sentimientos sobre su conciencia social; sería lícito indagar en las razones privadas que determinan su decisión?

Es decir: ¿Hay que extirparse las emociones para hacer política? Antes de adquirir un compromiso social ¿Conviene amputarse el corazón? y, en definitiva, ¿Suceden los cambios sociales al margen de las emociones?

Srta. Pérez, parafraseando sus propios (o saborinianos) postulados, yo diría que a la hora de juzgar a los demás, ignora usted lo que realmente pensamos-sentimos-razonamos; se lo imagina por nosotros y lo decide por su cuenta (desde la atalaya intelectual en que sus emociones privadas la han encumbrado, separándola de la chusma). ¿Cuál es su opción: revolución sin emoción?

Desde luego puede ser un lema muy apropiado para los replicantes biónicos del siglo XXII; pero, de momento, sólo le recuerdo que “la gente” no somos tontos.

Por favor, póngase a la fila de los listos que están dispuestos a pensar e incluso a decidir por nosotros.

En Pamplona/Iruña a 14 de octubre de 2007
Lola Martínez Sobreviela, de las huestes del vulgo.

EL VELO


La Genrelalitat ha obligado a un centro escolar a readmitir a una niña expulsada por vestir el hiyab. Para mí está claro que la gestión de las aulas didácticas ha de ser meticulosa en la no adscripción a credo alguno, pero creo que tal exigencia no debe ser extensiva al alumnado.

No se esmera la administración en suprimir de colegios y escuelas otros signos religiosos, preservando el carácter no confesional de nuestra enseñanza, por muy cercanos culturalmente que nos resulten. Si toleramos las sotanas eclesiales, los tocados monjiles y los crucifijos al cuello, no veo por qué tenemos que escandalizarnos por que alguien lleve un pañuelo en la cabeza.

Entiendo que las personas que emigran de otros países pueden mantener sus costumbres siempre que no interfieran con las normas de la sociedad de acogida y que ésta no debe mostrarse intransigente ni cicatera con sus nuevos ciudadanos. Para todo hay una medida (no es lo mismo la ablación que el pañuelo, no es lo mismo la boda concertada a los 14 años que portar un turbante shij). Quizá nuestro empeño por erradicar el símbolo, conlleve un rearme en esa parte de su identidad que se siente amenazada.

Seguramente, si no damos mayor importancia a que las jóvenes que quieran acudan a clase con “mantilla”, éstas, con el tiempo, acabarán asumiendo los valores racionalistas de nuestra sociedad sin ningún problema.

Recuerdo los años de mi infancia en los que, tanto los denodados esfuerzos de padres y educadores, como el clima social que me tocó vivir, han hecho de mí un convencido ateo. Anti-teo, incluso.

En Pamplona/Iruña a 13 de octubre de 2007
Juanito Monsergas

viernes, 12 de octubre de 2007

LA PATRIA


Esgrimida tantas veces como pretexto para enfrentarnos a nuestros semejantes tocando a rebato con excusas rimbombantes, generalizados sacrificios mostrados y minoritarios provechos solapados.

Jaleada desde la retaguardia por vengativos verdugos, rearma su perentoria necesidad a fuerza de combatir la antitética equivalencia vecinal, herencia de nobiliarias patrañas bajo la bandera de la endogamia.


Hoy, día grande, preside la parada el representante de Dios en la Tierra, linaje sagrado por quien dar la vida con orgullo o, para los menos convencidos, bajo la amenaza de un mando pistola en mano.


Desfiles marciales para mostrar el arsenal de matarifes y medallas entorchadas cual cabeza de enemigo en pica, que demuestran la bravura de nuestras huestes encabezadas por el animal símbolo de resistencia, arrojo y falta de cordura: la cabra.


En Pamplona/Iruña a 12 de octubre de 2007

Juanito Monsergas

martes, 9 de octubre de 2007

CONSULTAS


El lehendakari quiere hacer una consulta para conocer la opinión de los habitantes de la Comunidad Autónoma Vasca sobre su futuro, se supone que con vistas a reformar el estatuto de autonomía.

No entiendo, aunque no me sorprende, la alergia de políticos jueces y tertulianos y opinadores mediáticos en rechazar el sondeo que pueda plasmar el criterio de los ciudadanos de Euskadi al respecto.

Ya sé que la pregunta tendrá trampa, pues depende de lo que se quiera por respuesta irá encaminada la interpelación. Aún recuerdo cuando nos preguntaron en la Transición si queríamos que nos embalsamaran a su “excelencia” o preferíamos el paquete que nos habían preparado. Pero de todas formas, no me parece mal que los gestores de la cosa pública pregunten de vez en cuando a la gente de a pie qué opina sobre temas diversos y nuestro papel en democracia no se limite exclusivamente a dar el voto cada cuatro años.

Como creo que pasaré a mejor vida sin que lleguen a preguntármelo, me adelanto en contestar que a mí lo que en realidad me convence es una república federal ibérica, con decisiones de todos cuando a todos compete y con autonomía en los temas locales, delimitación clara de funciones en las distintas administraciones (autonómicas, estatales, europeas... ), una redistribución de los impuestos justa y equitativa, que pague más quien más gana, que las organizaciones religiosas se autofinancien y la educación sea laica, listas electorales abiertas, auditorías periódicas en los órganos de gestión pública y en las cuentas de los partidos, romper relaciones con los países que aplican la pena de muerte o que sean paraísos fiscales...

Un momento que llaman a la puerta unos señores vestidos de blanco con una extraña camisa que se abrocha por la espalda...

En Pamplona/Iruña a 8 de octubre de 2007
Juanito Monsergas

miércoles, 3 de octubre de 2007

LUCES



Parece que los artífices municipales andan sobrados de luces, a tenor del cambio de farolas que se está operando estos días en el Casco Viejo.

Las luminarias (antivandálicas, al decir del concejal correspondiente) instaladas a raíz de la peatonalización del barrio, han sido sustituidas por otras amarradas a las paredes, se supone que para evitar que los ágiles sanfermineros consiguieran localidad de platea desde la que poder vislumbrar el encierro a vista de pájaro y que los no menos atléticos pájaros, amigos de lo ajeno, escalaran hasta los pisos en busca de magro botín.

En cualquier caso, sustitución de mobiliario urbano sin apenas haberlo amortizado, cual pavimento de Baluarte, expolio de las arcas municipales y alegría de proveedores que, gozosos del recambio, ven florecer sus bolsillos. ¿Pamplona somos tú? (Por cierto ¿Alguien podría explicar concordancia de género y número a las preclaras cabezas que rigen nuestros destinos?)

Ahora le podía tocar el turno a los focos de iluminación celestial de la Plaza del Castillo, empotrados en el asfalto para deslumbre de viandantes, competencia estelar y absurda contaminación lumínica.

Hacer y deshacer, todo es quehacer... y pagar.

En Pamplona/Iruña a tres de octubre de 2007
Juanito Monsergas