miércoles, 18 de agosto de 2010

CAN_CELADA


En opinión de muchos analistas, la CAN ha pasado en pocos años de ser una entidad modélica en recursos, gestión y con un coeficiente de solvencia del 20%, a aparecer entre las entidades que no han superado los “stress test” confeccionados por el Banco de España y el CEBS. Esta deriva tiene sus causas y protagonistas y su Consejo de Administración ha dado aquiescencia y apoyo a los responsables de la situación actual. No pocos han alertado de la deriva que el Director General y su equipo directivo han imprimido a la primera entidad crediticia de Navarra, fundada, avalada y controlada por la Diputación y luego por el Gobierno de Navarra. Todos recordamos cómo se impuso el nombramiento de Enrique Goñi, una persona con un historial profesional ajeno al mundo de la banca y de una trayectoria, cuando menos, cuestionable, por obra y gracia del presidente Miguel Sanz. También es cierto que desde las filas socialistas no ha habido la más mínima crítica a su gestión: sus razones tendrán. Se recuerda que por aquel entonces, el ínclito directivo aseguró que, tras los cambios que pensaba operar en la empresa, "a esta Caja no la va a conocer ni la madre que la parió". A día de hoy, desde luego, no podemos sino darle la razón.

Poco le costó desprenderse de lo que cínicamente denominó con hipérbole "el mejor activo de la CAN": los empleados. Se aceleraron las prejubilaciones (decisión más motivada por buscar una docilidad en los trabajadores que un abaratamiento de costes) y en pocos años la empresa se quedó prácticamente sin "su mejor activo". Muchos departamentos se resintieron y hubo que sustituir empleados con una larga experiencia y una profesionalidad sobradamente demostrada por jovenzanos con tan buena voluntad como falta de experiencia . Se les conminó a estas nuevas contrataciones a "no integrarse en la estructura de la empresa" y a "arrinconar a los veteranos", "sin complejos" (sic) en un claro intento de enfrentar a la plantilla para poder manejarla mejor. A partir de entonces se han recortado los contratos de base (obligando de facto a quienes quedaban a extender sus jornadas laborales de forma continuada y gratuita) mientras a la par se han incrementado desmesuradamente los cuadros directivos. Mucho jefe para tan poco indio, que diría alguno.

La burbuja inmobiliaria presagiada como inevitable, no impidió que el Director General emprendiera una expansión que cualquiera con dos dedos de frente y un mínimo conocimiento del mercado financiero español, habría considerado un despropósito. Se compraron un montón de locales cuando más caros estaban para, poco más tarde, tener que vender numerosas oficinas (con los precios ya sensiblemente inferiores) en busca de financiación. Clama al cielo que una caja de ahorros de una autonomía uniprovincial de apenas quinientos mil habitantes se lanzara a conquistar el mercado español con unas pretensiones tan grandilocuentes y ostentosas como vacías de sensatez, visión comercial y análisis de la realidad. Tradicionalmente, las cajas de ahorro han tenido presencia en sus territorios gracias a la labor social desarrollada, considerándose algo propio de la comunidad y trabajando con un gran espectro poblacional de modestos ahorradores. Pretender romper esa dinámica a base de publicidad es, como mínimo, ingenuo y deja claro el desconocimiento de quien eso pretende en el panorama de las cajas estatales. La política de endeudamiento de la clientela como contrapartida a la disminución de los tipos (al haber un diferencial tan pequeño la ganancia se obtenía por las comisiones y, por tanto, a más operaciones más beneficios...) ha llevado a la entidad a un "pan para hoy y hambre para mañana" que ha agravado aún más el problema.

Por otra parte se han ejecutado practicamente todas las plusvalías latentes acumuladas durante muchos años con la consiguiente pérdida patrimonial (al ejecutar una plusvalía, un tercio va a impuestos, un tercio se dedica a obra social y el otro tercio es en realidad lo que se recupera). Pero aún hay más: el error de bulto ha sido intentarlo en un momento en que la economía estaba a punto de estallar. Con los préstamos hipotecarios estirados hasta unos inasumibles 40/45 años de vigencia, el valor inmobiliario duplicado cada 5 años y la desregulación bancaria rayana en un filibusterismo de un encaje legal harto dudoso, la iniciativa se muestra de lo más intempestiva. Semejante desatino no parece tener como responsables al equipo directivo con su D.G. a la cabeza pero sí paganos: los empleados que ven negros nubarrones en su más que incierta carrera profesional.

Mucho se ha insistido en que el mal de las cajas de ahorro venía de la politización de sus consejos de administración, cuando lo cierto es que los actuales consejeros van a ser nombrados por los políticos y a los antiguos gestores se les ha colocado una apetecible poltrona en el Consejo de Fundadores, quién sabe si vitalicio. Se pretende privatizar la empresa como si eso fuera una garantía de buen funcionamiento. ¿Acaso es menos fiable una empresa controlada por un gobierno autonómico y un ayuntamiento que por manos privadas?. La zorra guardando el gallinero.

Es hora de pedir responsabilidades por tanto desatino. En vez de acusar al analista y aludir a problemas metodológicos para justificar los malos resultados se debería de asumir los errores cometidos, las responsabilidades de la gestión y cambiar de estrategia antes de que sea demasiado tarde. La entrada de un tiburón financiero en la privatización de una entidad aupada durante tantos años por las personas de esta comunidad, su desmantelamiento y previsible venta futura, se puede considerar uno de los timos más indignantes que pueda soportar la población navarra. Y mientras tanto, el preclaro artífice de semejante desaguisado se pavonea concediendo entrevistas autocomplacientes desde su lujoso ático en la Plaza de Colón o en la nueva y flamante sede de Guasintón, adulado por un ejército de serviles pelotilleros y disfrutando de un puesto confeccionado a su medida. Esperemos que en el 8% de prejubilaciones que vaticina vaya incluida la suya y la de sus adláteres ...

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas.

martes, 27 de abril de 2010

BANCA CÍNICA


Hay dos aspectos que creo que el esclarecedor artículo del sr. Longás “Banca Cívica...” de 24/04/2010 en D. de N. ha olvidado mencionar.

Uno es el importante desembolso efectuado por Caja Navarra en el cambio de imagen corporativa y remodelación de todas las oficinas de la red que, bien con la Banca Cívica, bien con las fusiones que a buen seguro se producirán a corto o medio plazo, se cambiará. ¿Hacía falta semejante derroche para algo que no va a durar?

El segundo y más importante es la expansión acometida por el actual equipo directivo y que ha empujado a Caja Navarra a abrir 150 oficinas en distintas comunidades autónomas. Pretender competir con las cajas autóctonas conlleva tirar los precios y coger los clientes que no quiere nadie. ¿Qué tasa de morosidad tienen las oficinas de la expansión? ¿Y su volumen de negocio? ¿No ha sido una decisión desafortunada hacer tan gigantesca expansión (de una caja de una comunidad uniprovincial de medio millón de habitantes, no lo olvidemos) justo antes de la debacle financiera? ¿Nadie se considera responsable de esto?

La fusión que se plantea ahora no es sino la privatización de la caja para poder financiarse con cuotas participativas y la antesala de fusiones más profundas que diluirán por completo el buque insignia de la comunidad. Pero eso si: con cajas más pequeñas para poder copar las mejores poltronas.

Más tarde, cuando llegue la verdadera reestructuración que necesitan las cajas, nuestros iluminados directivos se retirarán con sus suculentos contratos blindados hacia consejos de administración bien remunerados donde poder seguir ilustrando con su rentable sabiduría. Aunque de momento, los más de mil setecientos euros que se lleva cada consejero por sesión no están nada mal.

Si como dice la ministra de Economía ésta es una fusión modélica, quizá sea momento de revisar las leyes de la gravedad y replantearse que no son los objetos los que caen sino la tierra la que se eleva. ¿Banca cínica ha dicho usted?

Suyo afectadísimo: Juanito Monsergas

(http://www.noticiasdenavarra.com/2010/04/24/opinion/tribuna-abierta/banca-civica-operacion-incivica)

domingo, 4 de abril de 2010

LULÚ


Lulú es el nombre con el que la empresa de diseño alemana Dornbracht ha comercializado su exclusiva escobilla para el retrete vendida en el mercado al módico precio de 375 euros y que la familia Dejau Mematas posee en su palacete mallorquí. Apenas lo que cuesta una cena, al decir del presidente del gobierno navarro a raíz de las ayudas a los parados que promoviera Zapatero.

Claro que, si tras una pitanza de esa envergadura uno tiene que aliviar la andorga acuciado por el lógico devenir de la naturaleza, no vaya usted a comparar la satisfacción que otorga depurar el inodoro con una Lulú a hacerlo con el cachivache de 3 euros que utilizamos la mayoría de los mortales.

Esos son los pequeños detalles que llenan de orgullo a la excelsa clase dirigente siempre a la vanguardia de los progresos que permiten avanzar a la humanidad.

Aunque haya algún descreído que afirme que:
Caga el rey y caga el cura,
caga el noble y el villano,
igualando a los humanos
lo que les sale del ano,
sea blanda o sea dura.
está claro que hasta en las boñigas hay clases y no pueden ser tratadas por igual.

Las dignas heces de las ilustres familias que rigen los destinos de la plebe no pueden ser manejadas como las de cualquier vil plebeyo y han de ser administradas con dignidad y merecimiento. A pesar de lo que afirma el maestro Colombini: "¿La escobilla del váter? Vaya invento de mierda... ¡Con lo que duele!"

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

sábado, 3 de abril de 2010

INGRATITUD Y CANONIZACIÓN


Hay que ver qué desagradecida es la carrera del político. Tras una vida entregada al partido, repartiendo favores a troche y moche, consiguiendo unos éxitos que, hasta hace nada, eran paradigma y ejemplo de lo bien que se pueden hacer las cosas y modelo de estadista, los ingratos compañeros de filas le dan la espalda negando su camaradería así cante el gallo ochenta veces. ¡Con lo que habrá hecho el señor Matas por su comunidad!

Estoy seguro de que, con el tiempo, el asunto queda en agua de borrajas y el honorable administrador de la cosa pública puede retornar a sus quehaceres y economías que con tanto primor maneja. Creo que ha demostrado fehacientemente su habilidad para redimensionar los costes públicos, destreza en el manejo de los fondos públicos y capacidad para gestionar el patrimonio. Ha conseguido, sacando tan sólo 450 euros de su cuenta corriente vivir dignamente un quinquenio, comprarse un palacete que valía casi el triple gracias a su arte negociador, disfrutar de un piso de lujo en Madrid cedido por un buen amigo, pasar unas bucólicas estancias en el chalecito de su madre, y reflotar la economía de muchos paisanos, joyerías, galerías de arte y boutiques de lujo incluidas.

No sé en qué está pensando Ratzinger Z para colocar a este prohombre en el lugar que le corresponde. Por milagros menos prodigiosos muchos otros han sido ya canonizados.

Suyo afectadísimo: Juanito Monsergas

VIERNES DE PASIÓN


El pasado Viernes 2 de abril, a eso de las siete y media de la tarde, salí de casa con la sana intención de ir al cine. En cuanto traspasé el portal, me vi rodeado de una muchedumbre ociosa que me impedía el más mínimo desplazamiento. El motivo de la presencia de aquella impenetrable y apretujada marea humana parecía ser una manifestación religiosa de estética kukuxklaniana y cerúlea pasión.

Con paciencia y educación pretendí atravesar la muralla homínida que se interponía entre mi morada y cualquier destino. Tras un esforzado periplo de asfixiantes apreturas y opresivos estrujamientos, no exento de imprecaciones y quejas de los allí congregados, conseguí llegar a la mitad de la calzada, donde transcurría el desfile.

Ante la disyuntiva de acompañar a la carnavalesca comitiva para buscar un coladero que a todas luces se presumía inexistente, decidí acometer la heroica proeza de atravesar el segundo flanco atiborrado de gente, encontrándome con furiosas figuras que, recriminando mi actitud, impedían el más mínimo tránsito para salir de aquella sofocante inmovilidad.

“Por aquí no puede pasar” me espetó un piadoso espectador con cara de pocos amigos. “Ahí más adelante hay una bicicleta. Vete por ahí” (???) me ladró una diminuta y rechoncha observadora con la lógica aplastante de una hiena esquizofrénica y la estática inmovilidad de un Panzer de la segunda guerra mundial. En vano fueron mis protestas aduciendo que vivía allí y tenía derecho a salir de mi casa cuando lo creyera oportuno. “Pues salga antes de las cinco, que yo llevo aquí desde esa hora” me reprochó otro pío devoto, afianzándose más en su rígida postura.

Vista la caritativa y candorosa comprensión de los allí congregados, intenté sortear el infranqueable dique a lo largo del recorrido hasta que, soportando una vez más improperios e insultos, conseguí escabullirme de aquella sofocante turba.

Ni que decir tiene que, tras ver la película y volver a mi domicilio, todavía seguía la circense marcha guarecida por un nutrido grupo de asistentes (no tan numeroso como dos horas antes pero aún contundente) que tuve que sortear hasta poder llegar a mi hogar.

Por lo visto la función duró hasta la una de la madrugada con sus idas, venidas, cánticos y solemnes marchas orquestales, a las que siguieron las ruidosas máquinas limpiadoras que, vana porfía, intentaban limpiar de cera el pavimento manchado por los penitentes, ajenos a la modernidad y que año tras año dejan las calles hechas un cristo (con perdón).

No estaría de más que este Estado laico y equitativo dispusiera de un servicio de orden, lo mismo que exige a otras manifestaciones sociales que ocupan la vía pública, para que los vecinos y transeúntes (que pagamos nuestros impuestos religiosamente y nunca mejor dicho) no tuviéramos que pasar este vía crucis todas las semanas santas.

Suyo afectadísimo: Juanito Monsergas

viernes, 12 de marzo de 2010

DAR FE


Fe (pública): Autoridad legítima atribuida a notarios, escribanos, ..., para que los documentos que autorizan en debida forma sean considerados como auténticos y lo contenido en ellos sea tenido por verdadero mientras no se haga prueba en contrario.

Pues bien, yo afirmo que la gran mayoría de documentos rubricados por los fedatarios públicos son falsos: por todos es sabido que los pagos entre comprador y vendedor, al margen de lo escriturado en el documento público (lo que se conoce como dinero B), ha sido desde hace muchos años y es, todavía en la actualidad, práctica habitual.

De sobra conocían los ilustres escribanos las transacciones que se hacían en las escaleras de acceso a sus solemnes despachos, por lo que no tuvieron más remedio que ceder la sala de firmas, ausentándose discretamente... “por si ustedes tienen algún asunto que arreglar” para permitir que se hicieran los pagos al margen de lo declarado. Tampoco creo que se les deba exigir a los notarios constituirse en denunciantes e inspectores de una situación que, a ojos vista, les supera sobradamente. ¿Entonces?

El Ministerio de Hacienda intuye que cerca de 240.000 millones escapan al fisco. Al margen de otras actuaciones que pudieran acrecentar la eficacia recaudadora (SICAV, paraísos fiscales, ingenierías financieras cuasi -y no tan cuasi- delictivas, etc), se me ocurre que tanto el Estado como las Comunidades Autónomas podrían ejercer el derecho de tanteo y retracto en las compraventas de inmuebles.

Bastaría con que funcionarios debidamente acreditados se personasen a la firma de la transmisión y se quedasen el bien por el precio escriturado para que, o el vendedor se quedase sin su porción de dinero negro, o el comprador viese esfumarse lo pagado bajo manga. Con media docena de casos en las principales ciudades les aseguro que nadie se arriesgaría a escamotear un euro en estas transacciones.

Sería una buena medida para que la ciudadanía recuperásemos la fe en nuestras instituciones.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

BUFÓN Y REY_NCIDENTE

(Contra réplica a la réplica publicada en Diario de Noticias de Navarra el 12/03/2010 bajo el título: Esclavos, siervos, vasallos, lacayos y un bufón)

Estimado señor patriota:
para serle sincero, me es completamente indiferente ser esclavo, siervo o vasallo de la monarquía parlamentaria española, de la república jacobina francesa o de la mentecata, aldeana y cazurra casa real navarra.

Agradezco su interés por instruirme en las diferencias existentes entre los distintos estamentos medievales de la sociedad feudal, en la que algunos creen seguir viviendo a pesar de la Ilustración, la revolución industrial, los avances científicos o la globalización. De cualquier manera creo que, antes de acabar el presente escrito, mi atareada neurona habrá olvidado enseñanza tan provechosa. No obstante, le doy tanta importancia a mi condición de súbdito como a la credibilidad que me suscitan los monarcas jurando los Principios del Movimiento Nacional o los presidentes de la República prometiendo el bienestar del pueblo.

En cuanto a sus dudas sobre donde encasillarme, le aseguro que puede usted hacerlo en cualquiera de las categorías de su réplica o en todas ellas, seguro como estoy de que tal calificación no cambiará un ápice mis miserias. De cualquier forma, intentaré averiguar quién es mi amo (¡retruécanos! No escuchaba tamaño epíteto desde que en Pamplona circulaban los coches de punto...) para pedirle que se haga cargo de mi hipoteca y manutención.

Aún a riesgo de que mi literario atrevimiento me conduzca a expiar pena en el cepo de la plaza pública, seguiré considerando que mi patria es el mundo y mi familia la humanidad , a pesar de que algunos de mis congéneres alberguen ideas tan trasnochadas, retrógradas e irracionales como las que usted ha expuesto.

Dando por exprimida la dialéctica que ha propiciado este insulso cruce epistolar, le ruego sepa disculpar la vulgaridad de mis argumentos y, acreditada mi condición innoble, mi ausencia en justa, torneo o juicio de dios que lave su honor , pudiendo acudir, para higienizar la afrenta, al jaboncillo.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

miércoles, 10 de marzo de 2010

CON FALDAS Y A LO LOCO


Se suceden en la prensa las noticias respecto a los abusos del clero católico sobre los niños en todo el mundo: EEUU, Australia, Irlanda, Reino Unido, Holanda, Francia, Alemania... ¿y en España?

Los que estudiamos en colegios de curas o acudíamos a confesar nuestros pecados a los confesionarios de “la reserva espiritual de occidente”, recordamos sin ningún esfuerzo a aquellos pederastas ensotanados a los que se les iba la mano con demasiada facilidad hacia nuestra entrepierna y manoseaban sin reparos el trasero de monaguillos e infantes.

En aquella totalitaria sociedad nacional católica que nos tocó padecer, nadie se planteaba enfrentarse a ellos y mucho menos denunciarlos. Era del dominio público la existencia de un más que significativo porcentaje de abusadores de niños entre los miembros de la iglesia católica, pero a nadie pareció importar.

Ahora, algunas vejaciones salen a la luz y su jerarquía, hipócrita y fingida, pretende lavarse la cara con falsos arrepentimientos y disculpas que llegan demasiado tarde para ser creíbles.

Se niegan a sí mismos una vida sexual sana y natural, contribuyendo con su caduca e irracional doctrina a fabricar y albergar los individuos más monstruosos, repugnantes y sádicos que ha producido el género humano. A pesar de todo, pretenden imponer a la sociedad normas morales y lecciones de cómo debemos vivir nuestra sexualidad. ¿Cabe soberbia más errática?

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

sábado, 6 de marzo de 2010

PRESENTE Y FUTURO PLUSCUAMPERFECTO


Leo con estupor la colaboración publicada en su periódico el 2/03/2010 bajo el título: Presente y futuro. Descendiente directo de una larga estirpe de súbditos y plebeyos e ignorante de los vericuetos y ramificaciones de la nobleza navarra, no he podido por menos que sorprenderme ante el descubrimiento de ser vasallo del tal personaje Blas de Beaumont que, según afirma el autor del artículo mencionado, es un dechado de virtudes y regente de esta tierra y de quienes la habitamos.

Según asegura el preclaro patriota, las gestiones del regio soberano desencadenarán un proceso constituyente que descolonizará nuestras mentes, nos hará más personas, nos descontaminará de la política española y francesa y nos elevará al más alto grado de prosperidad, convirtiéndonos en un estado honrado, ejemplar, verdaderamente democrático, donde todos los habitantes seremos iguales sin importar sexo, ideología, religión, lugar de nacimiento o domicilio.

Con perspectiva tan prometedora y excelente, cuesta creer que podamos poner en duda la bondad del proyecto, ni dudar que nuestro futuro e idílico estado se va a diferenciar de las mezquinas, felones, malvadas y miserables estructuras que nos rodean.

Para un obtuso siervo como yo, incapaz de comprender los altruistas designios del monarca navarro (o de cualquier monarca, para ser más exactos) y sus secuaces, encadenado a los indignos menesteres de buscarme el condumio diario y afanarme en despreciables e insulsos entretenimientos, la magnificencia de metas tan eminentes me suena a cuento de hadas, donde majestuosos y excelsos personajes, rodeados de bellas damiselas y nobles caballeros, alcanzan las aspiraciones más sublimes, venciendo con la espada de sus preclaros ideales la ruindad del egoísmo, la mezquindad de la avaricia, la funesta estulticia y las no pocas miserias que acompañan al ser humano.

Lástima que, acabada la fábula y comidas las perdices (quien se las coma), las almenas se desmoronen, las nobles gestas siembren de cadáveres los verdes prados, la gota ataque a los hidalgos, el hambre y el barro entierren a los gentiles, las princesas nos salgan ranas y los reyes sapos.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

miércoles, 24 de febrero de 2010

PREJUBILACIONES


Cuando empecé a trabajar, allá por los años setenta, recuerdo que había compañeros míos que se iban a casa con el 100% del sueldo tras haber trabajado 35 años (con cargo a la empresa y no a la seguridad social, todo hay que decirlo), pero eso son cosas a las que no tuvimos acceso los que nos incorporamos posteriormente. También he conocido empresas que han prejubilado (y alguna con cargo a la Seguridad Social) a sus currelas con cuarenta y pocos años y no han sido pocos los compañeros de bancos y cajas que se han largado con cincuenta y dos años con un buen porcentaje de sueldo, contentísimos de adelantar su jubiloso descanso.

Ahora se pone en cuestión dichas prácticas y, si bien particularmente consideraría que me ha tocado la lotería si me ofreciesen la posibilidad, socialmente lo considero una barbaridad: mandar a trabajadores experimentados, en una etapa de su vida en la que todavía pueden trabajar en perfectas condiciones de salud, es inaceptable socialmente. Por no hablar del vacío que dejan en las empresas, que prescinden tan alegremente de tan cualificada mano de obra.

Pero, ¿por qué prejubilan las empresas? Nunca me he creído que fuera por criterios económicos: ¿acaso les puede salir más rentable mandar a alguien a casa pagándole el 80% del sueldo y contratar un nuevo trabajador con el 20% restante? Dudo que, por muy barato que salga una nueva contratación, cueste ese porcentaje y, si así fuera, el coste sería el mismo y se perdería toda la experiencia acumulada por el primero. ¿Entonces? Pues la cosa parece bastante clara: o se eliminan puestos de trabajo o existen motivos más espurios. Por ejemplo que a los nuevos empleados, con la perspectiva de una larga vida laboral por delante, se les puede acogotar y manejar mejor y hacerles meter horas sin pagarles un duro y sin que rechisten. O dicen amén a todo o se les pone de patitas en la calle o, en el mejor de los casos, se les acaba la carrera profesional. Una plantilla más dócil es lo que consiguen con esa medida y no otra cosa.

Así pues, no puedo por menos que (ideológicamente) posicionarme en contra de las prejubilaciones, aunque personalmente me apetezca más que nada en este mundo. Ahora bien, con proclama tan dolorosa, no puedo por menos que tener en cuenta una serie de factores y consideraciones sociopolíticas al respecto.

¿Acaso no habría que tener en cuenta los años de cotización para acceder al ansiado descanso laboral? Y si se atendieran criterios de crisis en las prejubilaciones (como dicen los sindicatos) ¿No habría que estar vigilantes con los maquillajes de las empresas, el falseamiento de sus balances o la ingeniería financiera (tan común en estos días) para saltarse la norma? No son pocos los ejemplos de empresas que, tras luengos y escamoteados beneficios han colocado a sus empleados en el paro, para crear una nueva empresa, volver a contratarlos y birlarles la antigüedad o desprenderse de algunos reivindicativos revoltosos. Y de paso recibir ayudas por creación de empleo.

Y ya que hablamos de empresas, en las que los trabajadores no tienen arte ni parte en su gestión (pero al final son sus paganos), ¿qué tal si hablamos de la remuneración de sus directivos, de sus contratos blindados multimillonarios y sus incentivos que favorecen una gestión de "pan para hoy y hambre para mañana" o "el que venga detrás que arree"?

Puesto que el gobierno (los gobiernos que se van sucediendo, para ser más exactos) plantean la solidaridad como valor social para aplicar sus reformas, no estaría de más que vigilasen el fraude fiscal tan extendido en nuestra sociedad. Cuando al peón se le deja robar una carretilla es porque el patrón desfalca contenedores. Es lo que está pasando: el fontanero, el mecánico, el albañil, nos preguntan si queremos la factura con IVA o sin él y si eso se permite, es porque otros más poderosos están sacando dinero a espuertas. Además, no son pocas las empresas que pagan parte del sueldo en negro.

A pesar de lo que se ha dicho sobre el ladrillo, todavía se sigue pagando en B un buen porcentaje de la compraventa de inmuebles, por mucho que Hacienda diga que persigue los "bin laden" o pregunte a las entidades bancarias quien se lleva los billetes de alta facción (¡a buenas horas, mangas verdes!). No sé para qué hacen oposiciones tan duras los notarios si luego tienen que dar fe de lo que saben a ciencia cierta que es mentira. ¿Por qué no ejercita el Estado y los gobiernos autonómicos la prerrogativa de "tanteo y retracto" sobre las compraventas de inmuebles? Si un inspector de Hacienda se personase en el despacho notarial a la firma del contrato y se quedase el inmueble por el precio escriturado (y el vendedor se quedase sin cobrar el porcentaje consabido o el comprador viese esfumarse el dinero entregado bajo manga), estoy seguro de que nadie se arriesgaría a falsear la compraventa.

Si de verdad estuviésemos interesados en hacer las cosas bien ¿Qué tal si se exige a las entidades bancarias una regulación exhaustiva sobre los productos ofertados, claridad en los contratos y que digan claramente en qué invertimos nuestros ahorros y qué hacen con nuestras hipotecas?. Si los gobiernos democráticos quieren buenas prácticas bancarias ¿Qué tal si regulan los movimientos de capital, miran con lupa las transacciones especulativas (improductivas, pero que conocen perfectamente por el SWIFT), penalizan a las entidades financieras que trabajan con paraísos fiscales y condenan a éstos al ostracismo y al boicot, dejándolos fuera del circuito económico?

Y ya puestos, en un alarde de honestidad, se somete a los partidos políticos y sindicatos a auditorías para investigar su financiación, la transparencia de las donaciones y controlan las actuaciones de los políticos para evitar el lucro desmedido, la información privilegiada, las delictivas triquiñuelas y les hacen declarar sus bienes antes y después del ejercicio, sin permitir que, los delitos de los gestores públicos en el ejercicio de su función, prescriban. No creo que haga falta modificar o hacer nuevas leyes, bastaría con que se cumpliesen las ya existentes.

No me importaría renunciar a una dulce prejubilación (después de cuarenta años cotizados, eso sí) si se tuviera en cuenta lo dicho anteriormente. E incluso alargaría la edad de jubilación si, cumplidas las normas de buen gobierno y buena práctica financiera expuestas anteriormente, se demostrase que tendría que atrasar la fecha de mi retiro, aunque no me quedasen años para disfrutar de la pensión y tuviera que ir a trabajar con el taca-taca y la bolsa del pis colgada a la cintura.

Suyo afectadísimo: Juanito Monsergas

domingo, 14 de febrero de 2010

BARAJAS MARCADAS


S.A.R., tan preocupado por el bienestar de su pueblo, ha llamado a políticos y agentes sociales, dándoles audiencia en sus reales aposentos, para que limen sus diferencias y remen al unísono en aras de reflotar la nave patria encallada en la crisis. Ni que decir tiene que populares, socialistas, nacionalistas y republicanos, otorgando validez a su pleitesía, han acudido a la llamada del vitalicio monarca.

Atrás quedaron los diagnósticos del cáncer que padecía el sistema monetario (gestado en las dos últimas décadas), que achacaban a avariciosos inversores, desreguladas entidades financieras e inactivos gobiernos estatales, autonómicos y municipales como gestores de la burbuja inmobiliaria y la debacle financiera. Quedaron asímismo en el olvido, las grandilocuentes declaraciones avalando, hace apenas un año, la solvencia de nuestras entidades de crédito.

No dudaron los gestores de las arcas públicas en sufragar los desatinos de nuestros próceres financieros, aunque ello no se haya reflejado en la solvencia de la gente de a pie que ve como sus ahorros se esfuman, sus deudas se multiplican y sus empleos se volatilizan. La solución para reflotar el derrelicto en que se ha convertido nuestro doméstico peculio, al decir de los analistas que tan miopes se mostraron en vaticinar la que se nos venía encima, parece ser: contención salarial, abaratamiento del despido y recorte del gasto social. Quien se enriqueció con nuestra miseria puede estar tranquilo.

Más vale que el timonel de la nación, ése que se lleva más de nueve millones de euros anuales en su graciosa nómina y que fue entronizado por el anterior autócrata, toma cartas en el asunto para marcar el ritmo, cual benéfico cómitre.

Aunque bien pensado, más que suerte, lo que necesitamos para remontar, sea un hábil tahúr que complete una escalera real en esta timba en la que se ha convertido nuestra economía. ¿Alguien duda, a estas alturas, que se está jugando con una baraja marcada?

Juanito Monsergas

sábado, 9 de enero de 2010

Felicitaciones y CANtamañanas


Sin ánimo de analizar exhaustivamente el video que la dirección de la CAN nos ha regalado tan graciosamente al término del presente 2009, que daría para un extenso estudio psicosociológico y más de una entrada al frenopático, no puedo por menos que dar mi opinión.

Sorprende, como mínimo, el humor que gastan los jefes de la entidad: si en cualquier otro ejercicio tal dechado de bromas y cuchufletas hubiera sonado estrambótico y fuera de lugar, en el presente año, con la crisis golpeando a los sectores más indefensos de nuestra sociedad, las hipotecas asfixiando a gran parte de la ciudadanía y con unas cifras de paro fuera de control y bastante superiores al resto de la UE, el asunto suena a broma macabra.

Después de una expansión convertida en fiasco, saneando balances a base de venta de locales y participaciones, con recortes de personal y recalificación de deuda, con una banca cívica (¿cínica?) edificada a base de forzar objetivos y obligando a la clientela a elegir (cuando no se elige por ellos directamente...), sin convenio colectivo y un desprecio absoluto por los órganos de representación laboral, tantas ganas de cachondeo se truncan en burla despiadada.

Quizás el detalle más significativo de este graciosillo engendro son las palabras del Director General de CAN, tan dado a ponerse ante las cámaras (¿producto de una inclinación frustrada al mundo de la farándula y el espectáculo?), señalando que muchas de las cosas que podría pedir para el año venidero... "ya las tengo ": así, en primera persona, dejando constancia, quizá inconscientemente, de que el cortijo es suyo particular y que no considera a la empresa como perteneciente a todos los navarros, ni siquiera a los más excelsos de ellos: la Caja es suya y como tal la maneja.

Dan la impresión de vivir en un parnaso ajeno al resto de los mortales, a tenor de sus jocosas chanzas y que las tribulaciones y padecimientos de la mayoría de los clientes les importan un bledo, si es que reparan en ellas. Cuesta digerir que estos avezados directivos de la primera empresa foral, con los astronómicos sueldos y gratificaciones que se embolsan, se dediquen a hacer el ganso y el idiota en un video que pretende ser promocional y publicitario. Es algo así como que Gabi Fofó y Miliki leyeran los presupuestos del Estado para 2010.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

Dirección del video de marras:
http://www.youtube.com/watch?v=KVMqIbhO2sc