jueves, 17 de noviembre de 2011

SINERGIAS


En este
chiripitiflaútico dilema en que nos encontramos cuatrienalmente para decidir si queremos más de lo mismo o aún peor, los partidos minoritarios deberían de aprender de mis jefes que, cuando la cosa se pone cruda y aflora el agujero que con tanto brío han generado durante los últimos años, aplican soluciones imaginativas y no se cansan de afirmar que, aunque unos vean crisis y momentos de zozobra para nuestras pedestres economías, ellos, gracias a su preparación e innegable inteligencia, ven oportunidades de negocio.

Se trata de aplicar soluciones ingeniosas, proactivas e ilusionantes, que conviertan una catastrófica situación en una oportunidad de aumentar sus plusvalías creando sinergias en las que dos más dos no son cuatro sino cinco y además me llevo una (por lo menos). Es el concepto holístico de que el todo es más que la suma de las partes y que tan bien aprendido lo tiene nuestra sacrosanta y piadosa derecha.

Como los resultados no harán sino confirmar que los que alimentaron la bestia crediticia serán los encargados de combatirla (doble negocio, crearla y enmendarla), los que han despilfarrado las cuentas públicas repartiéndoselas con sus amigosdelalmatequierounhuevo van a adjudicar las tiritas a los damnificados por los zarpazos de la crisis (previo copago, ¡que no saben ustedes lo que cuesta una tirita y a qué precio se ha puesto la arnica!), los que metieron la mano en el cajón van a seguir siendo nuestros administradores y dadas las posibilidades que tiene la auténtica izquierda de acabar con el capitalismo (siendo mucho más probable que éste se suicide él solito), entregaré mi voto a la zorra para que cuide el gallinero. ¡Quién mejor que un pirómano va a saber lo que es el fuego!

Suyo, afectadísimo:
Juanito Monsergas

viernes, 14 de octubre de 2011

TIMONEL


Hace ya una década que el presidente del Gobierno de Navarra nombró al timonel que se ha encargado, junto con su equipo directivo, de guiar los derroteros del “buque insignia” de la economía foral: la CAN.


Enseguida dejó ver su estilo: remodeló íntegramente la imagen corporativa de la entidad que parecía augurar un camino diferencial y autónomo, aunque pocos años más tarde se diluyó en lo que se ha dado en llamar Banca Cívica. Nuevas fusiones vendrán que borrarán aún más la marca.

Pre-jubiló a gran parte de la plantilla, a pesar de que inició un plan de expansión que le llevó a efectuar un montón de contrataciones. Ignorando la dimensión e influencia natural de la Caja, acometió una expansión desorbitada, abriendo en pocos años más oficinas fuera de Navarra que las que había dentro, hasta el punto de estrenar a bombo y platillo (y con la presencia de la infanta borbona) su flamante sede en Whasington. Se jactaba de abrir una oficina a la semana, pero no parece tan locuaz cuando cierra cuatro en un día.

A día de hoy, la mitad de las oficinas han sido cerradas y la otra mitad (y alguna más) deberán llevar el mismo camino si se pretende consolidar las que resulten rentables. Por cierto, el local portentoso que nos iba a llevar a exportar la re-descubierta Obra Social de la CAN allende los mares, sigue sin permiso para operar. No estaría de más saber el coste en dietas, viajes, sueldos y dedicación de sus ejecutivos en tan quimérica punta de lanza. Lo cierto es que la CAN ha vendido, en esta alocada carrera, la totalidad de su cartera y gran parte de sus inmuebles.

Ahora lo que está en peligro es su (tan cacareada por el staff directivo como ignorada por la sensata clientela) TU ELIGES, TU DECIDES que, consecuencia de convertirse en sociedad accionarial, está cada vez menos garantizada y no se descarta su completa desaparición.

El incremento de puestos directivos, prebendas, regalos y parabienes repartidos en estos años a su alrededor, con la alegría que da manejar dinero ajeno, le ha llevado a perpetuarse en el puesto y a co-dirigir el nuevo banco, a pesar de tener que acudir primero al FROB y luego sacar la entidad a Bolsa (minusvalorada todavía más) para recapitalizarse.

Atrás quedaron los tiempos en que sus directivos compraban locales a troche y moche por la geografía peninsular (justo antes del estallido de la burbuja) o las alianzas estratégicas con el Wachovia de las que no se conoce resultado. Sin embargo, chiripitifláuticos inventos como Savialogos, tan caros como improductivos, siguen celebrándose para concluir en lo obvio.

Pues bien, tal cúmulo de quebrantos no parece ser impedimento para que el sagaz timonel se multiplique el sueldo hasta los tres millones y medio anuales como co-presidente de Banca Cívica (junto con el de Cajasol, que se lleva otro tanto), además de blindajes, dietas, pluses, alojamientos, desplazamientos, etc, etc, etc. Una buena forma de premiar el atrevimiento, la irresponsabilidad y el despilfarro de este ejecutivo, cuyos emolumentos multiplica por doscientos el sueldo del empleado que, paciente y profesionalmente, le atenderá la próxima vez que vaya usted a una ventanilla de la CAN.

Suyo afectadísimo:
Juanito Monsergas

lunes, 3 de octubre de 2011

Preparados, listos... y “enteraos”

La asamblea de majaras ha decidido: mañana sol y buen tiempo.

La sexta edición de Savialogos ha reunido en Pamplona a 53 “expertos” (de los que sólo 3 eran “expertas”), para ponderar sobre el estado del bienestar, ése que, día sí y día también, amenazan con poner en venta los gestores de la cosa pública para pagar el agujero propiciado por banqueros (que no bancarios) y especuladores.

El evento, pagado por Caja Navarra Banca Cívica, ha dictado conclusiones tan bien intencionadas (aparentemente) como carentes de utilidad:
“los mercados deben ser eficientes porque si no se convierten en perversos”. ¿Tiene eso algo que ver con la ingeniería financiera (hedge founds, trasiego de activos, fondos y productos en general de dudosa calificación) que han practicado las entidades bancarias con el consentimiento del Banco de España y los ministerios de Economía de los últimos 20 años, la descapitalización de cajas y bancos y los escandalosos sueldos de sus directivos?

“Los políticos deben tomar decisiones valientes sin mirar el coste electoral”. ¿Se refieren los sabios economistas al autismo gubernamental y el “buen hacer” de las comunidades autónomas en la descentralización de la gestión del suelo que ha provocado la burbuja inmobiliaria, las hipotecas asfixiantes y el endeudamiento de la población hasta límites insostenibles y el posterior rescate bancario a costa de recortar educación, sanidad, etc?

Para otro de los enterados, sabedor de que el rayo de Yhavé no cae donde debiera,
“el contexto económico favorece la limpieza de las malas prácticas empresariales”. Cuando se instauró el euro, los gurús financieros no se cansaban de repetir que no se incrementarían los precios y que la moneda única haría aflorar todo el dinero negro existente en el mercado: los precios se duplicaron en un par de años y la economía sumergida no ha parado de crecer, generalizándose el pago en B y la utilización de los paraísos fiscales, siendo la mayor parte de las transacciones que funcionan por el mundo especulativas, sin ninguna conexión ni con bienes ni con servicios.

La guinda la ha puesto el anfitrión del sarao, animando a
“convivir con el cambio y aprovechar las oportunidades para no ser devoradores por el cambio sino hacer el cambio”. Groucho Marx no lo hubiera explicado mejor. Debe de referirse al cambio de puesto y consiguiente aumento retributivo que le hace enrique_cerse (al alimón con el otro copresidente de la Banca Cívica) tres milloncetes y medio anuales, amén de otros blindajes y prebendas. Será por los éxitos conseguidos...

Suyo, afectadísimo:
Juanito Monsergas

jueves, 26 de mayo de 2011

MANIFIOSTE_ME

A la vista de las movilizaciones que jalonan el territorio patrio bajo el lema Democracia Real Ya y en aras de proclamar la vigencia y probidad de nuestros derechos como clase (alta) que da valor y enjundia a las esencias sociales que marcan nuestra civilización selecta y trascendente, proclamo la siguiente soflama:

La clase política no goza del suficiente respeto y reconocimiento y sus denodados esfuerzos por organizar las vidas de la chusma ( ingrata y taimada como la historia nos muestra repetidamente), a la que sirve con dedicación y empeño, no puede regirse por los mismos parámetros que la plebe vulgar e inculta: sus privilegios están más que justificados y sus actuaciones no pueden remitirse a los tribunales y legislaciones aplicable al populacho. No necesitamos inmunidad, inmunidad tienen los que no se cogen la gripe o la varicela, nosotros lo que queremos es impunidad. Ya nos juzgará la historia y si no son de nuestro agrado les untamos o les metemos un puro para que la reescriban.

El trabajo es un favor que los amos del planeta otorgamos graciosamente a la canalla y agradecidos deberían de estar de hacerlo gratuitamente; imagínense si además les pagamos unas pequeñas migajas para que no se nos mueran demasiados de hambre y puedan seguir comprando las baratijas inservibles y obsolescentes que mantienen e incrementan nuestra supremacía y beneficios. Quizá haya que volver a la magnífica sociedad feudal para que los ingratos trabajadores se den cuenta de lo mucho que les hemos regalado a lo largo del periplo humano. La legislación laboral cercena nuestros derechos y otorga a nuestra mano de obra derechos desproporcionados que no hacen mas que complicarnos la vida a los que, por derecho propio, nos hemos convertido en los dueños del planeta. ¡A ver si los caciques no vamos a poder controlar nuestros negocios como nos dé la gana! Les pagamos la comida y algún caprichillo y aún se quejan. Y a los que no les llega para comer que se jodan, que a nosotros nadie nos ha dado nada: todo lo hemos tenido que robar.

Los servicios públicos han sido una prerrogativa que en la segunda mitad del siglo XX extendimos a gran parte del mundo civilizado para que pensaran que el estilo de vida que les vendíamos tenía su contrapartida. Una vida más aburrida e insípida pero que tenía sus compensaciones. Ingenuo resulta pensar que, una vez conseguido nuestro objetivo de crear la necesidad, mantendríamos los servicios gratuitamente. Es el momento de que cada uno se pague lo suyo (incluso nosotros, los poderosos, nos lo tendríamos que pagar ¡no lo van a pagar los menesterosos!). Es el método del camello, que primero regala la droga y cuando ya tiene enganchado al cliente, se lo cobra y recupera (con creces) todo lo suministrado de forma "altruista". Es un método la mar de piadoso: ¿cómo era aquello de que era mas fácil que un camello entrara en el reino de los cielos que no sé quién pasara por el ojo de una aguja?

La vivienda ha sido uno de los negocios que hemos utilizado las clases pudientes para hipotecar vuestras vidas y que tengáis la vana aspiración de conseguir un pequeño nicho en vida que os conceda la infundada impresión de que sois dueños de algo. De todas formas no se diga que nuestras jugada no ha sido magistral: os hemos vendido un piso, os hemos sacado los intereses durante los años de carencia, os lo hemos quitado y os habéis quedado debiéndonos una tercera parte de lo que os dijimos que valía. Eso es economía creativa y lo demás son tonterías.

Las entidades bancarias son empresas dedicadas a generar beneficios y a nadie debería de extrañarle que exprimamos a nuestros clientes hasta el tuétano. Somos la esencia del mercado y hacemos lo que queremos y no va a venir ningún mindundi, por mucha representatividad sufragista que le asista, a decirnos qué podemos vender y cómo: trabajamos con la avaricia, la ingenuidad y el desconocimiento de los pequeños inversores para desplumarlos como nos venga en gana. Nosotros no engañamos, sólo mentimos. los que se engañan son ellos mismos.
La apuesta de nuestros directivos por el ladrillo se ha demostrado completamente eficaz: al tener la ganancia en las comisiones y no en el diferencial entre el precio de compra y el de venta del dinero, hicimos muchísimas más hipotecas de las que deberíamos. Como ya no podían pagar con sus míseros sueldos la cuota que les marcábamos, les subimos los años de hipoteca y al final, o pagan los desmesurados préstamos en los que los hemos embarcado o les quitamos el piso y todavía nos siguen debiendo dinero.
Por otra parte, la comercialización de productos basura y las calificaciones engañosas de nuestros activos y pasivos (que nuestros dineros nos ha costado, sobornando a las agencias de rating...) se han saldado sin ninguna condena por estafa y como ninguno de nuestros clientes sabía lo que compraba no pueden echarnos la culpa. Que se hubieran enterado.
Todo esto ha hecho que las entidades entraran en bancarrota, pero nuestras minutas no se han visto afectadas. Además hemos conseguido que los gobiernos paguen nuestra deuda y así poder seguir cobrando beneficios millonarios ¿Alguien puede pensar que no lo hemos hecho bien? A nosotros nos ha salido redondo.

Fiscalidad. Nosotros estamos a favor de la fiscalidad, más en concreto creemos firmemente en los paraísos fiscales, que es como la quitaesencia de la fiscalidad. ¿No es ese el deseo de todo el mundo? ¿Pagar los menos impuestos posibles? Pues eso es lo que hacemos nosotros. A fin de cuentas todo el mundo es libre de meter el dinero bajo el colchón y nosotros, que manejamos el 93% de las transacciones económicas de forma especulativa (ajena a bienes y servicios), no vamos a pagar impuestos como todo el mundo ¿no?. Además, manteniendo los chiringuitos financieros conseguimos que los mafiosos blanqueen su dinero (que no es poco), se conviertan en hombres de negocios respetables y se incorporen al mercado. Pía labor la nuestra nunca suficientemente agradecida

¿Libertades ciudadanas y democracia participativa? ¿Vamos a dejar que se meta en política cualquiera? ¿Que se decidan las grandes cuestiones de Estado en las plazas públicas? ¿Que todo el mundo tenga voz? Bastante hemos hecho con dejarles que metan la papeleta cada cuatro años, pero está claro que cuanto más les dejas es peor. Otra cosica era con el Sindicato Vertical y la Democracia Orgánica (osea, la que nos salía de los órganos a los que vencimos en la gloriosa cruzada española y de las co_Jons).
Lo mejor es que nos dediquemos a la política los de siempre porque sabemos de qué se trata y si entran nuevos hay que empezar a enseñarles como funciona el asunto (corrupciones, dádivas, cohechos, etc) y luego, para cuando se hacen ricos...
Además, siempre ha habido unos que mandan y otros que obedecen. Siempre ha sido así y siempre lo será. Resume el acervo que mejor ilustra la idiosincrasia de este pueblo y su tradicional grito:
¡Vivan las cadenas!

¿Reducción del gasto militar? ¿Y quién nos va a defender cuando intenten atacar la jaula de oro en la que se ha convertido occidente? Seréis insensatos... ¿Acaso pensáis que el 90% de la humanidad va a seguir viviendo con 3 euros al mes mientras el 10% restante despilfarramos los recursos naturales, esquilmamos sus materias primas, les echamos toda la mierda que nos sobra, les impide el desarrollo y nos apropiamos de todo lo que nos viene en gana? ¿Pensáis que lo van a aceptar gustosamente? Como no los mantengamos a raya se nos comen. Hambre, desde luego, no les falta.

Disolución de la Casa Real. Mucha gente piensa que es una figura obsoleta impropia del siglo XXI, que gozan de unas prebendas totalmente desproporcionadas e injustificadas propias de una sociedad tiránica y vetusta, anclado en un pasado de raíces de sangre en discordancia con los valores humanistas de sociedades justas y democráticas, pero también tenemos otras tradiciones en desacuerdo con dichos valores y no me negarán que lucir un bonito borbón en las ceremonias rimbombantes que se celebran periódicamente en todos los ámbitos nacionales y extranjeros, no le da cierto empaque, glamour y solemnidad a las galas. Además sólo son nueve millones de euros, más el mantenimiento de los edificios, el parque automovilístico, los guardaespaldas, sirvientes, lacayos, ayudas de cámara, consejeros, dietas, viajes oficiales y extraoficiales, yates, gastos de representación, servicio médico, asesores de todo tipo, palafreneros...

La religión ha sido tradicionalmente un estamento que ha servido para mantener el statu quo social cuando no ha tomado parte activa en la represión de elementos revoltosos o que tenían la nefanda pretensión de pensar por sí mismos.

La iglesia ha desarrollado en nuestro país una labor educativa, no suficientemente ponderada, en el adoctrinamiento de los valores tradicionales, disciplinarios y catequizadores que han marcado a generaciones y generaciones de ciudadanos. El cariño desarrollado sobre todo por los curas hacia nuestros retoños ha sido palpable durante muchos años, aunque alguno haya sido confusamente tildado de pederasta. Alguna oveja blanca tendría que haber en tan negro rebaño...
¿Y qué decir del tratamiento que se le ha dado a la mujer en las sociedades gracias a la inestimable ayuda de las religiones? Ellas han sido las que han colocado a la mujer en el lugar que le corresponde, indicándole su carácter sumiso, afable y sufrido del que han dado tan buena gala la mayoría de nuestras madres. No en vano su labor en la curia romana ha sido ejemplo y arquetipo de la idea que la cátedra de Roma (y la mayoría de las religiones existentes en el mundo hoy en día) tiene sobre el papel de las féminas en la sociedad. Obedecer, callar y parir.
A pesar de su celibato y voto de castidad, los padres de la iglesia han sabido (seguramente insuflados por el Espíritu Santo, ya que carecen de experiencia en el tema) dictar las normas sobre las que debemos plasmar nuestra convivencia, afectividad y vida sexual. Así mismo, y colocándose por encima de las leyes terrenales, promulgan su dictado sobre el modelo social que nos conviene, que leyes debemos respetar y cuales no, que gobiernos nos convienen y que aspiraciones y creencias debemos desarrollar, siendo como son la multinacional más longeva de la historia.
Si los arqueólogos y paleontólogos tienen sus huesos para explicar su errónea visión de la evolución de las especies, la jerarquía católica puede aportar muchísimas más reliquias de las imaginables. Sólo con el
lignum crucis se podrían fabricar catorce carabelas de ocho palos. ¡A ver si eso no es un milagro! Por no hablar de los brazos incorruptos de los santos y santas, que nada tienen que envidiar a Vishnú.
Enfín, que la pretensión de circunscribir la religión al ámbito privado otorgaría a la sociedad de una autonomía y una responsabilidad que nos dejaría sin posibilidad de echarle la culpa al demonio y deberíamos de reflexionar, al margen de los estereotipos heredados, sobre la valía o no de nuestra moral consuetudinaria. Un caos, vamos.

Por todo ello propongo a todos los ciudadanos de bien que creen que las instituciones funcionan correctamente, que nuestros representantes políticos son virtuosos, que no hay peligro de que se privaticen los servicios públicos, que los banqueros velan por nosotros y son honestos, que la carga fiscal está bien repartida, que los ciudadanos no tenemos que intervenir en las decisiones sociales, que el ejército funciona correctamente y su gasto es ajustado, que el rey debe presidir las instituciones que nos gobiernan y que los organismos religiosos han de servir de guía espiritual (y legislativa) a la sociedad...
que dejen de beber y de fumar esa mierda que les confunde los sentidos y el entendimiento.
Amén.

Suyo afectadísimo: Juanito Monsergas

miércoles, 5 de enero de 2011

GRACIAS


No se puede imaginar la ministra de Sanidad (y el resto del ejecutivo que, supongo, no será todo el mérito suyo) lo agradecido que estoy por haber aprobado la denominada "ley antitabaco".

Como soy un sinfundamento (ya lo decía mi madre: ¡ay hijo mío! ¡Dónde llegarías si no fueras imbécil!) y tengo menos voluntad que un yonqui en una farmacia, no puedo por menos que agradecer que, con normativa tan drástica, se me niegue la posibilidad de acudir a un bar donde poder echarme una cerveza y un pitillo, arrebatándome el perverso deleite de media tarde y alguna que otra noche dicharachera.

Entiendo que ésta es una primera fase de la prohibición que vendrá después, impidiendo fumar en cualquier sitio público (calles y plazas incluidas) ya que, los que tenemos el nefando hábito de humearnos, somos los responsables del calentamiento del planeta.

El poder destructivo de nuestra impresentable adicción supera con creces el peligro de alcohólicos impenitentes (y penitentes), consumidores de crack e incluso de las actividades de grupos terroristas y mafiosos y es por ello que agradecemos que, este estado terapéutico que tanto nos apadrina, nos abra los ojos para que dejemos de ensuciarnos los pulmones con el tabaco. Por nuestro bien, que somos unos ignorantes.


Pero lo que de verdad me ha llenado de gozo es el llamamiento de la señora ministra para que denunciemos a quien incumple la ley. La eminente señora posee la capacidad de evaluar el riesgo y la peligrosidad social de pillarle a alguien atufando un garito, una marquesina o los alrededores de un parque o recinto hospitalario para solicitar la ayuda ciudadana y nos transforme a todos en guardianes de la ley. Se trata de convertirnos a todos en delincuentes o policías.

Quizá tenga en mente distribuir en un futuro no muy lejano un kit de salvamento medioambiental con porra eléctrica, aerosol de pimienta o unas bonitas esposas. Nada de menospreciar la gravedad de la infracción: al primer aviso se le reduce y traslada a un centro desintoxicador y al siguiente se le pega un tiro en la rodilla. Es por su bien, deberían entenderlo.


Este edificante estado policial se podría ir ampliando en otros aspectos de la vida que, sin llegar a la temeridad de encenderse un cigarrillo en un lugar inadecuado, mejorarían nuestra condición ciudadana: hipotecas abusivas, inversiones torticeras, fraude fiscal y notarial, corruptelas políticas y financieras, contrabando de armas y personas, contaminación medioambiental, apaños monopolísticos,...

Seguro que de aquí a un tiempo hasta los más pertinaces fumadores agradecemos a la salutocracia la calidad de nuestros cuerpos. Bastará un crudo invierno para recoger los sonrientes cadáveres de los inquebrantables fumetas congelados. Entre el frío que vamos a chupar y los conservantes que nos ponen en la comida vamos a tener unos difuntos que no van a necesitar embalsamamiento para resultar eternos.

Suyo, afectadísimo:
Juanito Monsergas