martes, 24 de julio de 2012

RECORTES REALES

No sé de qué se queja tanta gente a cuenta de las medidas que el gobierno se ve obligado a tomar para reducir el déficit (muy a su pesar, según dice el presidente del ejecutivo y en contra de lo que vociferó sin tregua antes de subir al poder).

Hasta la máxima figura de la pirámide estatal, en un gesto que le honra por voluntario y solidario, se ha rebajado su asignación un 7,1%. No es que la monarquía merme su coste en ese porcentaje, sino que la asignación de su cinegética alteza disminuye en 20.000 de los 290.000 neuros largos que venía cobrando y que supone un 1,2% de los más de 8 kilos que se asigna a la Casa Real anualmente, sin contar las partidas de los distintos ministerios que, esas sí, siguen siendo un inescrutable misterio.

Claro está que el bourbon del borbón puede pasar de 24 a 12 años sin que por ello la regia figura se tambalee (esperemos), pero los gastos de protocolo no se pueden tocar. ¿Se imaginan ustedes lo que sería recibir a los sátrapas de otras monarquías con una humilde moqueta en vez de las excelsas alfombras palaciegas? ¿Y qué me dicen de sustituir los exclusivos tapices de sus paredes por papel pintado o sus egregios adornos por los menesterosos recuerdos vacacionales que lucen nuestras domésticas estanterías? Cualquier día le pasa como a su paupérrimo consuegro y lo encontramos en la puerta del juzgado dando explicaciones de su inefable ruina.

Por su parte, la primera dama foral ha respondido con rotundidad a las maledicencias sobre su exiguo salario: “me he bajado el sueldo un 43%”. No le falta razón a la dama en cuestión, ya que de las prebendas que recolectaba anteriormente (Junta de Fundadores de CAN, Consejos de Administración, etc) y que ascendían a 150.000 neuros anuales, se han quedado en 92.000, aunque su sueldo como presidenta de Navarra haya pasado de 69.354 neuros a 69.534,76, según declaraciones de Juan Luis Sánchez de Muniain en noviembre pasado, portavoz del Gobierno de Navarra y consejero de Cultura, Turismo y Relaciones Institucionales
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Bien es cierto que las dietas que superaban con creces la retribución de la poltrona foral, no eran demasiado presentables, como en su día tuvieron que reconocer, ante la indignación popular, tan exclusivos beneficiarios. Pero bajarse los sueldos a la mitad de golpe y porrazo no lo hace ni el intermediario más superfluo. Y ése menos que nadie. Los golpes y los porrazos ya sabemos a quién están destinados: a aquellos que se empeñan en seguir teniendo escuelas públicas, sanidad,  ayudas sociales y un trabajo que les permita pagar la hipoteca y dar de comer a sus hijos.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

sábado, 21 de julio de 2012

CONFIANZA

“La desconfianza de los mercados alcanza el máximo histórico”... “Ni el recorte de 65.000 millones, ni la decisión del Eurogrupo de respaldar el rescate bancario han conseguido calmar la profunda desconfianza de los mercados”.

No parece que vaya a valer de mucho las declaraciones del Ministro de Hacienda (”no hay dinero”) ni las del Presidente del Gobierno (”Hacemos lo que tenemos que hacer”), siendo las del primero un chorro de gasolina a la incendiada situación y las del segundo más que discutibles y en abierta contradicción con sus promesas electorales. ¿De qué vale entonces el programa ante el sufragio?

Por si fuera poco, la expedición en busca de mercados en la que se ha llevado al monarca como garante de sus intenciones puede causar el efecto contrario, a poco que se indague en la trayectoria del campechano borbón: entre yernos y consuegros corruptos, cacerías impresentables y sus inefables dotes diplomáticas, podemos predecir que con embajadores como estos no nos van a hacer falta detractores.

Se sigue recortando el gasto y la inversión pública en los momentos más necesarios, no se mete en cintura a los causantes de la desregulación bancaria, ni a los promotores de la burbuja inmobiliaria, ni a los gobiernos que durante los últimos 15 años han consentido y colaborado en desmanes ilícitos, derroches e inversiones faraónicas y un clientelismo impúdico. Ahora son los pirómanos los encargados de apagar el fuego y se socializan sus desatinos para que paguemos el pato los que hemos quedado al margen de la bacanal.

Ni los administradores públicos ni siquiera uno de los ejecutivos bancarios que nos han llevado a la ruina parecen ser responsables de sus actos. Yo diría que más que cuestión de confianza es de sin_fianza y si me apuran de rescatar el definitivo invento de Louis de Guillotain.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

martes, 17 de julio de 2012

CAN S.O.S.

 Es curiosa la evolución del carácter institucional de la CAN desde su fundación (“Institución de carácter benéfico creada por acuerdo de la Excma. Diputación de Navarra, bajo cuyo patrocinio y garantía funciona”), hasta el privativo“Eso ya lo tengo” de Enrique Goñi en el video de Youtube en el que felicitaba, junto con su equipo directivo, de forma desenfadada y divertida, las navidades del año 2.009. El periplo del ejecutivo, Director General de la CAN durante la última década, brilla con luz propia y le coloca en una etapa destacada de su dilatada existencia: la CANcelación de la entidad.

Con el euro recién estrenado, el nuevo gerente aterrizó en el buque insignia de la economía navarra (el 50% del negocio de la comunidad, unas reservas que se intuían como inacabables y una cuota de solvencia de más del 20%) afirmando que cuando acabara su mandato “a esta caja no la va a conocer ni la madre que la parió”. Y así fue. Comenzó una tanda de prejubilaciones de lo más generosas a la par que remodelaba todas y cada una de las oficinas de la red. De forma simultánea procedió a la contratación de cientos de nuevos empleados y emprendió una expansión jamás conocida en la historia financiera mundial: él abría una oficina cada tres días y poco tiempo después ya se había hecho con casi doscientas sucursales fuera del territorio foral, muchas de sus sedes de lujosa exclusividad y todas ellas pagadas poco antes del estallido de la burbuja inmobiliaria a unos precios exorbitantes. El que una caja de ahorros de una comunidad uniprovincial de apenas medio millón de habitantes se lanzase a la conquista del mercado español de forma tan atrevida e irresponsable sólo consiguió vaciar sus arcas y malvender las reservas acumuladas durante largos años de trabajo y mesura.

En aquella época había dinero para todo: dietas, canonjías, regalos, viajes a Alemania, Londres, macroproyectos como el de San Cristobal que no llegó a ver la luz con otros como el de colocar un pequeño restaurante en la planta baja de su sede central en Carlos III 8, que en los seis meses de vida consiguió vender cinco ensaladas. Con el dinero de los demás es fácil sentirse generoso.

Con la explosión de la burbuja financiera vinieron los problemas de capitalización, buscando primero un socio capitalista que no consiguió y, tras el suspenso del test de estrés, acudir al FROB para solicitar cerca de 1.000 millones. El Consejo de Administración, no sólo ratificó la estrategia desarrollada sino que avaló repetidamente a su equipo directivo. En una huida hacia delante, buscó alianzas con aquellos que no pudieran hacerle sombra, acabando por fusionarse con dos cajas de poca monta (Caja Canarias y Caja Burgos) y con otra de mayor tamaño pero de más que dudosa solvencia (Cajasol). A partir de ahora el avión privado tendría que compartirlo con el copresidente de Banca Cívica.

La guinda fue la flamante sede de Whasington, inaugurada por el polifacético Iñaki Urdangarín y su esposa la enmudecida infanta Cristina, el valedor del intrépido ejecutivo y a la sazón presidente del Gobierno de Navarra Miguel Sanz, variopintas autoridades y gente de medio pelo. Dos años después de aquella bonita fiesta la oficina todavía no tiene licencia para operar.

En la actualidad Banca Cívica ha sido comprada por Caixabank por el módico precio de la deuda que tiene con el FROB: un montón de trabajadores van a ver rescindidos sus contratos y el resto peligrar su sustento y el de sus hijos. Mientras tanto, el iluminado timonel ha colocado sus reales en el Consejo de Administración de la entidad absorvente junto con el artífice de la Torre Pelli (que tan de cabeza trae a la Unesco como barbaridad urbanística).

Esperemos que la primera entidad de ahorro del estado español pueda aguantar los embates de tan preclaras mentes en su seno. Como dice Carlo M. Cipolla en “las leyes fundamentales de la estupidez humana”, el potencial de destrucción de un necio es siempre minusvalorado. Y el de dos ya ni te cuento...

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas