martes, 2 de julio de 2013

REVELACIÓN


Andaba yo intentando desentrañar el artículo enviado por el señor Izu sobre la religión desde mi conexión a internet, cuando el aparato me dio un pantallazo y se me apareció un extraño ser que dijo ser el Monstruo del Espagueti Volador y me habló así:

“No voy a decir que estos sean unos mandamientos, pero sí deseo dejar claro que me la trae floja que creáis en Mí o me ignoréis. Incluso que digáis que no existo. No me voy a sentir agraviado por ello. No soy tan vanidoso.

Me gustaría que no me usaseis para ajustar cuentas con los que no os caen bien, para enriqueceros o ampliar vuestros territorios. Me desagrada sobremanera que utilicéis mi existencia para subyugar al prójimo. Yo no quiero sacrificios y la pureza es para el agua, no para la gente.

También estoy cansado de que, en Mi nombre, juzguéis a las personas por su aspecto o forma de vida. Para llegar a ser quien eres no hace falta molestar a nadie. Y a ver si os entra en la cabeza que las mujeres son tan personas como los hombres. Por cierto, soy mujer y estoy hasta la boina de que todos los que dicen ser mis profetas menosprecien y discriminen a las féminas. ¿Acaso no nacéis todos de una mujer? Podíais estar agradecidos en vez de joderles la vida.

Me gustaría mucho que no fueseis tan quisquillosos con la forma de amaros entre vosotros, siempre que se haga de forma voluntaria y mentalmente madura. No le pongáis puertas al campo, que para eso os he hecho seres sexuales. Disfrutad, que cuando vuestro corazón deje de latir, ya no lo podréis hacer más. Y probablemente antes, incluso. ¡Ah! y usad un preservativo para no contagiaros o engendrar seres no deseados.

Podíais olvidaros de hacerme templos para venerarme y gastar ese dinero en atender y curar a vuestros vecinos y vecinas. ¿Qué coño me importa a Mí que me hagáis una catedral preciosa, mientras gran parte de la humanidad no tiene un mínimo de alimento para sobrevivir?  ¿Estáis locos?

Y dejad de dar la tabarra con la asignatura de religión. El que quiera compartir sus sentimientos religiosos con los demás que lo haga por su cuenta, pero que dejen de tratar el tema como si fuera botánica o minerología: los presuntos referentes religiosos son incognoscibles, es decir, que no son observables por varios sujetos simultánea o coordinadamente, porque son creados por la mente humana en el ámbito de la conciencia subjetiva.

Puedo ser un ser omnipresente de carbohidratos complejos, pero disfruto de las cosas sencillas de la vida. Yo lo sé, para eso SOY el creador.”


Después de oír todo esto, no pude por menos que apagar el ordenador, hacerme unos espaguetis a la carbonara y quedarme de lo más reconfortado.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas