viernes, 24 de enero de 2014

Oración


Fraude nuestro que estás en los mercados,
santificada sea la usura,
venga a nosotros la estafa
y hágase la iniquidad
así en democracia como en autarquía.

Danos hoy los espúreos beneficios de cada día
y perdona nuestras deudas
así como nosotros esquilmamos a la mayoría
y no nos dejes perder nuestros paraísos fiscales
mas líbranos de la justicia.
Amén

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

lunes, 20 de enero de 2014

NO TIENEN CURA


Hay que ver qué fijación tiene la jerarquía católica con nuestras apetencias sexuales. El nuevo cardenal designado por el Papa Francisco, Fernando Sebastián, ha declarado que “la homosexualidad es una deficiencia” que se puede “normalizar con tratamiento” y que “la sexualidad tiene una estructura y un fin que es la procreación”.

Resulta curioso (y de una soberbia desmedida) que los intérpretes de la doctrina católica, habiendo renunciado a la natural sexualidad de su especie ponderen como debemos vivir, creyentes y no creyentes, la nuestra. Es chocante que los que se niegan a sí mismos el matrimonio pretendan legislar quién puede casarse y quién no. Llama la atención que aquellos que dicen ocuparse de los asuntos espirituales de la vida pongan tanto empeño en acumular tan cuantioso patrimonio...

El nuevo cardenal, que equipara las inclinaciones sexuales con la hipertensión (?), ya nos dejó bien claro hace seis años (en vísperas de unas elecciones autonómicas y municipales) cuales eran sus tendencias políticas: según Fernando Sebastián, el voto a Falange Española de las JONS, Alternativa Española, Comunión Tradicionalista Católica, ... “no puede ser considerado como obligatorio pero sí es digno de consideración y apoyo” ya que defiende los valores sociales y familiares coincidentes con la doctrina católica. ¿El nacional catolicismo de cuando estábamos alineados con las potencias del Eje?

Bien equivocados estaban los que pensaban que, con el nuevo Papa, las cosas podían cambiar y la jerarquía católica iba a variar de rumbo en su deriva intransigente, su tradicional apoyo a dictadores y déspotas y su visión misógina y antidemocrática del mundo. El escorpión picará a la rana aunque le vaya la vida en ello. Y eso no tiene cura.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

miércoles, 1 de enero de 2014

SEXO BESTIAL


   La jerarquía católica, no contenta con su más que generosa financiación estatal, con incluir su integrismo doctrinario en la enseñanza pública (equiparándola y en abierta contradicción con las ciencias y el conocimiento), con exenciones fiscales arbitrarias y ventajistas y con una ubicuidad más que discutible en los asuntos mundanos de nuestra sociedad, está de campaña. Se supone que, aprovechando estas entrañables fiestas de navidad, promueven entre sus más piadosos fieles coacciones y ataques a clínicas donde se practica la interrupción del embarazo.

   Agitan sus crucifijos y vociferan sus alucinadas jaculatorias para que, con el guirigay, no advirtamos la confusión que pretenden colarnos entre “embrión”, “feto” y “ser humano”, pretendiendo sentar cátedra en un asunto que afecta exclusivamente a las mujeres. A este paso van a catalogar de genocidio una inocente polución.

   No contentos con denegar el uso de preservativos que impiden la propagación de enfermedades venéreas y constituyen la mejor herramienta para desarrollar una maternidad responsable, siguen considerando a la mujer un estereotipo irreal, origen de todo pecado y, por supuesto, inferior al hombre e incapaz de gobernar su iglesia ni en la más humilde de las parroquias.

   Reniegan de la experiencia de vivir la vida en compañía, pero se atreven a dictar sentencia y obligarnos a todos a ponerle orejeras al afecto, ponderando a quién podemos amar y a quién no. Como los hijos de Juan Soler, que le enseñaron a su padre a joder.

   La principal preocupación hoy en día de estos “misóginos purpurados” es que acabemos todos casándonos con la primera pareja que conozcamos (del sexo contrario, eso sí), que seamos monógamos hasta el final de nuestros días, que nuestras mujeres se carguen de hijos (deseados y no) y que “ellas” sean sumisas y obedientes.

   Para estos “intérpretes de la verdad absoluta”, buscar el placer adulto y consentido, elegir el momento de traer una vida al mundo y dejar que la pasión y el cariño guíen nuestro sexo es “fornicar como animales”, cuando son las bestias, precisamente, las que practican el sexo sin afectividad y con el único propósito de procrear. Justo lo que predican los obispos.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

¿VIVA EL REY?


    Desde mi condición de súbdito incuestionablemente sometido, quiero enviar un mensaje (por esta vez lo haremos al revés) a su alteza Juan Carlos I rey de España de abundantes nombres y escueta firma: yo, el rey.

    Me preocupa la abnegada labor que Su Excelencia (creo que ostenta el mismo título que su predecesor), con denodados esfuerzos, ejecuta día a día, atendiendo recepciones, inauguraciones, congresos, reuniones, cumbres... y un sinfín de actos y celebraciones que pueblan su repleta agenda: todos ellos superfluos y perfectamente evitables.

    Esta voragine protocolaria que desempeña pese a su avanzada edad, le está ocasionando innumerables incidentes, traspiés, caídas y accidentes de toda índole, que minan su salud y dan lugar a situaciones de poca dignidad y mucha befa en las redes sociales, que socavan la institución que preside con tanta elegancia como pericia: poca.

    Este año que termina, permítame que se lo diga, ha tenido usted más percances que Juan José Padilla, la familia de Ortera Cano y Pedro Navajas juntos. Esta desenfrenada actividad le está abocando a un desenlace que a todas luces se presume funesto y que, a los agradecidos siervos como yo, nos preocupa sobremanera.

    ¿Y no estaría usted más confortable en una isla paradisíaca del Caribe, disfrutando de la gastronomía y la hospitalidad de las tribus que pueblan tan exóticos parajes?. Sé que su abnegada dedicación para con el buen gobierno y delicada diplomacia que precisa este país, le hace permanecer al pie del cañón, pero por mi parte , Alteza, queda usted exonerado de tal compromiso: puede usted largarse cuando quiera y de paso llevarse a su encantadora familia.

    No me cabe duda que las relaciones que, a lo largo de su mandato, ha cosechado tan profusamente con sátrapas y caciques del mundo entero, podrán facilitar, sin endeudar todavía más las mermadas arcas de este desvalijado reino, la acogida de tan insigne huésped, para que encuentre un destino acorde con su condición y alivie la etapa postrera de su existencia.

    ¿Que viva el rey?  bueno, si no hay más remedio... ¡pero que viva en otro lado!.

Suyo afectadísimo: Juanito Monsergas.