martes, 15 de diciembre de 2015

LA MOCHILA


Hay una pregunta que me hacía cada vez que le veía a mi hija acarrear una tonelada de libros y cuadernos en una mochila anclada a su espalda durante su paso por la escuela y el instituto: ¿Para qué hostias habrán inventado la rueda? Me dolía ver a tantos y tantos jóvenes estropeándose la espalda por negarse a utilizar una mochila de ruedas. Luego me enteré de la razón: las mochilas de ruedas eran de críos y ningún chaval y mucho menos un adolescente quiere aparentar ser menor. Era una cuestión de prestigio ante los demás que apedreaban, algo más que simbólicamente, a quien tuviera la ocurrencia de ir a clase con una mochila con ruedas. “¿Qué quieres, que se rían todos de mí?” Me decía mi hija cada vez que le instaba a utilizar un carrito antes que la espalda. No sé si el saber ocupa lugar pero el aprender pesa.

Estos días, ante el aluvión de sondeos, muchos de ellos con una muestra realmente ridícula, menos de un dos por mil del electorado, y después del bombardeo sufrido por los medios de comunicación sobre las medidas de la mesa del debate, el fondo del escenario, los camerinos donde los van a maquillar, las luces que les van a poner, las preguntas que les van a hacer, las tomas que les harán cuando lleguen al plato y en el taxi... me he acordado de la mochila utilizada por nuestros jóvenes. 

Parece que todos los medios estuvieran infectados de esta fiebre pronosticadora de los resultados electorales y, lejos de analizar seriamente la naturaleza de aquellos que pretenden administrarnos los próximos cuatro años, se dedicasen a ensalzar y mercadear con las fruslerías frívolas de los personajillos en liza y los aspectos más secundarios de su esperpéntica campaña. Y ningún medio rehúsa a semejante circo para pescar audiencia.

Nos tratan como idiotas desmemoriados, pero dan tanto la tabarra y nos bombardean con tanta información  inútil y tanto vaticinio que creo que nos aburren y además nos manipulan para que al final votemos lo que nos dicen que va a salir. Ya sabemos cuántos diputados van a sacar cada grupo o por lo menos así nos lo hacen ver. Además los grupos más poderosos y que más recursos manejan (ellos sabrán como los sacan, los demás tenemos que suponer que honradamente...) son los que acaparan prácticamente los medios y la publicidad electoral. El mensaje transmitido una y otra vez es si éste va a adelantar a aquél o el otro va a conseguir ser segundo. Si fulano toca la guitarra, mengana baila sevillanas o zutano no tiene ni repajolera idea de cómo funciona la cocina de su casa. Parece que no importa lo que digan que van a hacer ya que no tiene ningún valor el mensaje prometido ante la constatación de que no lo van a cumplir, ni interesa la trayectoria recorrida en las últimas legislaturas al haber atiborrado de corrupción y podredumbre la vida política del país. Es como el traje nuevo del emperador en versión audiovisual.

Lo importante ya no debe ser ganar sino hacer perder al contrario. Debe de haber distintos grados de democracia... habría que saber si a esto se le puede considerar como tal.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

PETICIÓN REAL


Dadas las buenas relaciones que, tanto el rey emérito Juan Carlos I como su hijo el monarca regente Felipe VI mantienen con la casa real saudí y en especial con su majestad el rey Salman, al que presentaron sus respetos a comienzos de año con motivo del fallecimiento del anterior soberano Abdalá y dadas las inversiones y relaciones comerciales que nuestro país mantiene con Arabia Saudí, querría solicitar que interceda ante su homólogo árabe para que levante la pena de muerte a la que ha sido condenado el poeta palestino Ashraf Fayad por blasfemo.

El poeta palestino, al que se considera un refugiado a pesar de haber nacido en Arabia Saudí, fue detenido en agosto del 2013 acusado de insultar a Dios y al Profeta y de distribuir su libro de poemas “Instrucciones en el interior” que, sostienen, incita al ateísmo. Sus amigos mantienen que, en realidad, fue detenido por grabar a la policía mientras daba latigazos a un hombre en la ciudad de Abha. Cinco meses más tarde volvió a ser detenido y condenado a 800 latigazos y cuatro años de cárcel nuevamente bajo la acusación de blasfemo.

Fayad no contó con representación legal en el juicio al haberle retirado su identificación y, tras acusarlo de ateísmo y de extender pensamientos destructivos por la sociedad, al no poder sostener dichas acusaciones, la Mutaween (la policía religiosa) increpó al escritor por fumar y llevar el pelo largo para, poco después dos “agentes” declarar en el juicio que el autor había insultado a Dios en público. El autor negó los cargos, solicitó perdón y apeló la sentencia pero el juez consideró que ésta no debía de ser lo suficientemente severa pues fue condenado a muerte.

Así que, majestades, la próxima vez que vayáis a visitar a la familia real suní wahabita saudí a presentarle vuestros respetos, los del gobierno y los del pueblo español, condicionéis mi saludo a que la “Promoción de la moral y rechazo del vicio” (que así se llama la policía religiosa) no ejecute a sus ciudadanos tan alegremente e indulte a Ashraf Fayad.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

ABOGADO DEL DIABLO


A pesar de tener la sensibilidad de un limaco para el tipo de “perfomances” que gente como Abel Azcona considera arte, de que me parece que el objetivo de su exposición para llamar la atención sobre ciertos aspectos indeseables de nuestra sociedad no ha surtido el efecto de “despertar las conciencias” que, supongo, pretendía y que ha tenido el efecto contrario, insuflando indignaciones no sólo en los círculos más integristas e intransigentes del catolicismo sino también en personas cabales, de buen corazón y honestas, que también las hay entre los seguidores de la fe cristiana, no me resisto a hacer una pequeña consideración al respecto de la polémica que ha revolucionado la opinión pública pamplonesa.

Y digo yo si los indignados que, en pleno siglo XXI con el genoma humano prácticamente descifrado y la línea evolutiva que nos ha traído hasta nuestra consideración de homo sapiens sapiens casi resuelta (aunque a alguno le cueste creerlo), han acudido a la plaza que corona la avenida Carlos III y de cuyo nombre no quiero acordarme a rezar el santo rosario como acto de desagravio ante el uso sacrílego que el artista de marras ha hecho de la sagrada forma, se han sentido ultrajados cada vez que ha trascendido (o hemos conocido, sin tener que rebuscar demasiado en nuestro pasado) el carácter degenerado de aquellos sacerdotes que, muchas veces amparados en su estamento eclesiástico, abusaban con impunidad de ingenuos e inocentes chavales haciéndoles un daño irreparable. Ellos no sólo administraban el “cuerpo de Cristo” sino que además lo consagraban. ¿Alguna vez se les ocurrió hacer una misa de desagravio por la maldad demostrada y el trastorno infligido por personajes tan depravados?

Hacía tiempo que la sociedad pamplonesa no se rebotaba tanto por un acto público, con lo que el artista puede pensar que su “creación” ha sido un éxito. Nada más lejos de la realidad. Por mi parte no me despierta el menor interés. Hubiera preferido haber asistido a la actuación de Josephine Baker. Esa si que fue rompedora.

Suyo afectadísimo, Juanito Monsergas


viernes, 20 de noviembre de 2015

MUERTE


“Vosotros amáis la vida como nosotros amamos la muerte y por eso venceremos” afirman los ejecutores de las matanzas que se han perpetrado en París recientemente. Frase tan rimbombante como estúpida solo puede venir de alguien a quien le han extirpado el entendimiento, porque así como la vida es pasión, sentimiento, razonamiento, acción, sensibilidad, imaginación, etc. etc. la muerte no es más que ausencia. ¿Serán más peligrosos muertos que vivos?

Estoy convencido de que la gran mayoría de musulmanes instalados entre nosotros prefieren esta sociedad, por muy decadente, materialista y pecaminosa que sea (o precisamente por eso) que aquella que preconizan los ulemas más intransigentes. Creo que la religión es la excusa y me inclino a pensar que intervienen otros factores como la situación de los deprimidos barrios de ascendencia emigrante de las naciones occidentales, la precaria situación económica de gran parte de los países del mundo y los tejemanejes y oscuros entresijos de la confrontación política mundial, en la que un enjambre de servicios secretos, ejércitos, traficantes, empresas de armamento y mercenarios trinchan el planeta para rentabilizar sus negocios e implementar sus estrategias geopolíticas. El tiempo lo dirá.

Las ampulosas declaraciones de los prohombres y gobernantes occidentales sacando pecho producirán risa en los promotores de las escabechinas pues saben que somos vulnerables y que nuestros gobiernos no van a poder preveer sus futuras ocurrencias. Perderemos la batalla si hipotecamos las libertades en aras de perseguir una seguridad total inalcanzable, si bombardeamos sus poblaciones apaciguando nuestra indignación con sus cadáveres, la mayoría de los cuales serán tan inocentes como los nuestros, si combatimos su intransigencia con xenofobia, si nos volvemos insensibles con los miles de refugiados que piden nuestro amparo. ¡Qué pronto se esfuma la memoria de lo que fuimos, de lo que sufrimos tras las guerras que, no hace tanto, inundaron nuestra existencia de deudos, miseria y desolación!

La muerte se nos aparece en el horizonte como una posibilidad que siempre estuvo ahí y que nuestra acomodada sociedad se niega a contemplar siquiera como colofón inevitable a la vida. Si nos agarramos a ella hasta alargar nuestras agonías negándonos ese paso final como algo necesario y evidente ¿cómo asumir que en cualquier momento la vida nos puede ser arrebatada sin otra razón que la parte alícuota de lotería que todos recibimos al nacer o la estupidez de nuestros congéneres? 

Necesitamos desterrar la certidumbre de la fe ciega y sustituirla por el conocimiento científico, la inteligencia y la duda sistemática para comprender, humildemente, nuestra dimensión existencial en un cosmos inconmensurable y, por lo menos para nosotros, eterno. ¿Cómo amar la muerte sin matar el amor?

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

COMERCIO, HORARIOS Y ALCOHOL


En respuesta a la carta aparecida en Diario de Noticias el 18/11/2015 bajo el título “Pequeño comercio: van a por nosotros” quisiera hacer al respecto las siguientes consideraciones:

Si bien es cierto que la ANAPEH y la AEHN intentan desviar la responsabilidad del tumulto que se organiza en las calles del Casco Viejo de jueves a domingo achacándolo al botellón, cuando es más que evidente que el problema lo ocasionan los clientes de algunos bares, el sentido común nos induce a pensar que la venta de alcohol a altas horas de la noche no responde a una demanda vecinal sino a un consumo barato de alcohol en las calles, que redunda aún más en convertir el espacio público en una macrosala de fiestas cada fin de semana.

El consumo de alcohol, lo mismo que otras actividades comerciales (y por tanto sujetas a fiscalización impositiva) han de estar circunscritas a un local determinado, con sus límites, sus cierres y aislamientos pertinentes y sus servicios y controles que marcan las leyes que todos seguimos. No veo en su reivindicación de venta libre de horario y alcohol ningún bien para el vecindario en particular, para beneficio de la ciudad, ni qué valor puede aportar a la sociedad si no es incrementar el botellón ocasionado por algunos establecimientos hosteleros y promocionar un ocio de borrachera “low cost” que degrade aún más nuestras descontroladas calles.

Dudo mucho que el pequeño comercio, ese comercio que llama usted “de toda la vida”, al que conozco desde hace muchos años y al que acudo a diario, vaya a sobrevivir vendiendo alcohol a la una o las dos de la madrugada. Hablar de que esta norma “...va a cerrar muchos comercios de nuestra localidad y de toda la Comunidad Foral, que se perderán muchos puestos de trabajo y la quiebra de las familias...” es pura demagogia. Más bien creo que los pocos comercios que se dedican a expedir bebidas etílicas a tan intempestivas horas son una minoría que, haciendo una competencia desleal a los bares, buscan un beneficio exclusivamente económico y apenas contribuyen a servir al vecindario sino más bien al visitante que busca una borrachera barata y utiliza el espacio público como una enorme taberna donde poder desmadrarse y aliviarse en cada portal.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

viernes, 18 de septiembre de 2015

CONVIVIR


Los vecinos del Casco Viejo estamos hartos de las ilegalidades de ciertos hosteleros, de los clientes que abarrotan el barrio cada fin de semana ocasionando graves problemas de accesibilidad, suciedad, ruidos y gamberrismo que se alargan hasta altas horas de la madrugada y de la inoperancia total del Ayuntamiento que se desentiende de hacer cumplir la normativa y se muestra completamente incapaz de proteger a los habitantes de este emblemático barrio. 

Ya no se trata de soportar, se supone que por el bien de la ciudad y la hostelería, la invasión sanferminera de un millón y medio de personas cada seis de julio, que supone no pocos problemas e incomodidades a la mayoría de vecinos del barrio, o ser el centro de todo tipo de manifestaciones, procesiones y eventos sino que también parece que debemos resignarnos a sufrir este macrobotellón consentido todos los fines de semana.

Durante muchos años (de 1986 a 2006) el Casco Viejo estuvo declarado “zona saturada” y no se permitió (salvo alguna inexplicada excepción) abrir más bares de los existentes. Se aprobó una normativa (el PEPRI... “ el mantenimiento de la estructura urbana y arquitectónica del Casco, así como en general de sus valores ambientales... ...y posibiliten la mejora de las condiciones higiénico-sanitarias y de habitabilidad...”) que protegía a los vecinos de la actividad hostelera y las consecuentes molestias que podía ocasionar. Sin embargo a partir del año 2006, en que se vuelven a autorizar nuevas licencias para hostelería y sobre todo con la ley anti tabaco que saca a los clientes a la calle, unido a la dejadez del Ayuntamiento, el problema para los vecinos alcanza unas cotas difíciles de soportar. Cuarenta y cinco nuevas licencias en ocho años y todo parece indicar que va a haber muchas más.

La proliferación de las llamadas terrazas de barril inunda las calles que pasan a ser ampliaciones del bar de turno con el consiguiente entorpecimiento vial y ocupación abusiva de un espacio que, sin duda alguna, se sustrae a la ciudadanía. El afán recaudatorio del Ayuntamiento no tiene en cuenta, a la hora de otorgar permisos para terrazas tan sui géneris, ni los mínimos espacios viales para circulación de vehículos y personas, ni el aforo permitido, ni los inconvenientes provocados por invasión tan desmedida. ¿Quién se mete con el coche por Navarrería, Estafeta o San Nicolás un “juevintxo”?. ¿O a recoger a un familiar o llevarlo en una silla de ruedas?

Ni qué decir tiene que, si la ley anti tabaco pretende proteger a los menores prohibiendo su consumo en ciertos espacios (cerca de hospitales, parques, etc) no se entiende como esos mismos menores pueden ser expuestos sin ningún problema a la ingesta de alcohol en plena vía pública sin ningún tipo de cortapisa. ¿Es más dañino el tabaco que el alcohol? ¿No debería preservarse el consumo de alcohol a locales cerrados ajenos a los menores de edad?

En cualquier caso el sufrido vecindario se podría dar con un canto en las narices si, aunque no se aprobasen nuevas limitaciones, se respetasen las normas ya existentes que, hosteleros y clientes, se saltan a la torera cada vez con más alegría y desparpajo. En demasiadas ocasiones no se respeta el horario de cierre ni de los bares ni de los discobares, discotecas encubiertas que alargan su cierre bastante más allá del horario permitido.

El aislamiento acústico es, en muchos casos insuficiente, al haber muchos locales que no instalan la preceptiva doble puerta. A ello hay que añadir que la nueva moda de los diseñadores consiste en abrir el bar a la calle, instalando un gran ventanal movible que, lógicamente, no va a aislar lo suficiente. La transmisión de los sonidos de baja frecuencia, aún en el supuesto de que se controlasen las puertas para minimizar la salida del ruido, es muy difícil de impedir y exige unas medidas arquitectónicas muy costosas.

El alboroto producido por el trasiego y el deambular de los clientes a altas horas de la madrugada debería de ser controlado por la policía municipal o cualquier otro de los numerosos y coloridos cuerpos de los que disfrutamos en esta diferenciada comunidad. Sin embargo, la negligencia de los agentes ante la barbarie de vómitos, orines, golpes y berridos que se prolongan hasta el amanecer es manifiesta cada fin de semana.  ¿Se permitirían estas actitudes en, pongamos por caso, Carlos III, Yanguas y Miranda o Pio XII?

Cuesta tomarse en serio la campaña promovida por el Consistorio pamplonés colgando grandes carteles de fachadas y balcones con mensajes asertivos en los que se animaba a los borrachos y poli-toxicómanos nocturnos a hablar de forma comedida, sin levantar la voz y apelando al civismo y la empatía. Parece mentira que, acostumbrados a que se nos reprima en otras protestas bastante más inofensivas y justificadas, de forma mucho más contundente y resolutoria, a estos incívicos salvajes se les trate con tanta deferencia y comprensión.

Tampoco hace falta ser un avezado psicoanalista para darse cuenta de que un comerciante, al que se le deja extender su negocio más allá de sus límites y se le permite saltarse el reglamento sin sanción alguna, vaya a intentar sacar siempre el máximo beneficio, a interpretar la normativa en provecho propio y si puede ignorarla y a desentenderse de los perjuicios ocasionados a los vecinos. Alguien que ha metido dos millones en un negocio, no sé yo si va a ser muy sensible con las quejas vecinales ocasionadas por ese mismo negocio.

El Casco Viejo, por su peculiar constitución urbanística, por ser el centro neurálgico de la ciudad, por albergar el testimonio de su devenir histórico y por constituir la imagen por excelencia de la población debería de recibir mayor atención y cuidados. Lo mismo que protegemos un edificio, un entorno o una característica de nuestra idiosincrasia, deberíamos de proteger con especial esmero las calles, el comercio, las casas y todo lo que conforma la esencia de esta ciudad. 

Hace unos años el Ayuntamiento declaró el Casco Histórico saturado de oficinas bancarias porque desvirtuaban el carácter comercial de la ciudad. ¿Qué podemos decir de una calle que tiene un bar cada nueve metros? Es hora de que la autoridad municipal reconduzca la situación, deniegue la concesión de nuevas licencias hasta la realización de un estudio en profundidad que aligere las zonas saturadas, imponga una normativa más restrictiva y limite los horarios para así permitir la convivencia con el vecindario y poder recuperar las calles para que no sean pasto de aquellos que hacen del exceso su forma de diversión. 

Se supone que es el Ayuntamiento el que ha de hacer cumplir las leyes que nos protejan de los abusos, injusticias y excesos de nuestros conciudadanos. Si no lo puede llevar a cabo y se muestra incapaz de hacer valer la ley está de sobra y debería dimitir. En muchas ciudades tienen o han tenido el mismo problema pero no todas han reaccionado de la misma manera. Otras mantienen y hacen respetar las normas para que los vecinos puedan vivir dignamente. Es nuestro derecho. Aquí vivimos y nadie tiene derecho a amargarnos la vida.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

martes, 21 de julio de 2015

LA CULPA


A pesar de estar convencido de que sólo mi atrevimiento supera mi ignorancia y ante la ola de sarpullidos, espumarajos y declaraciones alarmantes y alarmadas de los partidos constitucionalistas (también llamados nacionalistas españoles) a raíz del auge de las formaciones vasquistas y de izquierda y su futura gobernanza de la comunidad foral, me decido a plasmar en el presente escrito las siguientes reflexiones.

Según dicen “el terrorismo ha contaminado el proyecto nacionalista en Navarra”, está en riesgo “la unidad de España, la historia de Navarra y la seguridad y libertad de los ciudadanos” y hasta parece que nuestra situación de bienestar económico y social que nos coloca a la cabeza de España (?) “todo este activo corre peligro” dada la nueva correlación de fuerzas imperante en el ayuntamiento y en el gobierno autónomo. 

Nunca antes el conjunto de la ciudadanía navarra habíamos sido tratados con tanta displicencia y paternalismo como después de haber ejercido el derecho al voto en las últimas elecciones. Parece que nos ha dado el siroco, nos hemos vuelto locos o, peor aún, hemos decidido suicidarnos acercándonos a la opción gubernativa que va a traer el caos, la ruina y el desbarajuste más absoluto a este paraíso de la abundancia y la felicidad, quintaesencia de las aspiraciones más supremas que la condición humana pueda desear.

Ni siquiera se da un mínimo plazo de tiempo para comprobar qué van a hacer los nuevos concejales y consejeros autonómicos tan denostados precisamente por aquellos que nos han traído hasta aquí. Porque lo que ha quedado claro con los políticos “salientes” es que nos han dejado una deuda de más de cinco mil euros por cabeza, con obras tan faraónicas como innecesarias, con la quiebra del buque insignia de la economía navarra, con recortes más que notorios en sanidad y educación y doblegados a una oligarquía retrógrada, clientelar y avariciosa que lleva mangoneando esta comunidad desde la noche de los tiempos.

Dado que la falta de alternativas apetecibles nos lleva al electorado a votar la opción menos mala o incluso el “voto en contra”, puedo afirmar sin temor a equivocarme que la responsabilidad (o como a ellos les gusta decir: la culpa) es de UPN y PP que con su nefasta política neoliberal nos han llevado a la ruina y del PSN que, durante los últimos 40 años de democracia se ha dedicado a defraudar una y otra vez a la ciudadanía navarra.

Así pues, perdonen que ponga en duda los méritos de unos partidos (que no han gobernado y por tanto no han podido demostrar su valía) para salir elegidos en las urnas y atribuya dicho éxito a las malas prácticas de los que sí han ejercido el poder o por lo menos han tenido la posibilidad de hacerlo. Y ahora por favor, déjenlos que se equivoquen y hagan las mismas chapuzas, prevaricaciones y esquilmen las arcas forales como han hecho ustedes antes de pedir su cabeza.

Suyo afectadísimo: Juanito Monsergas

lunes, 13 de julio de 2015

CRIMINALIZACIÓN TOTAL


Sabido es que la realidad tiene muchas caras, algunas incluso contradictorias, y que cuanto más se aprecia la subjetividad de las cosas más cerca estamos de su objetividad, por ello, la decisión de la derecha de aprobar la nueva Ley de Seguridad Ciudadana precise un análisis más diverso que el mero rechazo. No se me escapa también que las notables y selectas mentes que rigen nuestro destino y cuya capacidad hace tiempo que no pongo en duda y estimo en su justa medida, tendrán razones poderosas e incomprensibles para la mayoría de los mortales que les ha llevado a promulgar edicto tan repudiado.

Pues, ¿alguien ha reparado en la bondad recaudatoria de tales medidas y el beneficioso impacto que tendrá sobre nuestras economías? ¿No nos damos cuenta de que la recuperación económica la pueden sufragar los delincuentes, matando así dos pájaros de un tiro? ¿Acaso se duda del provecho que podemos disfrutar de nuestra propia inacción y contemplar satisfechos cómo aquellos que se deciden a intervenir, protestar o cuestionar contribuyen a engordar las arcas públicas? Nuestra pasividad, nuestra inactividad se convierte en el lucro generoso e increíble tan difundido en publicidad del “actúa mientras duerme”. Bien es cierto que existe el riesgo de que, sin comerlo ni beberlo, te encuentres en un marrón considerable, fruto de la amplitud de nuevos delitos y de la ambigüedad de las acusaciones y culpabilidades del nuevo edicto, pero eso es algo que con un poco de suerte y manteniéndonos en unos parámetros anodinos, convencionales y dóciles probablemente podamos evitar.

Aún siendo fácil que al final todos vulneremos la legalidad en algún aspecto y por tanto seamos la totalidad de la ciudadanía susceptibles de ser considerados delincuentes (y dada la imposibilidad de acabar todos en el talego), ¿no sería más sencillo, práctico y económico que las altas instancias de nuestros "fuerzos y cuerpas de seguridad del Estado" pudieran decidir qué delitos han de perseguirse con mayor saña, cuales son disculpables y a quién se tiene que enchiquelar?. A fin de cuentas, y dado que los encargados de mantener el orden van a decir qué es delito, dictar la sentencia y ejecutarla, no deja de ser un ahorro sustancial y una forma de conseguir la paz social el que “el señor de la porra” nos evite tener que pensar, cuestionar o poner en duda el tipo de sociedad que queremos para nosotros y nuestros descendientes. Para mayor comodidad social, criminalización total.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

A VER...


Que me parece muy bien que te encuentres por la calle con los amigos y conocidos y te pares para charlar un rato, pero que te tengas que parar en la parte más estrecha de la calzada justo al lado del contenedor de la obra, donde la acera es más angosta, a la altura del kiosko de las chuches y encima con el carrito del crío cruzado es como si lo hicieras a mala leche. Haces como si no te enterases y te paras en el quicio de la puerta de salida, aparentando revisar si te han dado bien las vueltas o si de repente te hubiera dado por pensar (¡a quién quieres engañar!) o hubieras recordado algo que te ha dejado paralizado. Mentira. Sabemos de sobra que tu “parálisis entorpecedora” está directamente relacionada con el placer que te proporciona el tapón que estás organizando. Te paras aquí, donde más molestas mientras el resto del mundo pasa a tu lado apretándose, con dificultad y maldiciendote con la mirada. A ver, igual es tu manera de ocupar tu puesto en la sociedad, pero podías hacerte a un lado y resultar un poco menos molesto.

Entiendo que la soledad hace estragos, sobre todo con los años, que el único momento del día que tienes para socializar es cuando vas a hacer la compra y cuando le hablas al televisor, pero podías dejar de darnos el coñazo mientras los demás (el decorado) esperamos que acabes de coger una maldita barra de pan que probablemente no será la más “tostadica” o “mira esa a ver si es mayor” o “bah, deja dame la otra, no esa no, la que te he pedido al principio y después te he dicho que no, que me enseñes otras diecisiete...”. Y ya el colmo es que cuando ya parece que te has librado de personaje tan incordio, vas a la frutería y te lo vuelves a encontrar y si difícil es que elija una barra de pan ni te cuento lo que puede significar escoger la fruta. A ver, si quieres sentirte importante, en vez de hacer esperar a los demás con tus molestas manías, súbete a la mesa del comedor e imagínate que la ciudad te ha hecho una estatua: al personaje más pelma de los últimos dos siglos.

Todos comprendemos tu alegría, muchacho, pero repórtate que los demás no compartimos tu desaforada y gremial incontinencia. Ya sabemos que los logros que tu mediocre existencia te impide alcanzar, los compensas haciendo tuyos los éxitos de un equipo de fútbol, como si tuvieses algún mérito por jalear sus colores o si te perteneciese de alguna manera la habilidad con el balón que pueda tener un fulano al que no te une nada salvo tu adoración sospechosamente enfermiza. Parece que sentirte parte de la marabunta y que el equipo idolatrado haya conseguido meter una pelota en el umbral de una portería os invita y da derecho para que destrocéis el mobiliario urbano tan feroz como gratuitamente, para que gritéis hasta la extenuación consignas absurdas, salvajes y machistas molestando a todo aquel que habite a un kilómetro a la redonda de vuestro infausto recorrido y que vuestra absurda y extraviada fiesta tuviéramos que compartirla el resto de la humanidad obligatoriamente. Puedes decir que te sobran las razones, pues para ser tan energúmeno no te hacen falta muchas piruetas intelectuales, pero a ver, lo que salta a la vista es que te quedarías mucho más tranquilo y sosegado si alguien te echara un polvo. Igual hasta podemos hacer una colecta y, si no encuentras a nadie que lo haga voluntariamente, buscamos la opción profesional.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

SIESTA


El sol adormece la tarde mientras quien puede aprovecha un sueño que la noche festiva le robó. Un zumbido se aproxima hasta convertirse en el aleteo estruendoso de un helicóptero que lleva sobrevolando la ciudad todo el día. Cuando parece que amaina el ruido del artilugio volador un pitido impertinente e intermitente indica que la plataforma de un camión de reparto esta descendiendo o que, quizás, retrocede. Su sonido se mezcla con la barredora que, furiosamente, recorre aceras y calzadas con su cepillo motorizado haciendo añorar la imprescindible y silenciosa labor de los basureros de antaño que, lenta pero eficazmente, recogían nuestros desperdicios y se convertían en la cara amable y humilde de nuestro aseo callejero.

A poca distancia, un desharrapado acordeonista destroza por vigésimo quinta vez “Clavelitos” que resuena machaconamente y que los clientes de una terraza cercana premian con generosidad esperanzados de que cambie de emplazamiento. De repente el camión municipal irrumpe poderosamente para vaciar, con un conjunto de chirridos, frenazos, escapes y traqueteos, los contenedores de la basura que escupen su contenido atronando la calle, mientras una máquina riega el pavimento de agua jabonosa con un artilugio que espolvorea el detergente fumigado por chorros a presión e inunda el ambiente con una gigantesca burbuja desinfectante.

El estrepitoso golpeteo de un martillo compresor compite con el chirriante girar de una radial que, además de su insoportable estruendo, esparce el polvo pétreo de la piedra cortada a los cuatro vientos, como para justificar la multitud de máquinas limpiadoras que pululan a su alrededor. Al poco, el camión que recoge el vidrio se va dejando oír como un vía crucis ruidoso que se aproxima bar tras bar hasta que, llegado a nuestra altura, hace patente que se necesitan cascos audio protectores para soportar la caída del repleto contenedor o estar sordo, como el encargado de realizar tan escandalosa misión. Una disputa vial se dirime a base de bocinazos y los gritos e imprecaciones de los conductores son ahogados por el sonido del claxon. El incesante runruneo del tráfico se ve sorprendido por el estridente ulular de una sirena que acude veloz a sofocar la urgencia.

Sudoroso y sucio, el operario se afana con un compresor en quitar una pintada mural mientras un elevador emite su característico pitido indicando el descenso de la cabina. Las campanas de la iglesia llaman a los fieles tan escandalosamente que pareciera querer compensar su escaso aforo con el fervor de su badajo. Varios obreros cargan las metálicas piezas de un andamio desmontado esa misma tarde tan sonoramente como si conjurasen su duro trabajo lanzándolas con furia al remolque de un camión cuyo motor traquetea incansable.

Un niño desfila orondo por la acera con su flamante atabal recién estrenado, acompañando los incipientes redobles infantiles a una melodía machacona oída a sus mayores durante las fiestas que tararea feliz. “¡Chaval! Deja ya de joder con el tambor ¡coño! que queremos echar la siesta”.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas


miércoles, 1 de julio de 2015

ESPACIO PUBLICO


Una de las herencias que nunca agradeceremos lo suficiente los vecinos del Casco Viejo al destituido equipo municipal es la profusión de nuevas licencias hosteleras y la proliferación de terrazas y terrazas de barril que inundan nuestras calles, pero con especial virulencia las zonas más sensibles y que, cualquier persona con sentido común y sin intereses económicos, calificaría sin ninguna duda como saturadas. Qué fácil es vender lo público, ¿verdad?.

La apertura de cuatro bares más en San Nicolás (de momento) hace presagiar un deterioro aún mayor de las condiciones de habitabilidad de dicha calle y ahonda en la perversión del espacio público que el Ayuntamiento de Pamplona ha permitido, ignorando los derechos de los vecinos y accediendo a las propuestas más mercantilistas, abusivas e ilegales que ha conocido esta ciudad en muchos años.

Las calles constituyen las arterias por las que fluye el ADN de la ciudad, su población, y no se pueden ceder a negocios privados para que se haga un uso particular (pues particular es su negocio) y monopolístico sustrayendo a la ciudadanía un espacio y una actividad que le pertenece por derecho. El caso de la calle San Nicolás es el más sangrante pero no el único, ni mucho menos, aunque su cotidianidad (media semana de invasión continua y noches verbeneras sin descanso) lo conviertan en un auténtico suplicio para sus vecinos.

Las declaraciones de los hosteleros aduciendo un beneficio para la calle (?) al aumentar el número de bares (actualmente hay uno por cada nueve metros) resulta demencial si no cínico. Cualquiera con dos dedos de frente y sin conocimientos urbanísticos se da cuenta de que dicha unicidad comercial convierte el espacio en un gueto de difícil recuperación induciendo a la población a ese único uso y ahuyentando cualquier otro, por no hablar de la nefasta influencia en el mercado inmobiliario que, por una parte ve como se deprecian los pisos de ciertas calles y por otra se dispara el valor de las bajeras, creando una miniburbuja que espanta al resto de sectores y desvirtúa peligrosamente la actividad comercial, incluso de la propia hostelería. Porque además un bar no es una zapatería.

Los comerciantes han de hacerse conscientes de que su oferta ha de estar integrada en un modelo ciudadano compensado, sostenible y de servicio a la sociedad que proporcione a ese mismo comercio unas infraestructuras, unos servicios y una clientela que equilibren una realimentación beneficiosa para ambos. Y es la autoridad municipal la que debe organizar y fomentar esa red comercial evitando distorsiones y abusos por intereses económicos y corporativos lógicos en cualquier interacción comercial. Esperemos que la nueva Corporación asuma sus responsabilidades y frene las espurias pretensiones de los ávidos inversores que quieren convertir el Casco Histórico de Iruña en un parque temático hostelero.

Si lo que va a prevalecer es la ley del más fuerte (o el más rico) nos sobra la autoridad, porque ésta sólo puede tener sentido cuando protege a los más débiles, legisla para el conjunto de sus ciudadanos y hace respetar las normas a todos. A los humildes y a los poderosos.


Suyo afectadísimo, Juanito Monsergas.

jueves, 28 de mayo de 2015

REACCIÓN


Inquieta, cuando menos, la reacción de la presidenta del Gobierno de Navarra, de su portavoz y del alcalde de Pamplona, todos ellos del partido que ha gobernado ininterrumpidamente durante estos últimos veinte años, declarando al día siguiente de celebrarse las últimas elecciones autonómicas y municipales que la situación de Navarra le recuerda a la de “la Alemania pre-nazi”, que “Navarra y Pamplona considerarán (?) inadmisible que Bildu gobierne en la capital” y que “no puede ser que Pamplona caiga en manos de los que no han condenado a ETA”, asegurando de antemano que van a hacer una oposición “contundente”.

¿Qué pensarán los que sí han conocido el nazismo (incluso su aliado, el franquismo)? ¿Y qué les parece que han dicho los 100.000 habitantes que han dado su apoyo a las formaciones que tanto sarpullido provocan en la derecha navarra? ¿Son ciudadanos de segunda por no elegir bien a quién votar? Geroa Bai y EH Bildu son partidos perfectamente legales y han mostrado claramente su rechazo a la violencia y respeto por el resultado de las urnas. Bastante más que UPN o PP, para quienes cuando el pueblo les apoya resulta soberano, pero cuando no lo hace es que ignora lo que le conviene y es preciso tutelarlo.

Como los malos estudiantes que, ante las malas calificaciones, achacan a los demás sus pésimos resultados y, lejos de hacer autocrítica y aprender de los errores que indudablemente todos cometemos en mayor o menor medida, lanzan excusas de mal perdedor, tienen reacciones infantiles acusando al prójimo de sus propias equivocaciones y eluden sus responsabilidades. Lo único que se les ocurre es ponerles las cosas difíciles a los que quieran gobernar, hacer una oposición “contundente”, no colaborar ni pretender cambiar la difícil situación por la que atraviesan tantos habitantes de esta comunidad y que, su avaricia, insensatez y falta de prudencia han provocado. ¿Esto es navarrísimo?

A fin de cuentas, según nos recuerdan machaconamente las hemerotecas, lo que tantas veces han repetido durante tantos años de que cualquier idea, cualquier alternativa, cualquier proyecto podía defenderse en ausencia de violencia con el mero uso de la palabra no parece que lo tengan muy asumido. Va para cuatro años que callaron las armas y todos estamos muy contentos de que así sea y de que, aquellos que en su día utilizaron el recurso de la fuerza para imponer sus tesis, abandonen esos excesos y se sumen a la vida política, al diálogo y al juego parlamentario para defender sus proyectos. Es de lo que se trataba ¿no?


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

jueves, 14 de mayo de 2015

¿PODREMOS?


Se ha abierto la veda y todos acuden con sus relucientes productos electorales a satisfacer las necesidades del votante: “Otorgamos certificado de requetenavarridad”, “garantizamos el cambio inmutable”, “prometemos lo inimaginable con realismo diligente”, “respetamos la diferencia porque apostamos por la igualdad”, “seremos inflexibles con el extremismo porque somos radicalmente moderados”, “resolvemos problemas imaginando soluciones”, “tolerancia inflexible para una libertad vigilante”, ...

Un mar de dudas se cierne sobre mi cabeza que es incapaz de digerir tanta propaganda en tan escaso lapso de tiempo y que, lejos de aclarar las incertidumbres, se ahoga en desconfianzas, vacilaciones y reparos. ¿Me decanto por el nacionalismo incluyente o por el constitucionalismo respetuoso? ¿Elijo a los que van a gobernar para la mayoría o a los que respetan a las minorías? ¿Doy mi confianza a los que apuestan por la transparencia o a los que no tienen nada que esconder? ¿Apoyo el cambio sensato o lo sensato será la estabilidad? ¿Me inclino por los que quieren gobernar con honradez o por los que se decantan por la integridad en su mandato? ¿Prefiero a los que quieren salir de la crisis, los que están por el auto gobierno, los que van a combatir el paro, los que están por los servicios sociales, los que reducirán las listas de espera, los que bajarán los impuestos, los que combatirán la corrupción ...?

Quizá me fiase más si alguno de los contendientes me dijera que ellos van a intentar colocar a sus familiares en puestos de confianza, van a subirse el sueldo un 50% en cuanto lleguen al poder, darán a sus amigos las obras públicas para que las ejecuten y saquen un suntuoso beneficio y van a aumentar el presupuesto de policías y cárceles lo suficiente como para que no haya contestación en la calle. Por lo menos no me pillaría desprevenido.

De todas formas y hasta que salga un partido sincero me conformaría con que se fuesen los que han estado esquilmando las arcas públicas estas últimas diez legislaturas aburriéndonos con su discurso falsamente posibilista y radicalmente moderado que nos ha traído a la ruina, ha llenado los bolsillos de los que más tenían y, a la postre, ha convertido a esta mini comunidad diferenciable en una aldea dependiente por sus cuatro costados (económico, legislativo, militar y administrativo) abducida por el Opus Dei y la derecha caciquil más aldeana que imaginar se pueda. Sólo nos faltaba Vargas Llosa y estuvo ayer.

Si quieres botar a los que tanto nos han esquilmado, subyugado y oprimido vota a los que todavía no han demostrado que saben robar, prevaricar, malversar, realizar cohecho, ... pero por favor no insistas con los que ya nos han demostrado que sí lo saben hacer. Van a ser cada vez menos y no esperes que lo repartan contigo.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

viernes, 8 de mayo de 2015

LA CUARTA PARED


Como si de un argumento escénico se tratara, los nuevos diseñadores de “locales de restauración y sensaciones vitales deconstruídas”, lo que toda la vida hemos llamado tabernas, garitos, bares, antros, cantinas, tascas o tugurios, han puesto de moda derribar la “cuarta pared”, convirtiéndola en un ventanal de quita y pon que extiende el bar más allá de sus fronteras hasta conquistar la vía pública en un desparrame de felicidad y gozo... para su selecta clientela.

Por lo visto no es bastante que puedan arracimar un sinfín de parroquianos y parroquianas alrededor de las tan extendidas “terrazas de barril” que, animando a su concurrencia a obviar sus fronteras, consideren la calle vecinal como una prolongación de su particular disfrute. Ni que decir tiene que el aislamiento acústico que pueda proporcionar una fachada movible nunca será efectivo, por no hablar de los descuidos y retrasos en su cerramiento. Aunque ya las nuevas tendencias de diseño hostelero integran, en sus millonarios presupuestos de luenga amortización (¿cuántos pintxos hay que vender para amortizar 2 kilos de inversión?), la terraza como antesala del bar, por lo que podrán disfrutar de ese servicio al margen de la ordenanza municipal. Sin límites.

El equipo de gobierno municipal, tan enfrascado en su labor recaudatoria, no tiene mayores reparos no sólo en vender lo que no le pertenece, abonando de terrazas la vía pública, sino que, allá donde no caben o como una solución más modesta ajustada a los posibles del tabernero de turno, proliferar las mal llamadas “terrazas de pie”, eufemismo para colocar un cenicero en la calle donde quepan cincuenta. Con la nueva ordenanza dicen que tienen que retirar el provechoso mobiliario a las 22 horas de Lunes a Miércoles y a las 23 de Jueves a Domingo (gracias al juevintxo el finde dura más que el resto de la semana). De mayo a septiembre una hora más tarde. Retirar o inutilizar.

Habrá que ver donde meten las abundantes cubas los hosteleros porque seguro que muchos de ellos, ya que les han recortado el negocio y acostumbrados a hacer de la adversidad virtud, lo mismo que reconvierten su bar de desayunos,  almuerzos, cafés pintxos y potes en disco-bar nocturno con derecho a dar la matraca hasta las cuatro de la mañana, atendiendo a la empatía vecinal, su natural delicadeza y sensibilizados por el yoga, el kharma y las nuevas espiritualidades orientales convierten nuestro entorno vial en un alma-zen. Y baratico.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas


sábado, 25 de abril de 2015

MORIR DE ÉXITO


Hace años que lo vengo diciendo: los sanfermines han muerto de éxito y, hoy por  hoy, son más de los guiris que de los indígenas. El Casco Viejo “recibe” cada 6 de julio a un millón y medio de visitantes. Como si pudiéramos negarnos. Probablemente el resto de la ciudad inicia las fiestas sin la inquietud con la que las recibimos los vecinos de “intra muros”. Porque la ciudad amurallada sigue estando presente y quizás sea en sanfermines cuando más se note.

Muchas veces se me ha pasado por la imaginación la idea, que en una carta al director del Diario de Noticias le he leído a Julio Pablo Pérez, de convertir la ciudad en un parque temático donde se organicen encierros todos los días del año, se disfrace a los autóctonos con el atuendo blanquirrojo festivo y se oferte juerga y alcohol ininterrumpidamente. Aunque parezca una cuchufleta, la ocurrencia de hacer un doble de cartón piedra en algún polígono a las afueras de la ciudad donde recrear el casco viejo, murallas incluidas,  con bares, restaurantes, chiringuitos, puestos de venta y todo tipo de oferta comercial y donde las casas sean exclusivamente hostales y alojamientos no me parece más descabellado que la construcción del Navarra Arena. Organizar encierros, corridas de toros y dar trabajo a txarangas, peñas y figurantes podría sanear la economía navarra y, tengan por seguro, saldríamos en los telediarios de todo el mundo.

Lo cierto es que el encierro se ha convertido hoy por hoy (y en gran parte gracias a la promoción dada por autoridades y medios de comunicación) en una patata caliente de difícil tratamiento. ¿Se profesionaliza con la consiguiente pérdida del carácter popular y abierto? ¿Se limita el aforo y se restringe su condición universal? ¿Se deja como está, hasta que ocurra la próxima desgracia y le ponemos un pañuelico rojo al féretro? El código penal considera “imprudencia punible aquellos delitos en los que se origina un daño, sin intención, pero cuyo resultado puede evitarse o debió ser previsto”. ¿No está el Ayuntamiento poniendo en grave riesgo la integridad de las personas? ¿Podría algún familiar de alguien, accidentado o muerto en el encierro, iniciar una querella criminal contra el Consistorio?

Lo quieran reconocer o no, el encierro es una actividad extemporánea que casa difícilmente con los tiempos de legalidad, corrección y normativa que asola este siglo XXI. ¿Cómo defender que el Ayuntamiento promueva la suelta de unos animales salvajes por el medio de la ciudad, que promocione dicha atracción como la más importante de la fiesta (además de beber hasta caer desmayados/as) y se haga cargo de los accidentes que puedan sufrir los insensatos que se metan en una carrera tan suicida (por el doble peligro que suponen los astados y el resto de corredores, unos nóveles, otros borrachos, otros asustados, en un acto que se desarrolla a la velocidad de la luz)?  Si un alienígena viniera a Pamplona se quedaría patidifuso con la vorágine de las ocho de la mañana. ¿Qué coño hacen poniéndose delante de las astas de un morlaco de 600 kilos si no lo cazan ni se lo comen ni nada? ¿Sólo por vacilar se juegan que les metan un cuerno (astillado y empujado, como digo, por media tonelada larga de potencia) por el “chirimbolo” aún a riesgo de perder su “órdago” viril? ¿Y luego hacen campañas de salud pública y miran cuándo caducan los alimentos?

La otra opción es suprimir el encierro y dejar que las fiestas pierdan su dimensión universal y vuelvan a ser lo que fueron hace poco más de medio siglo: la festividad de una localidad divertida y entrañable. Como la de cualquier población: con los de casa, los de los pueblos de al lado y algún turista despistado. Creo que sería la única manera de que los de Pamplona recuperásemos nuestras fiestas.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

sábado, 18 de abril de 2015

REGALO CON METÁFORA


El líder de Podemos ha regalado al rey Felipe VI un pack de la serie Juego de Tronos. “Me salto el protocolo para hacerle un regalo que creo que le va a gustar. Se aprende mucho...”. “Pues no la he visto” le contesta el monarca a lo que el aspirante apostilla “...de la crisis española”. “¿Si? responde el rey. “Le gustará” termina el euro diputado. Luego se escucha un “Gracias Pablo” que no se sabe si viene del regente o del ejército de acólitos que rodean, protegen y defienden a “Txuma” (jestad) de cualquier incomodidad que la “intempestiva” vida de soberano le pueda acarrear.

Otros grupos políticos le dieron plantón al mandamás de los tres ejércitos españoles y los telediarios recogieron el chascarrillo como una anécdota llamativa pero inofensiva. Las redes sociales se llenaron de opiniones sobre la idoneidad del acto, unos celebrando el atrevimiento del advenedizo político y otros denostando pleitesía y tibieza. Lo cierto es que mucha gente ha visto la referencia elegida (una serie americana de moda) como una auténtica gilipollez. Una chirigota que no sirve en absoluto de crítica a una institución que muchos consideran heredera del franquismo, defensora de la oligarquía que nos ha traído a la situación económica que padecemos y protectora de la más rancia estirpe que ejerce su hegemonía por derecho genital.

No dudo que el “martillo de corruptos”, que ya se ve con un pie en la Moncloa, emborrachado de vertiginoso éxito en las próximas elecciones, habrá soñado con verse las caras con las más “altas instancias” y dilucidado qué hacer, cómo responder, qué postura adoptar y qué imagen dar a la ciudadanía para seguir resultando creíble pero, a la vez, conseguir no ser borrado de un plumazo. Luchar contra los grandes dragones que devoran a aquellos que osan desafiar al poder. No ser engullido por las inefables trampas de la política. No fenecer ante la ira de los poderosos. Sobrevivir a la tentativa hidra  de la ambición y la egolatría.

Para mí que tendría que haber elegido una referencia a Robespierre o, cuando menos, algo de Mary Renault: El rey debe morir, por ejemplo. Como gesto metafórico hubiera resultado más coherente.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

sábado, 4 de abril de 2015

DAR CERA


Parece ser que una exigua manifestación atea celebrada en la madrugada del jueves pasado ha precisado la intervención de nuestra policía municipal que, en fechas tan señaladas, no ha tenido reparo en identificar a sus participantes, detener a alguno de ellos y “dar cera” al resto de congregados. Hace poco menos de un año, nuestros gloriosos y aguerridos gendarmes pamploneses también intervinieron imputando a siete jóvenes un “presunto delito contra el sentimiento religioso” por parodiar una procesión de semana santa y quemar un muñeco.

Se ve que los agentes consistoriales desarrollan un celo especial cuando se trata de reprimir manifestaciones iconoclastas o simplemente desafectas con el catolicismo rampante que inunda nuestras calles todos los años por estas fechas. Hay que emplearse a fondo y por lo visto no tenemos derecho a expresarnos los que no comulgamos con la estomagante sesión de inacabables repiques de campanas, no decimos amén en las interminables procesiones que colapsan las estrechas callejuelas del Casco Viejo o nos negamos a “disfrutar” por sexagésima vez Ben Hur, Los Diez Mandamientos, María madre de Jesús, Barrabás, Noé, La pasión de Cristo, Fray Junípero, Santa Teresa, Triduos Pascuales varios, Vía Crucis a tutiplén y todos los bodrios que ha hecho Hollywood sobre la Biblia y el Imperio Romano.

Pero bueno, volviendo al tema de las procesiones ateas, sorprende el ardor con el que las fuerzas del orden de la alcaldía reprimen una testimonial protesta de apenas docena y media de vecinos que, pacíficamente y a unas horas intempestivas que no trastocan el orden ni las innumerables expresiones de la secta católica, intentando expresar su desacuerdo con una tradición tan irracional como extemporánea y que hubiera pasado completamente desapercibida si no fuera por la represión ejercida.

No estaría de más que el diligente cuerpo tomara nota de la cera derramada por los navarros de pro_cesión, cuya erradicación les cuesta a los empleados municipales durante varios días no pocos esfuerzos y a los vecinos y comerciantes de la zona ver cómo su limpieza acarrea que nos pongan fachadas, escaparates y portales “como un dios”. Y ya de paso, el resto del año, dejarse ver en todos y cada uno de los fines de semana, cuando el vecindario tenemos que soportar a las hordas de vociferantes y molestos tufarras nocturnos, a los que, por lo visto, no consideran motivo de su atención y quehacer.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas.

miércoles, 4 de marzo de 2015

OCIO, NEGOCIO Y DESCANSO


Uno, que ha sido un aguerrido “cierrabares”, golfo y andarín “cum laude” durante muchos años, puede entender que la clientela de los garitos nocturnos, bien abrevada y, probablemente, con la inestimable compañía de varios especímenes de su misma calaña, condición y momento vital, no sea la más adecuada para darse cuenta de que, un piso más arriba (sí, sí, encima de este bonito tugurio donde nos emborrachamos tan alegremente y nos lo pasamos tan guay) hay gente viviendo que se está acordando de la santa madre del hostelero, de la familia nuclear de sus clientes, de la parentela extensa de los voceros que, a partir del segundo cubata tienen que radiar todas las estupideces que les viene a la lengua sin pasar por el cerebro, de los parientes lejanos de aquellos que piensan que la calle es un urinario gigantesco y los edificios en realidad son atrezo para su bonita curda y que tocarle los timbres al vecindario a las cinco de la madrugada es compartir la alegría que siente uno de estar vivo y si te mosqueas eres un rancio. Pero lo que no entiendo muy bien es qué coño hacen semejantes locuaces politoxicómanos a las cinco de la mañana por la calle, cuando los bares cierran a las dos y media (se supone). ¿Están dos horas y media paseando y no se les pasa el pedo? ¿Qué han tomado alcohol o gasolina?

Tampoco entiendo como se puede petar cada jueves la Plaza de Navarrería al completo, hasta el punto de no dejar ni siquiera una estrecha vereda cual desfiladero andino de 15 centímetros para el tránsito, ocupando toda su superficie, sentándose en el suelo como un gran picnic urbano, cambiando el bucólico césped por el adoquinado aderezado de orines caninos, escupitajos de tísicos, vómitos infantiles (y no tanto), detergente de las numerosas máquinas y efectivos de limpieza municipal y un sinfín de sustancias a cual menos potable y más venenosa. Mientras tanto el cinturón de jardines que rodea el casco viejo, el paseo fluvial y el resto de parques de esta lozana ciudad permanecen desiertos prácticamente todo el año. Es uno de los misterios sin resolver de esta singular Pamplona tan poblada de naturópatas y ecologistas.

Lo que sí me resulta comprensible es que los comerciantes hosteleros que han invertido su dinero en montar el chiringuito que los va a sacar de pobres y que supone un apetecible lucro cada fin de semana, no se acuerden de que el vecindario carece del mismo aliciente que ellos para socializar la calle y ofrecérsela a una legión de entusiasmados y efusivos achispados, por el mero hecho de sacar un barril a la calle y que tengan tan poca prisa en echar la persiana y, por ende, dejar de hacer caja. Ya lo dice la canción: el que tiene un duro quiere tener siete, el que tenga tienda que la extienda y es de dominio público que el comerciante genuino más que pensar contabiliza.

Lo que no resulta tan evidente (a menos que se descubran intereses espurios) es la desidia y la falta de iniciativa del gobierno municipal en la búsqueda de una solución que reprima los excesos de la clientela, aborde las ilegalidades de algunos cuantos garitos y regule de forma sensata un espacio esencial de la ciudad donde, antes que nada, viven personas, algunas de las cuales tienen auténticos inconvenientes en llevar una existencia soportable, porque todo el mundo tiene derecho a disfrutar de un innegable descanso y no tiene porqué tolerar una macrodiscoteca en la puerta de su casa. Las Schutzstaffel utilizaban en sus interrogatorios la falta de sueño para torturar a sus prisioneros. Los que conocen el método aseguran que es un martirio insoportable.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

domingo, 1 de marzo de 2015

RUEDAS DE MOLINO Y DE CARRO


No repuestos de las últimas expresiones de la explosiva mezcolanza de “marginalidad e iluminación religiosa” que provocaron los atentados parisinos, o quizá aprovechando el tirón para justificar proposición asaz retrógrada, el Partido Popular publica en el BOE el nuevo currículo de la asignatura de religión (católica) para los ciclos de primaria y secundaria, preceptos de fe de este Estado “aconfesional” católico, apostólico y... románico (¿siglo XII?), por no decir visigodo.

No se pretende impartir a nuestros jóvenes conocimientos sobre el hecho religioso que pudiera aclarar el devenir humano a lo largo de su historia antropológica, social y culturalmente, ni siquiera una mera comparación de las distintas religiones existentes, sino que lo que se oferta es dogma puro y duro.

De momento la asignatura de religión es optativa, si bien es evaluable, contará para la nota media y servirá para obtener beca. Los contenidos curriculares han sido elaborados por la Conferencia Episcopal (se supone que iluminada por el espíritu santo) sin intervención del Ministerio de Educación que, a pesar de todo sufraga el gasto del profesorado aunque éste lo nombre (y destituya) el Arzobispado.

Los contenidos de esta impropia disciplina (que se impartirá en los 6 cursos de primaria y 4 de la ESO) incluyen los rezos que los alumnos tendrán que memorizar, a la vez que “reconocer la relación intrínseca que existe entre dios y el hombre” (?). Esto resulta de lo más sencillo de introducir en la cabeza de un niño de 6 años... siempre que la brecha craneal sea lo suficientemente amplia para que quepa el catecismo del padre Astete, emblema de nuestra rancia infancia nacional-católica de hace medio siglo.

En segundo de primaria, con 7 años, ya se les puede aleccionar a que no van a ser felices por sí mismos a menos que recurran a la fe en el dogma, en cuyo caso tampoco lo lograrán pero por lo menos tendrán a alguien a quien echarle la culpa, como hicimos los miles de ateos a los que nos obligaron a ser creyentes en nuestra infancia, sin entender absolutamente nada (de mayor tampoco es fácil) y que hoy, vacunados gracias a la santa madre iglesia, nos declaramos más que ateos anti-teos.

Al terminar la primaria, con 11 años, les aleccionarán en “reconocer que la relación con dios hace a la persona más humana”, esto es, considerarnos a ateos y agnósticos más inhumanos y, en consecuencia, susceptibles de ser considerados ciudadanos inferiores. Ya en secundaria se afanarán en explicarles los relatos bíblicos de la creación y el paraíso (trabajo no les va a faltar para digerir tanta crueldad, sinrazón e irrealidad),  que “ejemplifican bellamente la finalidad de la creación de la persona y el mundo entero para el servicio a dios” de donde surge “la dignidad inviolable del creyente”. Los demás parece que seremos unos desgraciado que no merecemos el más mínimo respeto, susceptibles de ser “violables”, esquilmados y vapuleados en el futuro, una vez que esta prometedora “semilla” alcance los puestos de poder que, la santa madre iglesia y la derecha reaccionaria, les tiene preparados.

No es de extrañar que, con estos presupuestos educacionales, los estudiantes se nieguen a aceptar el uso de la rueda en sus pesadas mochilas y prefieran seguir jodiéndose la espalda antes que señalarse ante sus compañeros. El invento de hace siete mil años que tantas facilidades y progresos a aportado a la humanidad es rechazado incomprensiblemente por nuestros alumnos. ¡Viva la ignorancia!


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

lunes, 23 de febrero de 2015

POLÍTICOS AMATEURS


Ahora que se acercan las elecciones, se arreglan las calles, se inauguran hasta las alcantarillas y se prometen cientos de puestos de trabajo para la próxima legislatura, los partidos “populares” navarros, en una pirueta austera de sensatez y holgada de desmemoria, nos proponen desprofesionalizar la política.

Resulta que fueron ellos mismos los que en la legislatura 2003/2007 aprobaron, gracias a su mayoría absoluta, el que los parlamentarios tuvieran un sueldo para poder dedicarse en exclusiva a la política. En la cantidad de despropósitos y desfalcos que han anegado la vida pública de este país, el recorte que plantean no deja de ser “el chocolate del loro”. ¿Acaso va a ser garantía de que, no percibiendo estipendio alguno, la clase política lo va a hacer mejor? Si cobrando lo que cobran ya hay muchos que se les hacen los dedos huéspedes ¿como evitarán la tentación de “meter la mano en el cajón” si no reciben un sueldo que les permita vivir con dignidad? ¿Quién se va a poder (o querer) dedicar a la política?¿Y por qué no se va a retribuir la dedicación a la causa pública? ¿Es casualidad que lo digan ahora que presagian ser desalojados de las poltronas que tantos años han ocupado?

Esta amnesia viene a sumarse al olvido de aquel “eterno diputado navarrro” que (entre otros muchos) trasegaba entre Madrid y Pamplona sobresueldos “ensobrecidos” para compensarle a su compañero de partido por haber tenido que cerrar la consulta al ser nombrado consejero de Salud del Gobierno de Navarra. Aparte del sueldo que le correspondía como consejero, el “popular” estuvo cobrando (en B) 3.600 euros de sobresueldo desde 1991 hasta 1995 (que se sepa).

No obstante resulta llamativo que en el Área Metropolitana de Pamplona (unos 300.000 habitantes) haya veintitantos ayuntamientos y más de 280 concejales. Bien es cierto que muchos concejales de ayuntamientos pequeños no cobran nada y que España está por debajo de la media europea en número de funcionarios, pero la mayor distorsión parece que se halla entre los cargos políticos que pueblan nuestra Administración: aparte de los gobernantes electos (Congreso, Senado, Parlamento Europeo, Comunidades Autónomas) habría que enumerar una incalculable caterva de Vicepresidentes, Directores Generales, Secretarios, Delegados (en las distintas administraciones), asesores y cargos de confianza en empresas públicas y participadas,  Mancomunidades, Cámaras de Comercio, Federaciones, Institutos, Tribunales, Observatorios, Fundaciones, Embajadas, Delegaciones, Diputaciones, Cabildos, Agencias, Consorcios, Casa Real, Organismos, Tribunales, Patronatos, Consejos, Tesorerías, Agencias, Secretarías, Gabinetes, Patrimonios, Direcciones Generales, Instituciones, Mutualidades, Parques, Entidades de gestión, de cooperación, de desarrollo, financieras, culturales, de conservación, de investigación, de transporte, infraestructuras, etc. etc. etc.

Así las cosas y dado que en mi comunidad soy el único vecino sin cargo de Presidente, ni vicepresidente, ni secretario, ni administrador, voy a ver si llego a un acuerdo con las cucarachas de mi piso y monto una comisión de subsecretarios. No saldremos de la miseria pero las reuniones van a ser de categoría.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

martes, 10 de febrero de 2015

SANGRE IRREAL


Tradicionalmente, la pureza de la sangre ha sido condición sine qua non y razón de ser (y de heredar) de las monarquías europeas desde la noche de los tiempos. Los lazos familiares han sido constantes en los casamientos reales durante cientos de años. La madre del emperador Leopoldo I de Austria era hermana de Luis XIV, hermana del padre de su esposa María Teresa (Felipe IV) e hija de la hermana del padre de su marido (Fernando III). La hermana de Leopoldo I se casó con su sobrina Margarita Teresa, hija de Felipe IV y hermana de la esposa del Rey Sol. Así pues, Felipe IV era tío, cuñado y suegro del emperador de Austria.

Sabido es que la casa de los Austrias se extinguió por la reiterada endogamia de la que los Borbones no son en absoluto ajenos: Felipe V, Luis I y Carlos IV se casaron con primas hermanas, los cuatro matrimonios de Fernando VII fueron con Mª Antonia Borbón (prima carnal), Mª Isabel de Braganza (prima carnal), Mª Josefa de Sajonia (prima y sobrina segunda) y Mª Cristina de Borbón (sobrina).

Alfonso XII era en realidad hijo de Enrique Puigmoltó, uno de los múltiples amantes de su madre Isabel II, casada con su primo hermano Francisco de Asís, homosexual reconocido. El padre de Alfonso XIII también se caso con su prima hermana y, en segundas nupcias, con Cristina de Hasburgo, pariente en tercer grado. El hijo de Alfonso 12+1, Juan conde de Barcelona y que no llegó a reinar, también se desposo con su prima, María de las Mercedes y engendró al abdicado Juan Carlos I, cuya esposa Sofía de Grecia no tiene nada de griega y en realidad está emparentada con la dinastía reinante en Dinamarca y Noruega entre otras.

No es de extrañar que, con estos antecedentes, el actual rey de España haya buscado sangre fresca para elegir consorte, aunque parece quedar en entredicho el derecho de sucesión. Si no son de sangre real ¿Dónde reside la legitimidad de su cargo? ¿Ya no tienen que pertenecer a la línea de sangre de los Borbón, Sajonia Coburgo Gotha, Oldemburgo, Orange Nassau, Schleiswig Holstein... de la que descienden todas la monarquías europeas y que ocupan sus tronos por designación divina?

En realidad todas estas disquisiciones sobre el árbol ginecológico de la nobleza me resultaría indiferente, si no fuera porque el coste de la monarquía en este país se aleja mucho de los 8 millones que dicen que les pagamos (el diputado Joan Tardá lo cifra en unos 100 millones anuales si contamos las partidas que destinan todos los ministerios a sus actividades), el oscuro origen y dimensión de su fortuna (que el New York Times cifra en 1.800 millones de euros) y que la Constitución reconozca que el rey es inviolable y no está sujeto a responsabilidad, por tanto, no se puede hablar de sus actividades irregulares o fuera de la ley y no tiene que acudir a proceso judicial alguno, ni siquiera en calidad de testigo.

En definitiva: nuestro rey es un irresponsable, puede delinquir sin que se le pueda procesar, está al frente de los tres ejércitos y además su cargo es hereditario y lo decide él. Eso sí, es alto y guapo.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

lunes, 2 de febrero de 2015

TRES EN UNO


El gobierno, tan preocupado por nuestra seguridad y bienestar, aprovecha el tiempo y, antes de que los “adanes populistas bolivarianos” lo desalojen del laborioso compromiso de alegrarnos la vida en cada telediario, quiere dejar su impronta en un campo en el que siempre ha demostrado gran pericia: el orden público.

Podemos estar tranquilos pues, a partir de ahora, el presidente del Ejecutivo, ese preclaro ojo de lince, tan hábil para detectar las amenazas de la patria como agudo en la dicción, podrá dictaminar el “estado de interés de seguridad nacional”, antesala de los estados de alarma, excepción y sitio. Además, con la nueva ley de seguridad ciudadana y gracias a las nuevas, variadas y sustanciosas multas que se van a poder imponer a los ciudadanos, no van a hacer falta ni planes de recortes para salir de la crisis. Eso si, no creo que sea fácil cobrarle a un parado 600.000 euros por manifestarse a las puertas del Congreso o 30.000 a un desahuciado por protestar cuando le quiten la casa y esperemos que, a los que increpan a banqueros, políticos y realeza pillados con la mano en el cajón, les podamos rascar algo, que no sé yo.

Igual conseguimos esquilmarles 600.000 euros a los de Greenpeace cuando se encaraman a las centrales nucleares o interfieren con sus barcos, pero lo de sancionar con falta muy grave las protestas en hospitales y universidades o a los que celebren espectáculos públicos prohibidos, me parece que lo vamos a tener complicado. Lo que sí considero muy útil y necesario es calificar de falta grave fumarse un porro, tirar una colilla en lugar público o grabar los “excesos” policiales. Y además no veo ninguna contradicción en que sea la policía la encargada de evaluar las infracciones provocadas por ellos mismos y aplicar las sanciones correspondientes, otorgando presunción de veracidad por si hubiera testigos. Así no hace falta poner más medios en la judicatura y se resuelve todo más rápido.

Con la cantidad de sanciones que se va a poder imponer y la abundancia de nuevos delitos que nos va a brindar la nueva ley, será difícil buscar un ciudadano que no sea susceptible de sanción y, tal y como están las cosas, si bien es una ventaja que todos seamos criminales, tengo mis fundadas sospechas que a toda esa manga de desarrapados, yayoflautas y pinchauvas que tanto protestan y objetivo de la ordenanza en cuestión, no vamos a poder sacarles ni el supuesto más barato de la infracción y vamos a tener que meterlos a todos en prisión, con el consiguiente problema de alojamiento. Quizá sea el momento de cobrarles la manutención carcelaria y, en caso de impago, los podamos desahuciar del talego y considerarlos “presos externos”.

Pero lo que me parece que es un acierto total es el pacto antiterrorista del PSOEZ y el Partido Copular y la instauración de la cadena perpetua revisable para delitos que tengan que ver con ese, cada vez más amplio, inconmensurable y difuso mundo del terrorismo. Yo, a todos esos terroristas que se llenan de explosivos para inmolarse en cualquiera de nuestros supermercados les ponía no una sino ¡tres cadenas perpetuas!. ¡Y que se jodan!


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

lunes, 26 de enero de 2015

DEUDAS Y DUDAS


No puedo por menos que felicitar a nuestra sagaz y astuta Presidenta de Navarra por el éxito alcanzado en el asunto del IVA de la Volkswagen y la negociación con el Gobierno Central del Convenio Económico, en el convencimiento de que su buen criterio, ponderación y saber hacer ha resuelto una situación que, a todas luces, se prometía complicada. No obstante me queda alguna pequeña duda que, aprovechando estas líneas, me gustaría compartir.

La primera se refiere a cómo es que, si (desde 1994) el sistema de que Navarra cobrase unos impuestos que el Estado tenía que devolver después, era correcto, legal y conocido por los distintos gobiernos de los últimos 20 años, la Agencia Tributaria haya mantenido la reclamación desde hace un par de años amenazando con ejecutar una deuda que podría hacer quebrar el viejo Reino.

La segunda es la inexplicable y repentina desestimación de Hacienda en el cobro de esos 1.500 apetitosos millones en litigio que, en estos tiempos de reajustes y recortes, bien pudieran tapar alguno de los múltiples agujeros que, desde hace años, amenazan nuestro “Estado del Bienestar”. No sólo eso, sino que “papá Estado” va a seguir devolviendo más de 250 millones anuales que la Hacienda Foral cobrará y por los que tan sólo deberá compensar 25 millones al año hasta la próxima revisión del Convenio Económico.

Visto lo visto, queda claro que Navarra no tiene capacidad recaudatoria suficiente puesto que ha de ser financiada por el Gobierno Central y por tanto, difícilmente se puede hablar de autonomía, quedando a la buena o mala voluntad de Madrid para que “la espada de Damocles” caiga sobre nuestras arcas y nos lleve a la quiebra.

Todos aquellos años en que se ponía nuestra comunidad como ejemplo de milagro económico, la autonomía más deseada, próspera y rica, envidia de todos los contribuyentes y paradigma de buena administración donde utilizábamos la autóctona txistorra para atar los perros, se convierte en una frágil autonomía que puede perder un tercio de sus ingresos sin comerlo ni beberlo, por obra y gracia de la interpretación que pueda (o quiera) hacer cada 5 años el gobierno estatal de turno o por la decisión de la multinacional de exportar sus coches desde aquí.

Parece claro que no tenemos la suficiente autonomía fiscal para funcionar por nosotros mismos y vamos a tener que buscar otra comunidad autónoma, con cuya unión aumente nuestra capacidad recaudatoria. Paradójicamente, tras la tan cacareada por usted y su grupo “amenaza vasca”, ahora resulta que es la comunidad del País Vasco nuestra mejor opción de futuro dada su solvencia, tejido industrial, capacidad, desarrollo humano y tecnológico y cercanía territorial, social y cultural. Precisamente es la Transitoria IV la que puede convertir a nuestra comunidad en una autonomía lo suficientemente fuerte para aguantar los embates futuros, por no hablar de la posibilidad de arrebatar a Vitoria/Gasteiz la capitalidad de la futura autonomía. A fin de cuentas, presidenta, lo único que vamos a tener que hacer es pelearnos con el Nor Nori Nork. ¿O no?.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

CARICATURAS


A raíz del atentado contra la revista Charlie Hebdo se han proclamado una infinidad de mensajes solidarios más o menos sinceros y oportunistas y se ha desatado un debate sobre libertad de expresión, límites morales e incluso censura a cuenta de los dibujos y críticas mordaces hacia la religión. Hacia todas las religiones.

Los musulmanes europeos han rechazado los asesinatos, pero han dejado ver su malestar por permitir que se publiquen unas caricaturas que constituyen una grave ofensa por no respetar los sentimientos y símbolos de los musulmanes. También muchos occidentales han mostrado que “no son Charlie” al afirmar que ese tipo de publicaciones y sátiras no deberían estar permitidas e incluso la máxima autoridad de los católicos ha dicho al respecto que entiende que alguien lance un puñetazo cuando se le menta a la madre.

Sin embargo la religión pide para sí algo que no está dispuesta a dar: yo no le pido que maltrate al objeto de su veneración, lo que le pido es que no me obligue a respetar una creencia que puedo considerar absurda. El exterminio de miles de personas con bombas de hidrógeno por parte del dictador Xenu no creo que sea motivo de risa para un cienciólogo; el paraíso rodeado de huríes puede ser lo más sagrado para un musulmán y un dibujo de Mahoma lo más ofensivo; según los cristianos, dios creó al hombre del barro, a la mujer de una costilla y su hijo nació de una virgen; si el dios que tanto quiere a Abraham le pide que mate a su hijo Isaac sus razones tendrá, lo mismo que cuando pide circuncisiones y ablaciones...

Lo que cada uno quiera creer en su fuero interno o de puertas adentro, me guste o no, tendré que aceptarlo pero no pueden obligarme, como escéptico que soy, respeto por sus dogmas. Precisamente son las religiones, y especialmente los monoteísmos, los que tratan a las mujeres como seres inferiores, no aceptan la teoría científica de la evolución humana, niegan la muerte y prometen una felicidad plena más allá de ella, manipulan a sus adeptos (también las mentes infantiles) con martirios e infiernos cruentos y despiadados, esquilman a sus seguidores con todo tipo supercherías y continuamente afloran sectas y corrientes que reinterpretan los libros sagrados pero, lejos de adaptarlos a los nuevos descubrimientos, los utilizan para seguir justificando su fundamentalismo ajeno (y muchas veces contrario) a los principios racionales de libertad, igualdad y respeto a los derechos humanos universales, base de nuestras sociedades democráticas. Eso cuando no incitan a la "Guerra Santa".

Como decía el director del semanario agredido, al plantearnos la cuestión de si tenemos derecho a dibujar o no a Mahoma, de si es peligroso o no hacerlo, la cuestión que vendrá después será si podemos representar a los musulmanes y después nos preguntaremos si podemos sacar seres humanos y al final no sacaremos nada más y el puñado de extremistas que se agitan en el mundo y en nuestro país habrán ganado.

Si vuestras creencias implican una falta de respeto y tolerancia respecto a mi ideología y mis libertades no merecen mi respeto. El respeto se gana, no se pide, ( y mucho menos se exige). “No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti, ni te hagas a ti lo que no le harías a los demás” (Confucio).


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas
 

miércoles, 21 de enero de 2015

SATURACIÓN


No digo yo que el Casco Viejo sea el único barrio de Pamplona que sufre las consecuencias de la contaminación acústica y las molestias producidas por el ocio nocturno los fines de semana pero, debido a sus particulares características y siendo el destino de turistas como centro neurálgico, social y emblemático de la ciudad,  merece un tratamiento especial.

Bien está que, tras el hartazgo y desesperación de una parte sustancial del vecindario, la Corporación Municipal tome la determinación de revisar la normativa municipal respecto a los establecimientos de hostelería (que ya tuvo declarado el Casco Viejo zona saturada de bares durante muchos años) pero, dada la situación de dejadez de la que ha hecho gala los últimos años, me temo que va a tener una ardua y laboriosa tarea.

De todas formas, celebro que el Ayuntamiento se decida de una vez a intentar poner coto a un desaforado ocio alcohólico de fin de semana que convierte el Casco Histórico en un macrobotellón, limitando la concesión de licencias, exigiendo el cumplimiento de la normativa tanto de las infraestructuras como de la clientela, delimitando la instalación de terrazas que respeten las dimensiones de la calzada y la circulación vial, vigilando la venta de bebidas alcohólicas (también a menores) en locales sin la pertinente clasificación de bares a altas horas de la madrugada, acotando el aforo tanto en el interior como en el exterior de los bares, velando porque se respete el horario de cierre e impidiendo las conductas incívicas, insálubres y vociferantes que poco tienen que ver con el ocio y mucho con el gamberrismo más excesivo, ante la inexplicable desaparición de la Policía Municipal durante la noche. Recursos y dotaciones tiene el Ayuntamiento para hacer cumplir las normas.

Se corre el peligro, también, de que las escasas calles que tienen pocos o ningún bar (que alguna queda aunque tampoco estén libres de alboroto, orines y griterío bien entrada la noche) vean florecer nuevos locales y, mientras no disminuya la densidad de bares, creo que habría que replantearse seriamente el volver a considerar todo el barrio como zona saturada.

El año 2009 el área de Comercio y Turismo declaraba el Casco Viejo saturado de entidades bancarias e insistía en no dejar abrir más oficinas a menos de 100 metros de otra ya existente, ya que resultaba “fundamental” preservar su tejido comercial y que dicha concentración rompía “la continuidad en la deseada trama comercial dificultando la consolidación de la zona como un gran centro comercial urbano".

Algunos podemos pensar que una oficina bancaria es mucho más perniciosa, peligrosa e incluso puede resultar más molesta  que un bar, aunque no sé si opinarán lo mismo los vecinos de San Nicolás, Navarrería, Estafeta...

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

jueves, 8 de enero de 2015

DIOSES Y BESTIAS


En el nombre de Alá, el compasivo, el misericordioso, creador de todas las cosas y fuente inagotable de sabiduría, omnisciente y eterno, infinitamente poderoso, has cargado el kalashnikov con balas bendecidas por quienes dicen ser intérpretes de mis palabras, para lavar mi nombre, sin darte cuenta de que mi nombre no hace falta limpiarlo porque ya es puro, está por encima de todas las cosas y ningún mortal lo puede ensuciar.

Tu soberbia te hace erigirte en mi defensor como si yo lo necesitase y como si unos simples monigotes pusieran en peligro mi integridad, mi palabra y mi razón, como si una simple broma pudiera tambalear mi autoridad ¿Tan débil me crees como para verme amenazado por una simple caricatura?

¿Piensas que te prefiero mezquino, ruin, vengativo? ¿Acaso crees que necesito de tu insignificante odio para reafirmar mi grandeza? ¿Por qué no diriges tu ira contra quien te expulsó del lugar que te vio nacer y se niega a compartir la riqueza de la tierra, sumiéndote a ti y a los tuyos en la pobreza, en la ignorancia y en la insalubridad? ¿Por qué arremetes entonces contra tus vecinos que, probablemente, están tan jodidos como tú y, si tienen alguna responsabilidad en la marginalidad a la que te someten, esos no son los blancos de tu fusil?

Quizá pienses que segando la vida de los que, armados con la pluma y la palabra, son capaces de reírse de todo y de todos, ellos incluídos, utilizando el humor para arrancarnos una sonrisa y haciendo este mundo un poco más habitable, me honras. Has de saber que, si realmente piensas que mis enseñanzas son la verdad y la vida, huelga la fuerza para que triunfen. Las armas se utilizan cuando fallan todos los argumentos, cuando ya no hay razones y matando en mi nombre me envileces. Olvídate del Edén pues tan sólo has contribuido a convertir este mundo en un infierno. Esa es toda tu contribución.

Has de saber, pequeño necio, que el amor y no el odio es lo que engrandece a las personas. Y no hay mayor expresión de amor que hacer reír a los que nos rodean. El humor, el chiste y la ironía no suponen ninguna afrenta a la verdad puesto que la risa es el lenguaje de los dioses. ¿Acaso has conocido a alguna bestia con sentido del humor?

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas
(chupatintas diplomado y, en los ratos libres, dios)