lunes, 13 de junio de 2016

¡ESPAÑA NO ESTÁ PARA BROMAS!



¡Qué razón tienes, Mariano! El país no está para experimentos, una vez que hemos superado el PIB con nuestra deuda, o para ser más concisos, con la que debemos a nuestros acreedores. En su habitual tono optimista_electoral el líder “popular” ha insistido en que va a crear dos millones de empleos nuevos, va a convertir la temporalidad en contratos indefinidos, acometerá la realización de nuevas infraestructuras y rebajará los impuestos a la par que hará nuestro país más competitivo. Cualquiera diría que no ha tenido tiempo para desarrollar tan buenos propósitos.

El empecinado político parece olvidar que con su presidencia la deuda ha crecido del 70 al 100% del PIB, que para los que saben contar es casi como decir que ha crecido un 50%. Pero no es este el mayor logro del registrador de Santa Pola, ya que mientras ha liderado el partido conservador los casos de corrupción, estafa, malversación etc han florecido sin descanso. No han sido pocos los políticos por los que ha puesto la mano en el fuego o ha reconocido su valía en declaraciones y mítines que han acabado en los juzgados cuando no en la cárcel: Blesa, Rato, Fabra, Bárcenas, Barberá, López Viejo, Matas, Sanchís, Lapuerta, Acebes, Galeote, etc etc. Abundantes escándalos que, a pesar de su terquedad en no querer reconocer lo evidente, han salido a la luz pública cada vez con mayor virulencia.

¿Y qué nos propone el novel registrador con apenas un año de experiencia laboral? Que trabajemos más, que ganemos (aún) menos, que nos despidan gratis y que recortemos nuestro gasto sanitario y educativo en aras de preservar el militar, el rescate bancario y las obras que interesan a sus amigos. Y todo ello con la amenaza por delante de que lo que es bueno para España es que él sea presidente y que si no sale elegido, el país se va a hundir en la más irremediable de las miserias. ¿Más? 

Cualquier día nos va a venir un grupo alemán a decirnos que el museo del Prado es suyo, que el barrio Gótico de Barcelona lo gestiona un touroperador de Hong Kong, que la mezquita de Córdoba será reconvertida en breve en un Burger King, que el Retiro se va a convertir en un lujoso recinto donde alojar 47 casinos y que la Alhambra la ha comprado un consorcio árabe que, de momento la va a gestionar donde está pero que, en un futuro no muy lejano, valorará si la desmonta y se la lleva a Dubai. ¿Tendremos, entonces, el consuelo de privatizar la Casa Real?. 

Y mientras tanto Rejoy dirá que no le consta que hayan cogido a nadie de su grupo con la mano en el cajón, que Egpaña es un país de oportunidades y que lo que es bueno para él es bueno para España y los españoles o viceversa. Me queda la duda de si los votantes del partido de la gaviota son tan estúpidos como para seguir votando a los delincuentes o es que aspiran a que les dejen entrar en “la banda”.

Suyo, afectadísimo, Juanito Monsergas.

lunes, 6 de junio de 2016

POR FAVOR: NO ME BAJEN LOS IMPUESTOS


No crean que miento ni que hablo al revés. Es un deseo sincero que dirijo a todos aquellos que me (nos) van a bombardear otra vez con propuestas supuestamente beneficiosas para nuestros bolsillos, anunciando que van a bajar nuestra contribución al fisco para que se abstengan de proponerme oferta tan tentadora.

No quiero que me den un cheque de 2.000 euros por tener un hijo. Si puedo criarlo, porque gano lo suficiente, no hace falta que me den nada. Y si tengo que hacer obras en casa, o cambiarme de coche, o quiero renovar mi dentadura o ponerme güifi en casa o me da por cambiar mi vieja caldera de gas, tampoco hace falta que me lo financien. Sólo quiero que me ayuden si no gano lo suficiente, tenga o no hijos, cambie de automóvil, arregle mi hogar o necesite cambiarme los implantes. Porque si bajan los impuestos a todos, como dicen, el gasto social que precisemos va a tener que costearse con los impuestos indirectos, esos que pagamos todos por igual ganemos lo que ganemos y eso no me parece justo. Yo creo en el estado social. Me gusta contribuir con parte de mis ingresos y si tengo que dar la mitad de lo que gano es señal de que gano mucho y estaré contentísimo de hacerlo ¿Qué mayor felicidad que ver que le va bien al próximo? ¿Qué mayor dicha que repartir la parte alicuota de 150.000 euros y contribuir a la mejora de mi entorno?. Dicen que el dinero no da la felicidad. Yo creo que sí y, hoy por hoy, la cifra óptima creo que ronda los 72.000 euros al año. A partir de ahí sólo da problemas. 

Pero volviendo al tema impositivo. No quiero que me bajen la presión fiscal porque me gusta que con mi dinero se hagan progresos y que todos podamos beneficiarnos del bienestar y de los avances tecnológicos y sociales. Quiero que los hospitales atiendan bien, que los maestros trabajen con ilusión, que los funcionarios nos ayuden a administrarnos mejor, que los bomberos y los policías hagan bien su trabajo y estén motivados para demostrar la sensibilidad que a buen seguro tienen. Quiero que los que no tienen para comer o no pueden pagarse una casa o no les llega para calentarse en invierno, puedan vivir con un mínimo de dignidad. Porque no quiero verlos durmiendo en los cajeros o rebuscando en la basura. No vayan a pensar que soy una buena persona, no: en el fondo es puro egoísmo.

Si los que están a mi alrededor las están pasando canutas, en el caso de que yo fuera rico o por lo menos agraciado con un sueldo medianamente decente, antes o después me sentiré inseguro, incómodo, necesitaré protegerme y acabaré viviendo en una jaula de oro. De oro pero una jaula. Así que si tu ocurrencia para sacar votos es que me vas a bajar los impuestos, olvídate: lo que quiero es que los gastes con sentido común y los distribuyas con equidad y justicia. No que te lo metas en el bolsillo, hijoputa, que seguro que ganas más de 72.000 euros al año.

Suyo, afectadísimo, Juanito Monsergas