domingo, 17 de julio de 2016

¡AY DE LOS VENCIDOS!


La violación de una chica de 19 años por parte de cinco hombres la noche del siete de julio, en plenos sanfermines, ha indignado a la ciudadanía que se ha movilizado para dejar claro su rechazo al abuso de género. Cuesta, no obstante, imaginar lo mal que lo pasó la víctima que, con posterioridad, aún tendrá que explicar y convencer a la judicatura que no consintió que abusaran de ella a pesar de no haber resultado visiblemente lisiada ni lucir moratones y heridas como consecuencia de su resistencia a la agresión. 

De la catadura moral de sus agresores podemos atisbar algún pequeño detalle. Por ejemplo que son tan estúpidos y tienen tan poca conciencia de lo que han hecho, violentar y violar a una persona como si fueran una horda medieval con derecho a pernada, que no tienen ningún reparo en retratarse mientras realizaban su “hazaña”. ¿Para compartir momento tan divertido? ¿Motivo de orgullo? ¿Un bonito recuerdo?. Con la empatía que han demostrado pueden decir hasta que iba provocando.

A ninguno de los cinco muchachotes que, previamente al atropello se fotografiaron en una calle del centro como si fueran normales, se les ocurrió detener la barbaridad que estaban haciendo. ¿No tienen hermanas, madres, hijas, sobrinas... para pensar lo que estaría sufriendo la indefensa moza? Ninguno tuvo la mínima intención de convencer al resto del grupo para que pararan o por lo menos desmarcarse de acto tan inhumano.

Otro aspecto que no se puede obviar es la pertenencia de dos de ellos a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado. Si estando en fiestas se comportan de esta manera no quiero ni imaginar lo que pueden llegar a realizar en misión humanitaria o durante un conflicto. ¡Ay de los vencidos!

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas.