lunes, 15 de diciembre de 2025

ESTUPIDEZ 2 Estúpidos ilustres


LA ESTUPIDEZ TENÍA UN PRECIO. 

Muchos autores han llamado la atención sobre la multitud de estudios que se han hecho de la inteligencia y los escasos referidos a la estupidez, cuando tantos ejemplos tenemos a lo largo de la historia del triunfo de la segunda sobre la primera. Pedro Voltes, en su Historia de la estupidez humana, nos da un buen número de ejemplos y no faltan hoy en día, a pesar de los logros conseguidos, personajes y conductas que no pueden ser tachadas sino como estupideces integrales.


Ahora que la Inteligencia Artificial promete sustituir nuestras ya mermadas facultades mentales, en un mundo hiperdesarrollado, de una crisis demográfica sin precedentes, donde la comunicación global e inmediata amenazan el entendimiento y el análisis sosegado de la realidad, y con una contaminación que pone en peligro la supervivencia de la especie, numerosos escritores alertan sobre el incremento de la estupidez humana.


No son pocos los ejemplos que demuestran la deriva autodestructiva de la humanidad, en la que la proliferación de imágenes y pantallas reducen nuestra capacidad de discernimiento y las redes sociales convierten la información en un batiburrillo de memeces y despropósitos. Proliferan los negacionistas del cambio climático a pesar de las evidencias, de los fenómenos extremos y del aumento espectacular de la basura así en la tierra como en el cielo.


Los charlatanes vendepeines se han adueñado del discurso social y político, donde priman la rentabilidad y los intereses de las grandes corporaciones que se reparten el planeta, sumiendo a la mayoría de la población en una pobreza extrema: según Oxfam el 1% más rico del planeta se ha hecho con el 63% de la riqueza generada desde 2020 y el 50% de la humanidad sobrevive con poco más de 4 euros al día. Que no se preocupen los ricos que tierra no les va a faltar.


En una deriva sinfundamentalista, los terraplanistas desprecian las certezas científicas, «por algo se llama planeta, si fuera redonda se llamaría redondeta». Los líderes mundiales se comportan como niños malcriados que juegan con el botón nuclear, capaz de destruir el planeta diecisiete veces, si es que ello es posible. Probablemente la guerra sea el mejor exponente de la estupidez del poder y del poder de la estupidez. El beneficio de unos pocos representa una horrible tragedia para demasiados.


Si bien los tontos acostumbran a estar mucho más seguros de sí mismos que los inteligentes, tras innumerables estudios y laboriosos razonamientos durante muchos años por personas excepcionalmente inteligentes, se ha llegado a algunas certezas que el tonto, que ha hecho suya la duda absoluta, pone en entredicho: la eficacia de las vacunas, la llegada del hombre a la luna o la redondez de nuestro planeta, que tanto predicamento tienen hoy en día entre algunos sectores de nuestra sociedad. Hace sesenta años a nadie se le ocurría decir que la Tierra era plana, que el sol giraba alrededor nuestro o que los virus se combatían con detergente y sin embargo en la actualidad, a pesar de los avances tecnológicos y el aumento de conocimientos del último siglo, proliferan los que defienden tamañas barbaridades.


Hay incluso estúpidos que escriben libros, como el autor de El triunfo de la estupidez, Jano García, alertando de los riesgos del populismo, la desinformación y los peligros de la masificación, claro que viendo la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Mientras dice algunas verdades, como que la masificación nos atonta, la burocracia nos complica la existencia o presenta la injusticia del endeudamiento de las cuentas públicas como consecuencia del rescate financiero de 2012, también suelta algunas perlas en las que se le ve el plumero: niega la violencia contra las mujeres («la probabilidad de que una mujer sea asesinada es del 0,002%»), niega el derecho al aborto («disparatada idea») y, si bien dice que «las masas son manipuladas y son capaces de las peores acciones...», también afirma que «...una masa bien dirigida bajo unos valores morales ... forjados en los valores cristianos … puede ser un arma de enormes beneficios», en clara alusión al Alzamiento Nacional y la subsiguiente dictadura.


Un estúpido puede decir verdades a medias, retorcer los argumentos para defender lo indefendible e incluso falsear la historia y los acontecimientos para acabar ensalzando una autocracia. Y como buen estúpido, está lleno de certezas y goza de una buenísima opinión de sí mismo. Me viene a la memoria la frase que Ricardo Moreno escribió en su Breve Tratado sobre la Estupidez Humana: «Si tantas conquistas sociales se han conseguido tan lentamente y con dificultad, no ha sido tanto por los malvados que las boicotean y obstaculizan como por los tontos que las reivindican y apoyan».


De todas formas, hasta las mentes más brillantes están libres del virus de la estupidez. Recientemente ha fallecido James Watson, premio Nobel de Medicina, por su descubrimiento de la estructura de doble hélice delADN, que fue despojado de sus títulos por reiterar que los negros son menos inteligentes que los blancos por sus genes.


Kary Banks Mullis, fue un bioquímico estadounidense que compartió el Nobel de Química con Michael Smith debido a la invención de la reacción en cadena de la polimerasa que permite la ampliación de secuencias específicas del ADN. Sin embargo, el brillante científico no dudó en cuestionar que el VIH causase el sida, negó que el cambio climático fuese causado por el hombre y mantuvo opiniones heterodoxas en ciencias sociales y astrología, demostrando que hasta las mentes más geniales podían albergar abundantes dosis de estupidez.


Y hablando de estúpidos ilustres, a todos nos vienen a la cabeza las ocurrencias de Dolar Trump, que aconsejó alegremente que con luz ultravioleta y un buen detergente se podía combatir la Covid-19 y, más recientemente, que el paracetamol y las vacunas generan autismo. Como bien dice Alfredo Ramírez en su Teoría General de la estupidez política, libro de 2021, «Trump es un estúpido objetivo y subjetivo por las muchas decisiones tomadas durante su mandato en función de las cuales se puede hacer la valoración indicada: el manejo de la economía, el tratamiento dado a los derechos civiles, la polarización social, la política exterior, etc. Sin embargo, un caso, quizá menor, puede resultar el más revelador de lo que fueron los cuatro años de Trump en la Casa Blanca: el precio de las lavadoras».


Para equilibrar lo que consideraba un abuso comercial de los chinos, impuso aranceles a algunos productos que venían de China. Uno de ellos fue el acero, porque el acero estadounidense resultaba más caro ya que... «los chinos lo fabrican sirviéndose de prácticas desleales, como el dumping». De esta forma las acerías de USA venderían más acero, como así hicieron, pero al ser más caro (y el acero chino también era más caro por culpa de los aranceles), resulto que... todos los productos hechos con acero se encarecieron y, por ejemplo, las lavadoras aumentaron su precio en 100 dólares, que votantes y no votantes del botarate tuvieron que pagar. Veremos qué pasa con los nuevos aranceles en esta nueva legislatura del presidente de la primera potencia mundial con acceso al botón rojo nuclear. Muchos estamos preocupados por su estupidez pero igual deberíamos de preocuparnos más por la estupidez de los que le han votado en esta segunda legislatura.


Otro presidente de Estados Unidos que todo el mundo recordará por el “asunto” que tuvo con una becaria y que gobernó entre 1993 y 2001 fue Bill Clinton. Desde la entrada de Reagan en la Casa Blanca en 1980 se inició un proceso para eliminar regulaciones en el sistema financiero, aduciendo la eficiencia y capacidad de esos mercados para autorregularse. Entre 1985 y 1989 el gobierno de los EEUU rescató con ciento cincuenta y dos mil millones de dolares a las entidades financieras con problemas.


A pesar del desastre, la desregulación bancaria continuó con la administración Clinton, que se afanó en reducir el gasto público y en aplicar una política fiscal restrictiva, a la par que se incrementaba el crédito de la clase media y baja para sufragar sus gastos corrientes, mientras la FED mantenía bajos los intereses. Al final de la legislatura la deuda pública se había reducido sustancialmente y había una época de bonanza que muchos ciudadanos recuerdan con nostalgia. Lo que no tuvieron en cuenta es que esas dinámicas eran insostenibles porque se basaban en el endeudamiento privado y en las cotizaciones bursátiles: en ocho años el Nasdaq creció un 325% y el Dow Jones un 678%.


Al término de este periodo los grupos de Lobby del sector financiero apoyaron con millones de dólares para que el Congreso desmantelara el último vestigio de regulación de la Gran Depresión, la Ley Glass-Steagall, y se abrió la puerta a la fusión de actividades bancarias comerciales, bursátiles y de aseguramiento. Se limitó la capacidad de las entidades que debían de regular el naciente mercado de derivados financieros, poniendo las condiciones para una expansión sin precedentes de mega-instituciones financieras, especulación y fraude que reventó con la crisis del 2008 y su posterior rescate del Senado de EEUU (700.000 millones de dólares). Pues bien, al causante de esta gran Depresión se le recuerda por el affaire con una becaria y no por haber dejado sin control a los avariciosos y cortoplacistas banqueros que arruinaron nuestras economías.


Alguien podrá decir que aquello fue obra de malvados que esquilmaron a los pequeños ahorradores, a las clases bajas que quisieron acceder a una vivienda que no se podían pagar y a ejecutivos que cobraron sus incentivos por ventas que luego otros tendrían que encargarse de cobrar, pero el alcance del desaguisado traspasa la propia maldad y se encalla en la estupidez. Lo cierto es que los gestores de la economía desencadenaron la desconfianza entre los inversores y entre los mismos bancos, que ya no se fiaban de los productos financieros que habían comercializado, eliminando la base del negocio bancario: la confianza.


De cualquier modo no hace falta irse tan lejos para ver tontos a granel. Se han publicado recientemente las memorias de un rey de frágiles recuerdos, impuesto por un sanguinario dictador, que ha olvidado sus discursos grandilocuentes en los que ponderaba la magnificencia de su cargo como símbolo de unidad y permanencia de la patria y legítimo heredero de la dinastía histórica, que labró una copiosa y oculta fortuna con opacas transacciones y privilegiadas retribuciones y que ha acabado instalándose en un paraíso monetario para poder escamotear sus obligaciones fiscales en su propio reino, sin el menor asomo de vergüenza u honradez. ¿Se le pasa por la cabeza el dislate de, tras una trayectoria tan cuestionable, argüir que le han escamoteado la pensión?. Como bien dice Ricardo Moreno Castillo en su Breve tratado de la estupidez humana, «A los tontos ni se les pasa por la cabeza la posibilidad de que hacen tonterías y no consideran necesario reflexionar sobre la culpa que pueda corresponderles de sus propios fracasos». La desmemoria es imprescindible para la tontería.


Por otra parte, Victor Moreno, en el prólogo que hace del libro El Banquete menciona a Norbert Bilbeny y el concepto de “idiota moral” y sostiene que en estos lares vamos bien servidos, tanto en calidad como en cantidad, y se pregunta si no pensaría Shakespeare en esta gente cuando sostuvo que Navarra asombraría al mundo.


El 1 de enero de 2002 un desconocido E. G. era nombrado Director General de la Caja de Ahorros de una Autonomía Uniprovincial de quinientos mil habitantes, impuesto por el entonces Presidente de esa Comunidad, la alcaldesa de la capital de esa Comunidad y arropado por un grupo de notables entre los que cabría mencionar a:


R. M. F. Flamante diplomático director de Gabinete de varios ministros, cónsul general en Houston, embajador en Gran Bretaña y Sudáfrica, Jefe de Protocolo de la Casa Real, Secretario de Estado de Seguridad en el Ministerio del Interior, condecorado con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, Caballero y comendador de la Real Orden de Carlos III, caballero y comendador de la Orden del Mérito Civil...

A. O. Doctor en Economía y presidente de la sección de Ciencias Empresariales y Financieras de la Real Academia de Economía, director de la mundialmente conocida consultora Bain Company, presidente en España del Grupo Deutsche Telecom, de la Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos Culturales y Audiovisuales de España, Consejero de Ericsson España S.A., de la Societé Generale de España, miembro del Consejo Asesor de KPMG y de otro montón de empresas, autor del libro Capitalismo humanista, condecorado con la Gran Cruz del Mérito Civil por el rey de España y «uno de los referentes del nuevo capitalismo»...

A.O.U. Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad Rey Juan Carlos, con despacho propio, ha pertenecido a distintos consejos de empresas (Zetia, Endesa, Lazarejo Sicav, Sexterius, Noscira...) colabora en la Revista de Derecho del Mercado de Valores y asesor en los distintos procesos de fusión de bancos y cajas de ahorros y se le considera el inventor de las SIP (Sistema Institucional de Protección)...

J.T. Licenciado en Derecho, Presidente de la Cámara de Comercio de Navarra desde hace más de 30 años, cónsul honorario de Rumanía en Navarra, vocal del Pleno de Cámara de España, presidente de la Corte de Arbitraje de Cámara Navarra, presidente de la Corte de Mediación de Cámara Navarra, vicepresidente de la Fundación Empresa-UN, consejero de varias empresas y con despacho propio...


Con semejantes avales y consejeros, ¿quién podía dudar de la valía de semejante timonel para dirigir una de las cajas de ahorros que, a pesar de su pequeño tamaño, era una de las más solventes de España?. Muchas personas han cometido despropósitos en el tema de la desaparición de las cajas de ahorros, pero tantos protagonizados por un solo individuo es algo que no se ve todos los días.


Pues bien, el atrevido ejecutivo quiso darle a la entidad una nueva imagen y remodeló todas y cada una de las oficinas con mobiliario en blanco y negro y una vistosa moqueta roja, sin reparar en gastos, a la par que cambiaba tres veces en cuatro años la imagen corporativa de la empresa, por cierto una de ellas acusada de plagio por una empresa norteamericana.


A continuación comenzó una vertiginosa expansión que le llevó a duplicar las 234 oficinas comprando locales por todos los rincones de la península pero especialmente en el País Vasco y las principales ciudades de España, justo cuando el mercado inmobiliario estaba más caro, teniendo que malvender posteriormente los locales y alquilarlos para conseguir los índices de solvencia que exigía el Banco de España.


En octubre de 2007 anunció la compra del 30% del banco HBW Express de Budapest «Esta operación tiene importantes sinergias con el grupo... que ya posee oficinas en la región... Polonia, República Checa, Rumanía...». Dos años después la entidad congelaba sus planes de expansión en el Este de Europa, ya que el precio de la operación era mayor al valor de mercado de HBW Express que en realidad solo tenía tres sucursales, perdiendo finalmente el 100% de la inversión.


No se arredró el avispado director y ya en junio de 2010 alquiló un espléndido local de 820 metros a solo 400 metros de la Casa Blanca y junto a la sede del Banco Mundial, inaugurado por el presidente de la Comunidad, la alcaldesa de Pamplona, el alcalde de Washington, la mujer del presidente de Colombia (?), el embajador de España, la Infanta Cristina y su marido el duque de Palma. Eso sí, hasta su cierre en marzo de 2013, y pese a pagar la nómina de una plantilla de seis personas así como el oneroso alquiler del local durante esos años, no consiguió la autorización de la FED para operar en EEUU y tuvo que cerrar sus puertas sin llegar a funcionar.


Por otra parte, de las 96 oficinas que se abrieron en la Comunidad Autónoma Vasca, 8 no llegaron a abrir sus puertas. Hubo oficinas que tuvieron más empleados que clientes. La oficina de Bilbao, que costó entre cuatro y seis millones, contó con un costosísimo sistema de cajas de alquiler importado de Alemania (con lectura biométrica de la mano del cliente y transporte automático de la caja a una coqueta salita, sistema que ya había sido colocado en la Oficina Principal de la entidad unos años antes) que, al no operar por falta de funcionamiento, tuvieron que llamar a la sede central para que les dijeran cómo actualizar las claves porque caducaban y desconocían su operatoria.


Se instaló un pequeño comedor en la sede central de la entidad, con azafata atendiendo el servicio de restauración para ejecutivos que quisieran comer al estilo del que tenía el Deutsche Bank en Berlín. Ni qué decir tiene que el experimento fue un fracaso rotundo ya que se sirvieron dos ensaladas y tres postres en los seis meses que duro el invento, teniendo que tirar a la basura todos los alimentos que pasaron por sus máquinas instaladas para el servicio, que no fueron pocos.


Otra de las ocurrencias del aguerrido directivo fue el proyecto del monte Ezkaba, presupuestado en casi 120 millones de euros en 2005 y que finalmente no se llevó a cabo. En el proyecto se incluía un funicular que uniera el monte con la ciudad, un área natural recreativa, un proyecto de edificios acristalados para oficinas de la propia entidad, un centro de ocio, otro de hostelería, 30.000 metros cuadrados de los antiguos espacios aprovechados más 45.000 para las diferentes actividades, que supondrían para sus impulsores «un emblema de la fortaleza emprendedora y cultural» de la Comunidad Autónoma. A la postre el proyecto fue tumbado por falta de liquidez y por la Mancomunidad de los ayuntamientos implicados, que se echaron las manos a la cabeza con semejante disparate.


Entre los años 2008 y 2009, a través de una de las empresas de la entidad, adquirió diversos terrenos que habían sido comprados para especular, ante la que parecía, por un lado, la inminente construcción de una estación del Tren de Alta Velocidad y, por otro, un montón de viviendas que ni una ni otras llegaron a materializarse, quedando como lo que eran: terreno agrícola con un valor muy por debajo del precio de compra.


Durante su jefatura remodeló varias veces la “planta noble” en la que tenía sus despachos, adquiriendo para sus estancias y oficinas butacas de 5.000 euros y sillas de 3.300 euros cada una. Prejubiló a 334 empleados, (después de que la fusión con la otra caja de la Comunidad se había desecho de 156 empleados en el año 2000), con el único fin de quitarse de encima a la vieja guardia, crítica con su gestión, aduciendo un ahorro anual más que discutible ya que contrató a otros mil nuevos empleados para atender su alocada expansión y cubrir los puestos vacantes.


Con la excusa de captar y fidelizar a empresarios e inversores, obsequió a más de 150 personas (entre los que figuraban distintos directivos de la entidad) con un viaje de lujo a París de un fin de semana, con un vuelo charter fletado para la ocasión, alojándolos en hoteles de cinco estrellas, comidas en excelentes restaurantes, cenas de gala y actividades de agasajo. Una de estas era la visita al castillo de Fontainebleau, cuyo traslado se realizó en varios autobuses y en el que, durante el trayecto se fingió una avería y... ¡oh sorpresa!, los 150 invitados fueron embarcados en una veintena de helicópteros hasta el señorial palacio. Otra de las actividades que se propusieron a los invitados fue acudir una de las noches, a elegir, entre visitar de forma privada el Petit Palais, un prestigioso museo que en ese momento exponía una colección privada de altísimo nivel, o un típico vodevil parisino. A ver las pinturas acudieron tres personas.


En otro de los “viajes comerciales”, en los que la mitad eran ejecutivos de la entidad con sus esposas y el resto presidentes de distintas empresas y cargos públicos, visitaron Londres, con paseos en lancha por el Támesis, asistencia a un musical, visita al Museo de Ciencia, al Acuario, la Noria del Milenio, visita a la Bolsa y alguna miniconferencia donde echar una cabezadita tras las opíparas comidas con las que se nutrieron. En Berlín tres cuartos de lo mismo. De cueros ajenos largas correas, que dice el refrán.


Ni qué decir tiene que entre 2005 y 2011 (únicos años en que existen datos) se concedieron más de 8 millones en créditos, por debajo de los precios de referencia, a consejeros, miembros de la Comisión de Control, a familiares de primer grado y a sus empresas. También altos cargos de la entidad y sus allegados (y de la entidad resultante de su fusión con otras dos cajitas con las que se conformó lo que eufemísticamente se llamó Banca Cívica), se beneficiaron de estos préstamos blandos, algunos de ellos de dudosa legalidad. Y si esta generosidad se tenía con su equipo, la remuneración del timonel no estaba exenta de fabulosos estipendios: más de 10 millones en sueldo bruto y más 2 millones en un fondo de pensiones. Entre 2010 y 2011, justo cuando la entidad obtenía los peores resultados de su historia, el iluminado ejecutivo ingresó nada más y nada menos que 4 millones de euros.


Se podrían seguir poniendo ejemplos de la megalomanía, incompetencia y acumulación de chanchullos durante la vida laboral de este personaje entre los años 2002 y 2012, año en que la entidad que presidía fue absorbida por Caixabank. Para resumir su final baste decir que, tras una ruinosa salida a Bolsa, la entidad paso de valer 1.300 millones de euros a apenas 200. Las ruinosas inversiones en las distintas empresas de sus allegados, el maquillaje contable y los despilfarros durante los diez años de su gestión, dieron al traste con la Caja fundada por la Diputación Provincial en 1921 para apoyar a los pequeños ahorradores y que había sido el orgullo de la Comunidad.


La gestión del avispado gestor, que cogió una Caja de Ahorros con una cuota de mercado que rondó el 50% en la Comunidad, (la mitad de los ahorros de sus habitantes y la mitad de los créditos concedidos, con una solvencia de más del 75% en sus balances), y la dejó en bancarrota, no puede ser tachada más que de desastrosa, por mucho que se intente echar la culpa al mercado, a la situación financiera del país o al proceloso devenir de la economía. Eso sí, bien aderezado con “sinergias”, “perspectiva holística”, “actitud proactiva”, “soluciones imaginativas” para venderle al cliente, no lo que necesitaba, sino lo que sus directivos querían venderle, lectura obligada de ¿Quién se ha comido mi queso?, disponibilidad las 24 horas 7 días a la semana y, como no, Tiempo de crisis, tiempo de oportunidades.


¿Cuál fue la deriva de este individuo? Pues que con la desaparición de la caja que «no la iba a reconocer ni la madre que la parió», (como dijo al coger la dirección de la misma), se le recompensó con la dirección de Criteria, las empresas participadas de la nueva entidad y, recientemente, ser nombrado director de la Fundación Telefónica, demostrando fehacientemente el Principio de Peter, la Ley de Parkinson, el Principio de Dilbert, el Principio de Hanlon, la Ley de Murphy, la Navaja de Ockhan y avalando las Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana y dejando claro que la diferencia existente entre la estupidez y la maldad es muy difusa, cuando no van de la mano. Principios tienen algunos pero final, afortunadamente, tenemos todos.


¿Y qué dice ahora el fundador y presidente de la Fundación Hermes y actual presidente de Fundación Telefónica?.


Pues habla del agente tabaco, de cuando el tabaco dejó de ser atractivo. «La IA, las redes y la plutocracia digital dejan de ser atractivas. Este “efecto tabaco” está produciendo un despertar. La ciudadanía está despertando». Muy ilusionante su análisis. Yo también he dejado de fumar: ayer tres veces.

Sostiene que... «el modelo político europeo es un modelo moral, ético y cultural antes que político y que no es posible hacerlo sin una tecnología propia». ¿Modelo moral, ético y cultural?. Será por la ultraderecha que crece de forma escandalosa o lo pusilánime que se muestra ante el genocidio de Gaza...

También dice que... «Europa tiene un problema: es un éxito de tal calibre que no se ha reinventado». No sé si se refiere a la sumisión a EEUU o a lo poco que pinta en el panorama mundial.

Apuesta por una IA... «de modelo europeo, cuyo código fuente y cadena algorítmica sea responsable, revocable, trazable y transparente». «No la veo como una amenaza. Tiene que ser civilizada». Muchos expertos alertan de los peligros de la IA pero él, con su fino olfato, solo ve bondades.

Opina que...«Cuatro de cada diez unicornios en Estados Unidos han tenido origen europeo»... y que … «El talento se va porque todavía no tenemos un mercado de capitales estructurado». No sé si se acordará de cuando él estuvo “en el mercado de capitales ” y precisamente dejó un “mercado sin capitales”. Se lo gastó todo, no dejó ni un céntimo.

E insiste... «Mi concepto de IA europea es una IA que nos sirva datos que mejoren nuestras decisiones». Seguro que la IA ética (¿O habría que decir Cívica?) puede competir con lo que están haciendo los americanos o los chinos. Como decía Montaigne, «Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis».

Declara que tendría que haber un sistema … «de certificación algorítmica, que ponga un sello de usabilidad diciendo que una IA te va a servir y no te va a comer, no se va a entrometer, va a ser agéntica con límites. Para eso necesitamos una fórmula: R2T2». Mucha palabra para no decir nada. La IA la controlan las empresas con intereses comerciales incuestionables. ¿Son los gobiernos los que controlan a las multinacionales o son las multinacionales las que están imponiendo sus programas a los gobiernos?.

Y acaba manifestando... «Yo no creo en el debate entre innovación y regulación. A mí, si tengo talento y tengo dinero, la regulación no me estorba». Eso lo dice un individuo que arruinó el buque insignia de la economía navarra y sigue ponderando como si no hubiera pasado nada. Como bien dijo Girolano Cardano, «la estupidez consiste, fundamentalmente, en tener un concepto exagerado de sí mismo» o como decía Erasmo de Rotterdam, «bien se alaba quien no tiene quién lo haga».


Creo que el número de estúpidos se ha incrementado exponencialmente en los últimos años e inmediatamente me viene a la mente el chiste del conductor que circula por dirección contraria en la autopista y, al escuchar el aviso de la policía alertando de un piloto suicida, no tiene otra ocurrencia que pensar: ¿Uno? ¡Son un montón los que conducen en sentido contrario!. Así pues, ¿seré yo el estúpido o son los demás?. No sé, pero casi estoy seguro de que un estúpido nunca se haría esta pregunta.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas.


ESTUPIDEZ 1 El fenómeno (versión extendida)

 

«...a mí me amamantaron con sus pechos dos encantadoras ninfas, la Borrachera, hija de Baco, y la Ignorancia, hija de Pan (Ninfas inventadas por Erasmo); siempre las encontrarán en mi séquito, junto con el resto de mis seguidores y acompañantes. Si quieren saber de mí sus nombres, lo diré, pero por Hércules, deberá ser en griego.

Ésa que ven con grandes cejas no es otra que Filautía: el Amor Propio. Y ésta de ojos chispeantes y lista para aplaudir se llama Kolakía: Adulación. Ésta que ven media insomne y como si dormitara se llama Lethe: Olvido. A la que apoya sus dos codos y cruza las manos se la conoce por Misoponía: Pereza. La que aparece coronada de rosas y envuelta en perfumes es Hedoné: Voluptuosidad. La de ojos esquivos y mirada huidiza es Anoia: Demencia. Tryfe: Apatía, es conocida por su tersa piel y su torneado cuerpo.

Estos dos dioses que ven entre las ninfas, uno se llama Komom: Festín, y el otro Negreton Hypnon: Sueño profundo».

Erasmo de Rotterdam. Elogio de la estupidez.


Dudo mucho que, cuando el historiador económico italiano Carlo María Cipolla escribió su opúsculo Allegro ma non troppo, donde incluía Las leyes fundamentales de la estupidez humana, sospechara el éxito y la difusión que iban a tener las escasas treinta páginas de las que consta su ensayo. Lo cierto es que, a pesar de su brevedad, es mencionado en todos aquellos estudios que se atreven a tratar el tema de la estupidez. Veamos qué dice el señor “Cebolla”:

«La Primera Ley Fundamental:

Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo.

La Segunda Ley Fundamental:

La probabilidad de que una persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona.

La Tercera Ley Fundamental (ley de oro):

Una persona estúpida es una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio.

La Cuarta Ley Fundamental:

Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error.

El Macroanálisis y la Quinta Ley Fundamental:

La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe.

El corolario de la ley dice así:

El estúpido es más peligroso que el malvado».



Para llegar a estas aseveraciones el señor Cipolla se basa en la interacción que mantenemos con el resto de la humanidad y, dado que el ser humano es un ser social, cada acción u omisión genera un coste y unos beneficios, unas pérdidas y unas ganancias, tanto para cada uno de nosotros como para los demás. La forma de expresarlo es a través de una gráfica en la que el eje de coordenadas horizontal (X o “abscisa”) indica la ganancia (o el perjuicio) que alguien obtiene con sus acciones y el vertical (Y u “ordenada”) los efectos producidos en otras personas. Así pues, dependiendo de en qué cuadrante nos situemos podemos ser calificados de Inteligente, si nuestra acción ha generado un beneficio propio y también ajeno (cuadrante superior derecho), Incauto, si hemos generado un beneficio a otro o a otros pero hemos salido perjudicado (cuadrante superior izquierdo), Pirata, si nos hemos beneficiado perjudicando a otro o a otros (cuadrante inferior derecho), o Estúpido si con nuestra actuación hemos causado un perjuicio a otro o a otros y además nos ha perjudicado.

A pesar de la claridad que aporta este sucinto texto, hay dos cosas en las que más de un autor discrepa de este divertido análisis: la separación entre tontos y listos y el porcentaje invariable de gente estúpida que existe en una población (símbolo ε en el texto) y que según el economista italiano es una constante en cualquier grupo o sociedad humana.



Según Ricardo Moreno en su Breve tratado sobre la estupidez humana, «No es tonto quien dice tonterías, sino quien se apega a ellas como si de un recuerdo con valor sentimental se tratase» y que «...al hablar de tontos y listos no se ha de entender seres químicamente puros... sino... las dos partes que conviven en cada uno de nosotros. Ahora bien, si no hay personas completamente inteligentes, sí los hay completamente tontos».

También Giancarlo Livraghi en su libro El poder de la estupidez dice: «Lo que se echa en falta... es el tomar en consideración nuestra propia estupidez que se da incluso en la gente más despierta. … Es esencialmente cierto que ninguna categoría humana es más inteligente -o estúpida- que otra. … Casi nadie es estúpido por completo y nadie puede confiar en ser siempre inteligente. … necesitamos tomar en consideración el componente de estupidez … que existe en todos nosotros. Todos y cada uno de nosotros podemos tender más a la estupidez en cierta clase de circunstancias que en otras».

Alfredo Ramírez en su Teoría General de la Estupidez Política afirma que «Como si de una inevitable enfermedad se tratara... de todos los seres humanos se puede sospechar que poseen el virus de la estupidez. … No existen, en definitiva, personas estúpidas y personas no estúpidas... todos podemos ser estúpidos en un determinado momento». Y al tratar la estupidez apunta «... no busca servirse de la palabra estúpido en su sentido coloquial, sino en el técnico. Estúpido es aquel que hace estupideces. Y estupideces son actos que perjudican a terceros y a uno mismo. Nada más.»

En referencia a la aseveración de Cipolla de que el número de estúpidos en cualquier momento histórico y en cualquier sociedad dada es una constante, discrepa al sostener que «La estupidez no es algo estable y que afecte a un número fijo de personas sino algo que, en potencia, de modo latente, nos afecta a todos y que en cualquier momento puede mostrarse y tener efectos tanto sobre nosotros como individuos aislados, como sobre toda la colectividad.» Y defiende que «...en el presente, desde finales del siglo XX y lo que llevamos del XXI, la estupidez potencial que toda la sociedad comparte está en franco crecimiento.» Y parece cierto que, si bien algunas personas estamos erradas en algunas de nuestras acciones, las hay que deberían de estar herradas.



Entre las muchas referencias a las que se alude al tratar el tema de la necedad se suele recurrir al Principio de Hanlon, según el cual «no se ha de atribuir a la maldad lo que pueda ser explicado por la estupidez», inspirado a su vez en La Navaja de Ockham, principio filosófico y metodológico según el cual «en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable».

Otro de los dichos que se suele mencionar es la Ley de Murphy, «si algo puede salir mal, saldrá mal, en el peor momento posible» y, a pesar de su carácter pesimista, incide en la cantidad de veces que las cosas se tuercen por un error que hemos cometido, por no haber hecho las comprobaciones necesarias, por no haber tenido en cuenta una variable de efecto inesperado o por confiar en alguien que no ha hecho bien las cosas... en definitiva por una estupidez. Como dice Giancarlo Livraghi, «es un recurso para la inteligencia saber que es prácticamente imposible evitar lo inesperado, porque nunca está en nuestra mano controlar todas las variables, o porque algunos factores externos (que no podemos controlar) entran en juego cuando menos lo esperamos». En palabras de Douglas Adams, escritor y guionista inglés, «La diferencia principal entre algo que puede salir mal y algo que de ningún modo puede salir mal es que, cuando sale mal algo que de ningún modo podía salir mal, lo más común es que resulte imposible de resolver o remediar».

La ley de Parkinson es un libro que trata de por qué las cosas salen mal y no es muy querido por muchos teóricos de la gestión porque en él se dicen demasiadas verdades incómodas. «El trabajo se expande hasta ocupar todo el tiempo disponible para su desarrollo completo». Explica también cómo crecen las organizaciones de forma incoherente como fruto de mecanismos jerárquicos y anomalías funcionales sin generar nada valioso para el mundo exterior. Muchas veces las reducciones de personal se hacen para incrementar el beneficio a corto plazo sin mermar los excesos de plantilla en cargos inútiles y entorpecedores. Otra enfermedad descrita por Parkinson es la Ingelitencia: «el ascenso a los puestos de autoridad de personas que sienten celos ingentes del éxito ajeno al par que se caracterizan por la incompetencia. Se reconoce a la persona ingelitente por la terquedad con la que se esfuerza por expulsar a todos los que son más capaces que él mismo».



Un texto que se ha difundido mucho sobre La sana ciencia de la Jerarqueología, al decir de su autor, es El Principio de Peter: «Los miembros de una organización (que se rija por la meritocracia) prosperarán hasta alcanzar el nivel superior de su competencia y luego los ascenderán y estabilizarán en un puesto para el cual son incompetentes». Este principio ha dado origen a otras variaciones y diversos corolario como El Principio de Dilbert, de Scott Adams: «Las personas menos competentes y menos inteligentes ascienden a los puestos donde menos daño pueden causar: la dirección». «El concepto de meritocracia es cada vez más manido y menos auténtico ya que se asciende a alguien por la protección de un poder oligárquico, favoritismo, sumisión, intrigas y otras razones que poco tienen que ver con la capacidad profesional del promocionado. Para intentar resolver los problemas de incompetencia en los niveles altos, algunos consultores sugieren maniobras con apelaciones tan rimbombantes como “sublimación percusiva” o “arabesco lateral”, que no es otra cosa que desplazar (hacia arriba o hacia un lado) a los incompetentes situados en la jerarquía, de modo que ocupen lugares de mera apariencia».

Existen casos que van más allá del Principio de Peter, promoviendo a un nivel superior a alguien que ya demostró ser incapaz en el puesto anterior. Muchas veces los juegos de poder y las intrigas de oficina se imponen al mérito y a la calidad y de esa forma se incrementa y multiplica el poder de la estupidez.



Así pues y teniendo en cuenta lo arriba mencionado, Livraghi establece tres corolarios.

«Primer corolario: En cada uno de nosotros reside un factor de estupidez que es siempre mayor de lo que creemos».

Nuestra parte alícuota de estupidez es siempre minusvalorada por nuestra vanidad, nuestro orgullo... y porque es muy frustrante darse cuenta de los errores cometidos. Podríamos decir que la estupidez es inhehiriente a la raza humana, por lo consustancial y doloroso que resulta reconocer los errores.

«Segundo corolario: Cuando la estupidez de una persona se combina con la estupidez ajena, el impacto crece de forma geométrica; esto es, por la multiplicación, no por la adición, de los factores de estupidez individuales».

La multitud como un todo es mucho mas estúpida que cualquiera de las personas que la conforman, consideradas individualmente. En manada somos más estúpidos y nos dejamos influir por los individuos más atrevidos.

«Tercer corolario: Combinar la inteligencia de distintas personas es más difícil que combinar la estupidez».

La estupidez es tonta. No necesita pensar, organizarse ni planificar nada con cuidado para generar un efecto conjunto. Transferir y combinar la inteligencia es un proceso mucho más complejo.



En referencia a lo peligrosa que resulta la estupidez, Ricardo Moreno razona que: «La estupidez es más dañina que la maldad, porque es más fácil luchar contra la segunda (porque actúa con una cierta lógica) que contra la primera (que carece de ella). Si pudiéramos suprimir la maldad, el mundo sería un poco mejor. Pero si pudiéramos suprimir la estupidez, el mundo sería muchísimo mejor». «... el motor de la historia es la estupidez y sus derivados (la arrogancia, la hipocresía, la intolerancia, el fanatismo, la envidia, los prejuicios, la ambición desmedida, la avaricia...) y la estupidez carece de leyes y de normas».

En definitiva, su peligrosidad radica en ser imprevisible e incansable y en que, como decía Bertrand Russell, «Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas». Los inteligentes, los malvados y los incautos son conscientes de su conducta pero el estúpido no. Como bien dice Ricardo Moreno, «Los tontos ignoran su propia limitación y ni se les pasa por la cabeza la posibilidad de que hacen tonterías igual que cualquier otro ser humano, y no consideran necesario reflexionar sobre su manera de hacer ni mucho menos sobre la responsabilidad que pueda corresponderles de sus propios fracasos».



Pino Aprile, en su Nuevo elogio del imbécil argumenta que «en nuestro planeta, la norma para sobrevivir es “ser muchos o ser fuertes”, no una cosa y la otra». Nuestros antepasados no eran muchos ni eran fuertes pero desarrollaron una nueva vía de salvación: la inteligencia. Hoy en día la cosa es bien diferente ya que somos muchos y nuestras capacidades suponen una amenaza para el equilibrio del ecosistema que es la Tierra. «Para la especie humana el riesgo no es la extinción sino la multiplicación...» y como consecuencia «la inteligencia ya no es necesaria y está siendo eliminada».

Otro de los aspectos que menciona el escritor es la agresividad intraespecífica, el impulso profundo a exterminar al prójimo, colectiva e individualmente que tiene su máxima expresión en las guerras, donde perecen los mejores y los más válidos, quedando para asegurar la continuidad de la especie los inútiles, los cobardes y los necios. También asegura que «Toda forma de organización social (monarquía, teocracia, dictadura, democracia...), actúa contra la inteligencia y sus expresiones. El poder, en cuanto puede, quema primero los libros y luego a los autores». Es verdad que solo entre los humanos el hijo del rey se convierte en rey aunque sea un cretino y que en democracia vale lo mismo un voto de un necio que el de un superdotado.

Afirma asimismo que «El ser humano no es producto exclusivo de la naturaleza; junto a esta actúa otra gran fuerza: la cultura». Así pues «Todo golpe de genio, todo invento, bien en forma de objeto o en forma de acción, deja un utensilio y un utensilio es aquello que puede utilizar hasta el más idiota».

Mencionando también el principio de Peter, se pregunta como es posible que, a pesar del aumento de la estupidez, la sociedad siga su camino y llega a la conclusión de que «Si la imbecilidad fuera negativa para nuestra especie, ocurrirían dos cosas: o nos habríamos extinguido hace tiempo o no habría imbéciles. La supervivencia de nuestra especie depende ahora de la imbecilidad como antes dependía de la inteligencia». En cuanto a lo que sostiene las estructuras sociales, las burocracias, declara que «Tienen una función positiva, no pese a que aumenten el número de tontos, sino precisamente por eso» y que «La estructura social obliga a los individuos a ceñirse a comportamientos establecidos pues si no la jerarquía se vendría abajo».

Según él, la característica dominante de una organización es la mínima que se exija para formar parte de ella. «Vivir en sociedad, tiene un efecto depresivo porque supone una nivelación por lo bajo. Cuando las personas se juntan se vuelven más tontas». Afirma que el cerebro existe para resolver problemas. Es su razón de ser. Solo el ejercicio mantiene vivas las capacidades. «Si el cerebro deja de utilizar sus neuronas o parte de ellas, segrega una toxina que las envenena y las destruye». Lo que no se usa se elimina.

Alerta sobre la saturación de las imágenes (que actúan sobre el cerebro dando respuestas más rápidas y menos analíticas), creando videodependencia (respuesta orientada, reflejo condicionado) y que cuanto más nos comunicamos entre nosotros, menos vale lo que decimos. A más flujo de información menor análisis y más pobre es el mensaje.

Y concluye: «La capacidad intelectual de nuestra especie se ha reducido, la cultura, la sociedad humana, no actúan para potenciar nuestras dotes intelectuales sino que las disminuyen, nos vuelven imbéciles». Aunque finalmente parece mostrarse esperanzado al afirmar que «Tal vez mucha inteligencia sea mala, pero es lo único que tenemos; es y seguirá siendo nuestra riqueza, lo que nos salva».



El escritor austríaco Robert Musil, en su conferencia Sobre la estupidez impartida en Viena en marzo de 1937, establece que «la palabra estupidez abarca dos tipos en el fondo muy distintos: una estupidez franca y sencilla y otra que, de modo algo paradójico, es incluso un signo de inteligencia. ... La estupidez franca es un poco dura de mollera y tiene lo que suele llamarse malas entendederas. ... A esta estupidez franca se le opone la estupidez más elevada y con pretensiones, que es una interacción insuficiente entre las unilateralidades del sentimiento y un intelecto que no basta para refrenarlas» y la compara con mirarlo y juzgarlo todo por el único ojo de una cerradura. «La estupidez aquí indicada no es ninguna enfermedad mental y, sin embargo, es la más peligrosa enfermedad de la mente.»



Johan Eduard Erdmann, discípulo de Hegel y profesor en la Universidad de Halle, en su conferencia impartida en Berlín en 1866, también titulada Sobre la estupidez afirmaba que «la estupidez debería definirse como el estado mental en que el individuo se considera a sí mismo y la relación consigo mismo como único criterio de la verdad y el valor: lo juzga todo a partir de sí mismo.» Y recuerda que en esa Arcadia (en la de la estupidez) nacimos todos y fuimos volviéndonos sensatos de forma gradual, por lo que en todos nosotros se encuentran restos de lo contrario, y es por ello que, muchas veces la tontería, la estupidez, el dislate, nos arranca la hilaridad y «nada contribuye tanto a nuestra ilustración como ver o escuchar verdaderas estupideces de vez en cuando.»


Suyo, aafectadísimo: Juanito Monsergas.

domingo, 7 de diciembre de 2025

Lástima


No me extraña que tenga tantos seguidores jóvenes el franquismo. Los que vivimos ese periodo de nuestra historia tenemos un recuerdo tan enternecedor que no podemos sino evocarlo con nostalgia. Como la mili.


Aquella vida diáfana, sencilla, sin tanto matiz ni tanta gaita... entonces la vida era en blanco y negro. Bueno y en grises, que enseguida se organizaba una carrera de obstáculos para mantenerte en forma. Eso era vivir, no la mariconada esta del runing que parecen un anuncio del Decathlon. Entonces no necesitabas ni mallas ni hostias, salías a la calle, hacías levantamiento de coche para calentar, esquivabas los pelotazos con mayor o menor fortuna y luego venían los cuatrocientos metros vallas que solían terminar con un masaje disciplinario de lo más reconfortante. No había observatorios astronómicos pero podías ver las estrellas en una sesión de tortura en cualquier comisaría sin esforzarte mucho. Más bien nada.


¿Derechos humanos? ¡Y tan derecho que había que andar! A la que enredabas un poco o te salías de la norma, te aplicaban la Ley de Vagos y Maleantes, te metían al trullo y tenías alojamiento gratis para una temporada. Si te ibas a otra provincia o a otra ciudad ibas con recomendación: había que llevar una carta del Jefe Local del Movimiento diciendo que eras una persona decente y temerosa de dios y del Caudillo. ¡Qué democracia ni qué niño muerto! Entonces estábamos todos en el Régimen y no había tanto gordo como ahora. Sindicato no había más que uno, el vertical, y para lo que valía como si no hubiera ninguno. Y se hablaba en cristiano.


Las mujeres tenían que estar en casa haciendo sus labores, o en la Sección Femenina, preparando la coreografía para el 18 de julio o cosiendo la camisa nueva que tú bordaste en rojo ayer. El divorcio no existía y se casaba uno y una para toda la vida, no como ahora que todo el mundo se separa y puede volver a intentar hacer una pareja con alguien que se lleve bien. Nada de condones ni planificación familiar, a tener todos los hijos que dios, y las noches sin televisión, quisieran. Eso sí, si querían el pasaporte con autorización del marido y a aguantar los sopapos que vinieran, que alguna razón tendrían para recibirlos.


Es verdad que las carreteras estaban un poco chungas, porque no se pagaban impuestos nada más que para la policía, la guardia civil y el ejército, pero tenía el aliciente de la aventura de conducir por aquellos puertos de montaña en un 600, que le llamaban el coche de las viudas. Alguna vez yendo a Zaragoza en el Flecha (en realidad a Casetas, a putas, que en Pamplona había poca oferta), si nevaba, nos quedábamos tirados en el Carrascal, pero si ibas en coche no te hacían soplar y te podías meter un carajillo, una copa de coñac o un solysombra (o todo a la vez) antes de conducir y nadie te decía nada. ¿ITV? Ni sabíamos lo que era eso.


Entonces no había ni gripe aviar, ni peste porcina, ni salmonella ni glorias. Si veías que algo tenía moho, le quitabas un poco con la uña, lo freías en aceite de colza y ¡p'a dentro! que la comida no sobraba precisamente. En Semana Santa se prohibía la música y no se podía ni silbar, sólo ver santos por las iglesias. Calefacción no teníamos pero el servicio de información de los confesonarios velaba por nosotros: siempre estaba alerta para añadir más leña a la hoguera, donde nunca faltaban libros, librerías o escritores.


En la escuela no había tanta tontería como ahora, aunque convenía andar listo para que el Melanio no te estampase la cara contra la pizarra, el Braulio no te metiera mano o el Zabaleta no te diera chapadas en el culo cuando subías por la escalera de caracol a la clase. No existía eso del bulling, le podías dar una colleja al gafoso, abusar del esmirriado o ponerle la zancadilla al poliomelítico y no te pasaba nada. Era lo normal.


Cuando tenías un accidente, te escoñabas o te hacías una herida, no ibas al hospital, ibas a la Casa de Socorro, donde no daban puntada sin hilo pero sí sin anestesia. El médico había que pagárselo, el que pudiese claro, así que casi no nos poníamos malos, no como ahora que siempre están las urgencias llenas. Y el dentista solo hacía extracciones, no te ponía implantes, ni brackets ni empastes, por algo en las fotos pocos salían sonrientes. Entonces jugábamos a médicos, no como ahora que en mi generación sólo hablamos de médicos.


No sabéis lo que os habéis perdido, chavales. ¡Cuánto me fastidia que no hayáis podido gozar de época tan cojonuda!. Lástima.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas


viernes, 28 de noviembre de 2025

ABUELOS ACTIVOS ANÓNIMOS (5)

 

ENTREVISTA A NUESTRO LIDER A A A

Su Divina Gracia, Suave Follaranda, el Gran Gurú Majaretha, Timonel de la Nave de los Locos, encofrador a tiempo parcial y domador de caracoles, limacos y babosas, cuenta con el apoyo y el respaldo por unanimiedad de los socios en el último Cónclave de Abuelos Activos Anónimos, celebrado en algún lugar desconocido.

El excelentísimo prócer don Augusto Airado Ahiandará, F.E.O. (Fenomenal Executive Officer) de Abuelos Activos Anónimos, Presidente Horroris causa de la Internacional Sinfundamentalista Autocomplaciente y de las JONS (Juventudes Obsoletas No Seniles) y Máster en Ningunología Quiropráctica y Coitus Intermitente, laureado cum fraude por la Universidad de La Vaina, que ha demostrado tener tanta sabiduría como cordura, lo cual no es mucho decir... o sí. Hombre de letras, más concretamente de letras protestadas, siempre ha defendido con ahínco sus valores, acciones y obligaciones, sin olvidarse nunca de los títulos, bonos bancarios y letras del Tesoro. No en vano tiene muchos seguidores, entre otros la U.C.O. que lo persigue por sus múltiples delitos financieros y un montón de acreedores y estafados.


Don Augusto ¿Qué significa para usted ser la referencia para tantos y tantas abuelas que se acercan a Abuelos Activos Anónimos en busca de consuelo?

Efectivamente, yo también busco a Consuelo, mi mujer. Hace un tiempo le dijo el médico que tenía que andar siete kilómetros al día y le hemos perdido la pista completamente. Debe de andar por Alemania, Suecia, Dinamarca... no sabemos muy bien.


No, no, me refiero a su papel en la Asociación aportando su preclara sabiduría para responder a los retos de la edad.

Ah! ¿Eso?. Bueno, yo siempre he sido un intelectual de acción: cuando había que pensar actuaba y cuando había que actuar pensaba. En los primeros días de marzo de 2020 tuve una epifanía que me cambió la vida. Caminaba tranquilamente con mi suegra por el parque de La Taconera, cuando se nos apareció repentinamente una preciosidad de muchacha en la flor de la vida luciendo todos sus encantos naturales y alguno más. Una luz se ilumino en mi interior y tuve la sensación de trascender más allá de los hechos e imbuirme en un preclaro equilibrio cósmico. Me di cuenta de la frugalidad existencial, de lo efímero de la vida y la belleza, del paso ineludible del tiempo y sus consecuencias: me hice consciente del deterioro producido por el paso del tiempo.

Una luz brilló ante mis ojos y mis limitaciones emergieron como cuando se sobra la leche. En ese instante lo tuve todo claro, entendí el mundo y sus contradicciones, me iluminé y caí en la cuenta... de que estaba pisando el cable de la luz de una farola cercana. Me llevaron a Urgencias medio chocarrao y con un fuerte golpe en la cabeza que me hice al darme el latigazo. En el viaje sufrí un cólico miserable que me dejó para el arrastre y en el hospital me contagié de paperas. Con estos mimbres mi papel en Abuelos Anónimos se ha reducido a darle la soba a quien se deje. Desde luego, hay que estar desesperado para seguir a un tipo como yo.


Y qué consejos les daría a los nuevos abuelos que se van incorporando a nuestra sociedad carentes de función y aquejados por las limitaciones típicas de la edad?

Yo les diría que se relajasen. Que no intenten recuperar nada y se centren en su bienestar y se realicen como lo que son: viejos, disminuidos y rodeados de jovenzanos que les desprecian por carecer de ciertas habilidades. Mejor siempre llevar una piedra en el bolsillo por si acaso. Tampoco es como para asombrarse que la chavalería nos mire raro si las anécdotas que contamos tienen más de cuarenta años, las cosas de las que hablamos les suenan al neolítico, los chistes que contamos podrían ser motivo penal y nos repetimos más que el ajo. Es hora de planificar las actividades acordes con la edad que tenemos, reducir las visitas al bar y que no te dé por hacer todo lo que no has hecho en sesenta años. Hay que aprovechar el tiempo, disfrutar del momento, ya que los años se empiezan a contar como en la NASA. Diez, nueve, ocho...


La soledad es otro handicap de las personas que se van haciendo mayores. Los hijos se van, los amigos llevan su historia, la familia está a lo suyo y muchos seres queridos ya no están...

Con el tiempo se van perdiendo amistades, familia y, si tienes suerte, a los idiotas que has conocido en la vida, que no son pocos. De todas formas no está de más aceptar a la gente tal y como es y asumir las propias miserias y estupideces para evitar las decepciones y los disgustos que, a estas edades, conviene vigilar. Te haces consciente de la gran distancia que separa el mundo actual del que viviste medio siglo atrás, por lo que convendría que te olvidases de aquello y te centrases en esto. Lo de antes estuvo bien en su momento pero porque era entonces y era allí, pero ahora es ahora y es aquí, y lo de antes fue antes y por eso fue allí y no aquí... y ahora ya no sé de qué estaba hablando.


La información se revela como un poder que puede tumbar o promover gobiernos, aupar movimientos sociales o hundir personalidades y difundir bulos. ¿Cuál cree que es el papel de la prensa? ¿Qué supone ahora el cuarto poder?

La función de la prensa ha sido, es y será muy importante en nuestra sociedad: ¿como íbamos a pelar los arenques, envolver el bocadillo o conservar las verduras frescas y lozanas, por no recordar el papel que han tenido, nunca mejor dicho, en la limpieza anal de la humanidad los periódicos y revistas antes de la aparición del papel higiénico El Elefante?. Lo cierto es que la información proporcionada por los medios de comunicación ha cambiado mucho. Ahora, gran parte del contenido informativo son gatitos.

A las ocurrencias y devaneos de la clase política y los famosos, se unen consejos para reutilizar las medias rotas, recetas gastronómicas y cachivaches de cocina, trucos para soluciones domésticas, chollos donde invertir nuestro dinero y hacernos ricos en poco tiempo, mantener una forma física excepcional pasados los sesentaycinco con ese aparato que “no precisa esfuerzo y actúa mientras duermes”, las últimas tendencias kitch de camisetas blancas a mil euros o las pistas de esquí en Abu Daby. Y el fútbol. El fútbol es punto y aparte. Un tercio de los noticiarios lo absorben los partidos, fichajes, promociones, campeonatos, corruptelas... los clubes y sus federaciones han montado unos chiringuitos financieros que se mueven como pez en el agua entre paraísos fiscales, mafias y gobiernos corruptos que no se ajusta a ningún tipo de control.

No obstante la afición al deporte es cosa sana y recomendable y las competiciones deportivas multitudinarias promocionan el negocio local, aportan beneficios sociales a la ciudadanía y crean puestos de trabajo en ámbitos muy diversos, en concreto los que hacen falta para reparar todos los desperfectos de la última celebración.


La televisión, los medios informativos, el ordenador, el móvil... ¿No cree que genera ansiedad, nerviosismo y malestar este bombardeo continuo de noticias e informaciones, en un colectivo tan vulnerable e indefenso, con tantas moderneces en las redes sociales... apepes, influencers, instagramers, couchings, runings, inspirings, poscasts, confundings, trendeutópics... con lo fácil que es decir “arradio” y “amoto”?

Desde pequeños se nos ha dicho que no nos metamos porquerías en los ojos... y en las orejas. La televisión es muy tóxica; gana mucho cuando se tiene sin sonido. La extendida costumbre de tener al televisor como uno más de la familia nos ha empujado con el tiempo a llevar un confidente con nosotros a todas partes: el putomovil. Andamos todos enfrascados con el cacharro este, comunicados todos con todos, en todas partes y a la vez... y ahora con la IA ya no sabemos qué es real y qué no. Se están imponiendo en las redes sociales unos estándares de éxito, belleza, felicidad, triunfo... ¿No hay sitio para la mediocridad? No admitimos lo que es habitual y tan necesario como el éxito o más: el fracaso, la decepción, la incoherencia, la estupidez, la equivocación... Hay que tener valentía y reconocer que a veces uno está errado... y otras debería estar herrado.


¿Qué futuro le espera a la humanidad ?

El discurso social se nutre y configura sobre la base del contenido más consultado, que no es otro que el causante de mayor asombro, perplejidad y alarma. El ritmo que se impone no da tiempo a digerir la noticia y todo funciona a una velocidad difícil de seguir. Hemos pasado de leer el periódico, con la distancia que permite su lectura, a ver las noticias en vivo y, desde hace unos pocos años, en tiempo real. Como si estuviéramos en un videojuego. Muchos cambios en poco tiempo. Por eso es importante una correcta gestión del tiempo y el espacio que nos permita coger distancia con la globalización mercantil y cibernética que invade cada recodo de nuestra intimidad. Hay que buscar una armonización efectiva con las distancias cortas sin perder de vista la universalidad de nuestras relaciones... ¿entiendes? ¿tú lo entiendes? ¿si? Pues a ver si me lo explicas porque yo no comprendo nada.


El mundo convulso que estamos viviendo en estos momentos, ¿cómo les afecta a las personas como ustedes? ¿Sienten la amenaza como los demás o piensan que... p'a lo que me queda en el convento le voto a Tramp?

Yo de otra cosa no sabré pero de geopolítica y de relaciones economico-mercantiles puedo decir, sin temor a equivocarme que lo desconozco todo. De todas formas y, dado que sólo el atrevimiento supera mi ignorancia, voy a dar opinión al respecto. Donald es un patán, un patoso, un pato, pero tiene su lógica: es un patológico. Es un tipo que habla claro, aunque yo no le entiendo absolutamente nada de lo que dice porque lo hace en inglés. Por lo que me han contado, él les cuenta a los norteamericanos que va a sanear la deuda y aligerar las arcas del Estado y muchos de ellos se lo creen y confían en un tío que no se anda con chiquitas... bueno sí, alguna vez le han pillado con alguna, pero eso no viene ahora al caso. ¿Por dónde iba? Ah, sí... que muchos estadounidenses y estadounidensas han confiado en él y están convencidos de que aligerará las arcas públicas (probablemente las deje vacías) y de la deuda seguro que no hay que preocuparse: estoy convencido de que dejará una buena deuda.


Y ¿qué piensa del equipo que se ha rodeado, de su política nacional e internacional y de su mediación en los conflictos geosestratégicos que asolan el planeta?

Está rodeado de gente que sabe lo que quiere... que sabe lo que quiere Tramp quiero decir, por eso no dice nadie ni pio. Bueno el que sí dice algo es el de la red social esa del pajarito, a ése sí que le deja porque es el mangante... perdón, el magnate más rico del mundo. A fin de cuentas es el que le ha pagado la campaña y le secunda en montar los bungalós esos que quieren montar en Palestina. Un nuevo Las Vegas en Oriente Medio, aunque al paso que van no va a quedar ni medio Oriente. Por otra parte sus pretensiones expansionistas y el supuesto entendimiento con Rusia para merendarse Ucrania quizá se les atragante, lo mismo que las medidas arancelarias que está firmando y que parece que le están enemistando con el resto del planeta. Parecer estúpido no es suficiente, hay que demostrarlo. Ya se sabe que los estúpidos son imprevisibles y siempre subestimamos su poder de destrucción. Es duro reconocerlo pero estamos a merced de un psicópata con capacidad de destruir el mundo trescientas veces, si es que eso es posible.


Abuelos Activos Anónimos, del que usted es carismático líder, esta adscrita al P.U.N., Partido Unificado de Navarra. ¿Cómo ha sido la gestación del partido y cuanta gente lo integra?

El partido se formo con la absorción del P.I.N., el Partido Independiente de Navarra, y del P.A.N., Partido Autónomo de Navarra. Fue una época convulsa, en la que no faltaron los debates acalorados y las largas deliberaciones, pero al final todas las corrientes internas del partido han conseguido un protagonismo y una presencia representativa importante: hay consenso que no con seso. De momento no hay más escisiones, estamos mi mujer y yo.


¿Y su alineación con el H.A.L.A.? ¿A qué responde? ¿Cuál es su papel dentro del panorama internacional de las sustancias espirituosas?

Es una adhesión estratégica y vital, imprescindible para el bienestar emocional y la salud espiritual de la persona humana y el individuo o individua. Yo he dejado las drogas, lo que pasa es que no me acuerdo dónde; a mí me gusta el pipiribipipí de la bota empinar parabapapá, pero tengo que procurar parar el bar o no parar tanto en el bar y llegar a la cama por mi propio pie. No queda otra que la moderación, no es que acabes dejando las drogas, es que las drogas te dejan a ti... te dejan hecho polvo y como dijo el sofista: pulvis eris et in pulverem reverteris ad ultimun pulvis fugit... y ya no hay sexo que valga.


Y ahora una pregunta con sustancia ¿Qué opina de la basura, su eliminación y producción? ¿Cree que nuestra forma de vida es sostenible? ¿Cuál debería ser nuestra actitud frente a los retos y problemas a los que nos enfrentamos?

Partimos de la base de que la basura es lo que sobra de un producto que consumimos. Los artículos puestos en circulación menos los que reutilizamos en nuevos cacharros nos deja una I.B.M.


¿Eh... ?

Sí, una Inmensa Bola de Mierda que tenemos que digerir o dar salida. Cuando la producción se dispara por un consumo sin control, la I.B.M. crece en la misma proporción. Hace ya muchos años que las basuras de los países más desarrollados (que son los que más desperdicios producen) son enviadas al resto del mundo con menos recursos y peores controles sanitarios, medioambientales y administrativos. A cada españolito o españolita nos corresponde más de un kilo de basura al día, a los norteamericanos dos y aquí en Navarra se recogieron 282,000 toneladas de residuos en el año 2022. Cada habitante de la Comunidad Floral produjimos 427 kilos de despojos ese año (bebés incluidos).

Las campañas de reciclaje que promueven los mismos fabricantes que nos venden los cachivaches (y de paso nos imponen una forma de vida) son los encargados de organizar la recogida, aunque la canalizan a través de ayuntamientos y comunidades para que las pérdidas las asumamos los usuarios. Casualmente los que más contaminan (Coca Cola, Pepsico, Nestlé, Philip Morris...) son los más interesados en el reciclaje... que al final, una vez pasada la publicidad, no sirve para nada y los plásticos y la porquería siguen amontonándose en el planeta.

Por otra parte, hay que remarcar que la basura es muy variada y está muy mezclada. Cada vez hay más materiales nuevos y los plásticos, que apenas han cumplido cuatro generaciones, se diversifican en miles de tipos distintos. Hoy en día todo se hace con plástico: los coches, los envases, las envolturas, la maquinaria, la construcción, la ropa... ¿Podemos renunciar o, por lo menos, ponerle freno a la invasión del indestructible monstruo del polímero?. Hay inventos de una utilidad innegable, los coches, las lavadoras, los satélites... pero hay otros que no sé a quién se les ha podido ocurrir. La escobilla del water, por ejemplo... ¡con lo que duele!.


¿Y el género, eh? ¿Qué me dice usted del género? ¿Hay tantos como dicen o es una exageración del momento? ¿Es usted feminista, feminoide, feminable, feminero...?

Yo me considero estereosexual porque creo que todos los humanos compartimos, en mayor o menor medida, el bimorfismo sexual. Los indios navajos tienen (tenían) cinco géneros para referirse al tipo de personas que hay en su tribu, lo mismo que los lakotas, los ojibwe, los cheyenne, etc, Contemplaban la figura de “los dos espíritus”, eran personas que podían considerarse mujer, hombre, mujer de dos espíritus, hombre de dos espíritus y transgénero. Los “dos espíritus” eran considerados personas muy afortunadas dentro de la tribu porque poseían tanto las características femeninas como las masculinas y así tenían la posibilidad de entender los dos lados de todo. No es la única cultura que aprecia las distintas variantes que se pueden dar en los humanos. Cuando llegaron los colonizadores europeos, faltaría más, esa característica de los pueblos indígenas fue erradicada abruptamente, haciéndoles elegir entre dos opciones, hombre y mujer o esconderse y sufrir las consecuencias.

Ahora, las nuevas tendencias dicen que hay treinta y siete géneros: Lesbiana, Gay, Transexual, Bisexual, Polisexual, Pansexual, Omnisexual, Scoliosexual, Demisexual, Grisexual, Asexual, Poliamoroso, Intersexual, Agénero, Genero Fluído, Bigénero, Trigénero, Pangénero, Andrógino, Intergénero, de sexo no ajustado o non conforming, Homorromántico, Birromántico, Panromántico, Arromántico, Antrosexual... Para mí un antro sexual es un puticlú, qué quieres que te diga...

Sin alinearme con los carcas que hablan de peras y manzanas, creo que tiene más sentido la clasificación de los autóctonos americanos. De todas formas me parece que, una lista de treinta y siete géneros es mucha lista para un formulario. ¿Te imaginas que haya que rellenar todos los impresos burocráticos para poner donde encajamos cada uno? . Es lo que nos faltaba a la hora de completar cualquier solicitud... ¡Como si no tuviéramos suficientes pegas en la Administración para hacer los papeles!.


¿Piensa que las mujeres son discriminadas por su propio género? ¿Piensa que los hombres son discriminados por la discriminación que sufren las mujeres? ¿Qué opina de los feminicidios?

La segregación por género tiene muchos años y está anclada en nuestra esencia. Desde la noche de los tiempos el hombre se ha impuesto sobre la mujer en todos los estamentos de poder, en el control de la reproducción de la especie, en el trabajo y, por supuesto, en el orden social. Esto, en la mayor parte de los casos, ha sido un lastre, un lastre para la mujer que ha tenido que llevar la crianza y el trabajo no remunerado y someterse a los caprichos masculinos.

Nos sorprende, aunque no debería de ser así, que la mujer quiera cobrar igual que el hombre, que pretenda ser independiente y decidir su vida como le apetezca y que pueda ocupar los mismos puestos de prestigio como cualquier varón. ¡Pues claro que sí! ¡Como si no hubiera también mujeres sin escrúpulos, avariciosas o estúpidas que pudieran desempeñar los mismos puestos directivos que los hombres!. El mismo derecho tendrán, digo yo.


Bueno, y finalmente, ¿qué mensaje le quiere lanzar a la nueva sabia que va integrando las Juventudes de Abuelos Activos Anónimos? ¿Cómo ilusionarles para que no les parezca todo esto una mierda? ¿Nos hacemos veganos, macrobióticos, vegetarianos, acrobióticos, parabióticos, hiperbióticos, de los Testigos de Jehová... ?

Muchos de los que cumplimos años (de los que no los cumplen no vamos a hablar) tenemos tendencia a la procrastinación alternativa. Nos entran muchas ganas de hacer cosas y en cuanto empezamos a hacerlas nos surge la necesidad de cambiar de pedo: si me pongo a escribir me entran ganas de dibujar y en cuanto cojo los lápices me entra hambre. Si me da por hacer deporte se me antoja una cerveza y así todo. Lo mejor sería adoptar la postura del dolce far niente latino combinada con la meditación orientalista, el “gugüey”. Aunque, si no puedes tener un alma zen, por lo menos procura tener un almacén. Y si quieres mirar en tu interior hazte una colonoscopia.

Yo les diría que no se preocupen, que siempre ha habido viejos y ahora somos más numerosos que nunca. Tenemos que hacernos respetar y hacer valer nuestros derechos y si, tradicionalmente, el Consejo de Ancianos guiaba a la tribu con su experiencia y su sabiduría aprendida a lo largo de la vida, ahora las cosas son un poco diferentes porque no tenemos ni puta idea de cómo funciona casi nada. No hay que dejarse engañar por los cantos de sirena que oigamos a nuestro alrededor: probablemente es la ambulancia que viene a por ti. Y en cuanto a la alimentación, conviene no perder de vista lo de alrededor y consumir productos de la zona que dejan menos huella ecológica. Los comerciantes siempre querrán vender y, últimamente, todas las grandes plataformas nos ofrecen infinidad de servicios gratis: no dudes ni por un instante de que el producto eres tú.


Bueno, hemos hablado mucho de los abuelos pero... ¿y los nietos?

¡Hostia! ¡Los nietos! ¡Que tenía que ir a recogerlos hace tres horas...!


Y Anselmo salió disparado en busca de sus nietos y de la bronca que le esperaba en casa.

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