domingo, 7 de abril de 2024

Otros mundos...

 

Asistimos desde hace ya seis meses a una masacre del pueblo palestino que raya lo indecible: más de 30.000 muertos de los cuales dos tercios son mujeres y niños. El gobierno israelí gana por puntos a Hamás por 30 a 1. Últimamente las muertes diarias se han reducido de 330 a 110. Después de seis meses de marear la perdiz ¿estarán, por fin, las “conversaciones al máximo nivel” dando sus frutos?.


Las imágenes de poblaciones desesperadas ante una carencia generalizada, escenas dantescas de exterminio y desolación, hospitales caóticos incapaces de digerir la avalancha de cuerpos inertes y dolientes. “Justa respuesta al ataque contrario” ladran los que resucitan agravios de su historia y hoy aniquilan barrios enteros. Apartheid denunciado por Sudáfrica, mientras el ejercito israelí aplica indiscriminadamente su “Operación Espadas de Hierro” como respuesta a la “Tormenta de al-Aqsa” de Hamás.


En esta banalización cotidiana del horror podemos perder la esencia que nos hace humanos. Si nacemos ¿tenemos derecho a vivir? ¿Cuántos daños colaterales se necesitan para matar a un terrorista? ¿De verdad necesita tu dios tanta ofrenda de muerte y agonía? ¿Perpetuamos el odio hasta el infinito y más allá, con la vana esperanza de que desaparezcan los agravios, la inseguridad, el miedo? ¿Se podrá llegar a olvidar la masacre que está ocurriendo al fondo del Mediterráneo?


Las voces que apuestan por el diálogo y la coexistencia, aun las propias, son tachadas de antisemitas y de apoyar al terrorismo: el terrorismo se combate con más terrorismo y para disculpar el propio terrorismo que hay que aplicar para combatir el terrorismo, lo mejor es decir que todos ejercen el terrorismo y que nuestro terrorismo está justificado porque es terrorismo como Dios manda. Terrorismo al cuadrado.


Y la patria: ¿Hay que edificarla sobre tantos cadáveres? ¿De verdad que necesita tan descomunal sacrificio? ¿Por dónde queda la patria común de la humanidad? ¿También nuestra patria vende armas a los que masacran a la población?


Asistimos a este espeluznante espectáculo rodeados de Eurovisiones, princesas enfermas que conmueven a sus vasallos, reyes, artistas y deportistas arrimados a la OPEP, obscenos dueños del planeta que imponen el ritmo de pobreza, la Tierra consumida por un trasiego mercantil desenfrenado, cumbres borrascosas de altos dignatarios al parecer tan preocupados por la situación como incapaces de hacer algo al respecto... Hay otros mundos pero están en éste.


Suyo afectadísimo: Juanito Monsergas


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