martes, 25 de noviembre de 2025

ESTUPIDEZ 2 Estúpidos ilustres

 

Muchos autores han llamado la atención sobre la multitud de estudios que se han hecho de la inteligencia y los escasos referidos a la estupidez, cuando tantos ejemplos tenemos a lo largo de la historia del triunfo de la segunda sobre la primera. Pedro Voltes, en su Historia de la estupidez humana, nos da un buen número de ejemplos y no faltan hoy en día, a pesar de los logros conseguidos, personajes y conductas que no pueden ser tachadas sino como estupideces integrales.


Ahora que la Inteligencia Artificial promete sustituir nuestras ya mermadas facultades mentales, en un mundo hiperdesarrollado, de una crisis demográfica sin precedentes, donde la comunicación global e inmediata amenazan el entendimiento y el análisis sosegado de la realidad, y con una contaminación que pone en peligro la supervivencia de la especie, numerosos escritores alertan sobre el incremento de la estupidez humana.


No son pocos los ejemplos que demuestran la deriva autodestructiva de la humanidad, en la que la proliferación de imágenes y pantallas reducen nuestra capacidad de discernimiento y las redes sociales convierten la información en un batiburrillo de memeces y despropósitos. Proliferan los negacionistas del cambio climático a pesar de las evidencias, de los fenómenos extremos y del aumento espectacular de la basura así en la tierra como en el cielo.


Los charlatanes vendepeines se han adueñado del discurso social y político, donde priman la rentabilidad y los intereses de las grandes corporaciones que se reparten el planeta, sumiendo a la mayoría de la población en una pobreza extrema: según Oxfam el 1% más rico del planeta se ha hecho con el 63% de la riqueza generada desde 2020 y el 50% de la humanidad sobrevive con poco más de 4 euros al día. Que no se preocupen los ricos que tierra no les va a faltar.


En una deriva sinfundamentalista, los terraplanistas desprecian las certezas científicas, «por algo se llama planeta, si fuera redonda se llamaría redondeta». Los líderes mundiales se comportan como niños malcriados que juegan con el botón nuclear, capaz de destruir el planeta diecisiete veces, si es que ello es posible. Probablemente la guerra sea el mejor exponente de la estupidez del poder y del poder de la estupidez. El beneficio de unos pocos representa una horrible tragedia para demasiados.


Kary Banks Mullis, fue un bioquímico estadounidense que compartió el Nobel de Química con Michael Smith debido a la invención de la reacción en cadena de la polimerasa que permite la ampliación de secuencias específicas del ADN. Sin embargo, el brillante científico no dudó en cuestionar que el VIH causase el sida, negó que el cambio climático fuese causado por el hombre y mantuvo opiniones heterodoxas en ciencias sociales y astrología, demostrando que hasta las mentes más geniales podían albergar abundantes dosis de estupidez.


Recientemente ha fallecido James Watson otro premio Nobel, en este caso de Medicina, por su descubrimiento de la estructura de doble hélice delADN, que fue despojado de sus títulos por reiterar que los negros son menos inteligentes que los blancos por sus genes.


Y hablando de estúpidos ilustres, a todos nos vienen a la cabeza las ocurrencias de Dolar Trump, que aconsejó alegremente que con luz ultravioleta y un buen detergente se podía combatir la Covid-19 y, más recientemente, que el paracetamol y las vacunas generan autismo. Como bien dice Alfredo Ramírez en su Teoría General de la estupidez política, libro de 2021, «Trump es un estúpido objetivo y subjetivo por las muchas decisiones tomadas durante su mandato en función de las cuales se puede hacer la valoración indicada: el manejo de la economía, el tratamiento dado a los derechos civiles, la polarización social, la política exterior, etc. Sin embargo, un caso, quizá menor, puede resultar el más revelador de lo que fueron los cuatro años de Trump en la Casa Blanca: el precio de las lavadoras».


Para equilibrar lo que consideraba un abuso comercial de los chinos, impuso aranceles a algunos productos que venían de China. Uno de ellos fue el acero, porque el acero estadounidense resultaba más caro ya que... «los chinos lo fabrican sirviéndose de prácticas desleales, como el dumping». De esta forma las acerías de USA venderían más acero, como así hicieron, pero al ser más caro (y el acero chino también era más caro por culpa de los aranceles), resulto que... todos los productos hechos con acero se encarecieron y, por ejemplo, las lavadoras aumentaron su precio en 100 dólares, que votantes y no votantes del botarate tuvieron que pagar. Veremos qué pasa con los nuevos aranceles en esta nueva legislatura del presidente de la primera potencia mundial con acceso al botón rojo nuclear. Muchos estamos preocupados por su estupidez pero igual deberíamos de preocuparnos más por la estupidez de los que le han votado en esta segunda legislatura.


Otro presidente de Estados Unidos que todo el mundo recordará por el “asunto” que tuvo con una becaria y que gobernó entre 1993 y 2001 fue Bill Clinton. Desde la entrada de Reagan en la Casa Blanca en 1980 se inició un proceso para eliminar regulaciones en el sistema financiero, aduciendo la eficiencia y capacidad de esos mercados para autorregularse. Entre 1985 y 1989 el gobierno de los EEUU rescató con ciento cincuenta y dos mil millones de dolares a las entidades financieras con problemas.


A pesar del desastre, la desregulación bancaria continuó con la administración Clinton, que se afanó en reducir el gasto público y en aplicar una política fiscal restrictiva, a la par que se incrementaba el crédito de la clase media y baja para sufragar sus gastos corrientes, mientras la FED mantenía bajos los intereses. Al final de la legislatura la deuda pública se había reducido sustancialmente y había una época de bonanza que muchos ciudadanos recuerdan con nostalgia. Lo que no tuvieron en cuenta es que esas dinámicas eran insostenibles porque se basaban en el endeudamiento privado y en las cotizaciones bursátiles: en ocho años el Nasdaq creció un 325% y el Dow Jones un 678%.


Al término de este periodo los grupos de Lobby del sector financiero apoyaron con millones de dólares para que el Congreso desmantelara el último vestigio de regulación de la Gran Depresión, la Ley Glass-Steagall, y se abrió la puerta a la fusión de actividades bancarias comerciales, bursátiles y de aseguramiento. Se limitó la capacidad de las entidades que debían de regular el naciente mercado de derivados financieros, poniendo las condiciones para una expansión sin precedentes de mega-instituciones financieras, especulación y fraude que reventó con la crisis del 2008 y su posterior rescate del Senado de EEUU (700.000 millones de dólares). Pues bien, al causante de esta gran Depresión se le recuerda por el affaire con una becaria y no por haber dejado sin control a los avariciosos y cortoplacistas banqueros que arruinaron nuestras economías.


Alguien podrá decir que aquello fue obra de malvados que esquilmaron a los pequeños ahorradores, a las clases bajas que quisieron acceder a una vivienda que no se podían pagar y a ejecutivos que cobraron sus incentivos por ventas que luego otros tendrían que encargarse de cobrar, pero el alcance del desaguisado traspasa la propia maldad y se encalla en la estupidez. Lo cierto es que los gestores de la economía desencadenaron la desconfianza entre los inversores y entre los mismos bancos, que ya no se fiaban de los productos financieros que habían comercializado, eliminando la base del negocio bancario: la confianza.


Aunque no hace falta irse tan lejos para ver tontos a granel. Se han publicado recientemente las memorias de un rey de frágiles recuerdos, impuesto por un sanguinario dictador, que olvida sus discursos grandilocuentes en los que ponderaba la magnificencia de su cargo como símbolo de unidad y permanencia de la patria y legítimo heredero de la dinastía histórica, que labró una copiosa y oculta fortuna con opacas transacciones y privilegiadas retribuciones y que ha acabado instalándose en un paraíso monetario para poder escamotear sus obligaciones fiscales, sin el menor asomo de vergüenza u honradez. ¿Se le pasa por la cabeza el dislate de, tras una trayectoria tan cuestionable, argüir que le han escamoteado la pensión?. Como bien dice Ricardo Moreno Castillo en su Breve tratado de la estupidez humana, «A los tontos ni se les pasa por la cabeza la posibilidad de que hacen tonterías y no consideran necesario reflexionar sobre la culpa que pueda corresponderles de sus propios fracasos». La desmemoria es imprescindible para la tontería.


Victor Moreno, en el prólogo que hace del libro El Banquete menciona a Norbert Bilbeny y el concepto de “idiota moral” y sostiene que en estos lares vamos bien servidos, tanto en calidad como en cantidad, y se pregunta si no pensaría Shakespeare en esta gente cuando sostuvo que Navarra asombraría al mundo.


El 1 de enero de 2002 un desconocido E. G. era nombrado Director General de la Caja de Ahorros de una Autonomía Uniprovincial de quinientos mil habitantes, impuesto por el entonces Presidente de esa Comunidad, la alcaldesa de la capital de esa Comunidad y arropado por un grupo de notables entre los que cabría mencionar a:

R. M. F. Flamante diplomático director de Gabinete de varios ministros, cónsul general en Houston, embajador en Gran Bretaña y Sudáfrica, Jefe de Protocolo de la Casa Real, Secretario de Estado de Seguridad en el Ministerio del Interior, condecorado con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, Caballero y comendador de la Real Orden de Carlos III, caballero y comendador de la Orden del Mérito Civil...

A. O. Doctor en Economía y presidente de la sección de Ciencias Empresariales y Financieras de la Real Academia de Economía, director de la mundialmente conocida consultora Bain Company, presidente en España del Grupo Deutsche Telecom, de la Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos Culturales y Audiovisuales de España, Consejero de Ericsson España S.A., de la Societé Generale de España, miembro del Consejo Asesor de KPMG y de otro montón de empresas, autor del libro Capitalismo humanista, condecorado con la Gran Cruz del Mérito Civil por el rey de España y «uno de los referentes del nuevo capitalismo»...

A.O.U. Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad Rey Juan Carlos, con despacho propio, ha pertenecido a distintos consejos de empresas (Zetia, Endesa, Lazarejo Sicav, Sexterius, Noscira...) colabora en la Revista de Derecho del Mercado de Valores y asesor en los distintos procesos de fusión de bancos y cajas de ahorros y se le considera el inventor de las SIP (Sistema Institucional de Protección)...

J.T. Licenciado en Derecho, Presidente de la Cámara de Comercio de Navarra desde hace más de 30 años, cónsul honorario de Rumanía en Navarra, vocal del Pleno de Cámara de España, presidente de la Corte de Arbitraje de Cámara Navarra, presidente de la Corte de Mediación de Cámara Navarra, vicepresidente de la Fundación Empresa-UN, consejero de varias empresas y con despacho propio...


Con semejantes avales y consejeros, ¿quién podía dudar de la valía de semejante timonel para dirigir una de las cajas de ahorros que, a pesar de su pequeño tamaño, era una de las más solventes de España?. Muchas personas han cometido despropósitos en el tema de la desaparición de las cajas de ahorros, pero tantos protagonizados por un solo individuo es algo que no se ve todos los días.


Pues bien, el atrevido ejecutivo quiso darle a la entidad una nueva imagen y remodeló todas y cada una de las oficinas con mobiliario en blanco y negro y una vistosa moqueta roja a la par que cambiaba tres veces en cuatro años la imagen corporativa de la empresa.


A continuación comenzó una vertiginosa expansión que le llevó a duplicar las 234 oficinas comprando locales por todos los rincones de la península pero especialmente en el País Vasco y las principales ciudades de España, justo cuando el mercado inmobiliario estaba más caro, teniendo que malvender posteriormente los locales y alquilarlos para conseguir los índices de solvencia que exigía el Banco de España.


En octubre de 2007 anunció la compra del 30% del banco HBW Express de Budapest «Esta operación tiene importantes sinergias con el grupo... que ya posee oficinas en la región... Polonia, República Checa, Rumanía...». Dos años después la entidad congelaba sus planes de expansión en el Este de Europa, ya que el precio de la operación era mayor al valor de mercado de HBW Express que en realidad solo tenía tres sucursales, perdiendo finalmente el 100% de la inversión.


No se arredró el avispado director y ya en junio de 2010 alquiló un espléndido local de 820 metros a solo 400 metros de la Casa Blanca y junto a la sede del Banco Mundial, inaugurado por el presidente de la Comunidad, la alcaldesa de Pamplona, el alcalde de Washington, la mujer del presidente de Colombia, el embajador de España, la Infanta Cristina y su marido el duque de Palma. Eso sí, hasta su cierre en marzo de 2013, y pese a pagar la nómina de una plantilla de seis personas durante esos años, no consiguió la autorización de la FED para operar en EEUU y tuvo que cerrar sus puertas sin llegar a funcionar.


Por otra parte, de las 96 oficinas que se abrieron en la Comunidad Autónoma Vasca, 8 no llegaron a abrir sus puertas. Hubo oficinas que tuvieron más empleados que clientes. La oficina de Bilbao, que costó entre cuatro y seis millones, contó con un costosísimo sistema de cajas de alquiler importado de Alemania (con lectura biométrica de la mano del cliente y transporte automático de la caja a una coqueta salita, sistema que ya había sido colocado en la Oficina Principal de la entidad unos años antes) que, al no operar por falta de funcionamiento, tuvieron que llamar a la sede central para que les dijeran cómo actualizar las claves porque caducaban y desconocían su operatoria.


Se instaló un pequeño comedor en la sede central de la entidad, con azafata atendiendo el servicio de restauración para ejecutivos que quisieran comer al estilo del que tenía el Deutsche Bank en Berlín. Ni qué decir tiene que el experimento fue un fracaso rotundo ya que se sirvieron dos ensaladas y tres postres en los seis meses que duro el invento, teniendo que tirar a la basura todos los alimentos que pasaron por sus máquinas instaladas para el servicio, que no fueron pocos.


Otra de las ocurrencias del aguerrido directivo fue el proyecto del monte Ezkaba, presupuestado en casi 120 millones de euros en 2005 y que finalmente no se llevó a cabo. En el proyecto se incluía un funicular que uniera el monte con la ciudad, un área natural recreativa, un proyecto de edificios acristalados para oficinas de la propia entidad, un centro de ocio, otro de hostelería, 30.000 metros cuadrados de los antiguos espacios aprovechados más 45.000 para las diferentes actividades, que supondrían para sus impulsores «un emblema de la fortaleza emprendedora y cultural» de la Comunidad Autónoma. A la postre el proyecto fue tumbado por falta de liquidez y por la Mancomunidad de los ayuntamientos implicados que se echaron las manos a la cabeza con semejante disparate.


Entre los años 2008 y 2009, a través de una de las empresas de la entidad, adquirió diversos terrenos que habían sido comprados para especular, ante la que parecía, por un lado, la inminente construcción de una estación del Tren de Alta Velocidad y, por otro, un montón de viviendas que ni una ni otras llegaron a materializarse, quedando como lo que eran: terreno agrícola con un valor muy por debajo del precio de compra.


Durante su jefatura remodeló varias veces la “planta noble” en la que tenía sus despachos, adquiriendo para sus estancias y oficinas butacas de 5.000 euros y sillas de 3.300 euros cada una. Prejubiló a 334 empleados, (después de que la fusión con la otra caja de la Comunidad se había desecho de 156 empleados en el año 2000), con el único fin de quitarse de encima a la vieja guardia crítica con su gestión, aduciendo un ahorro anual más que discutible ya que contrató a otros mil nuevos empleados para atender su alocada expansión y cubrir los puestos vacantes.


Con la excusa de captar y fidelizar a empresarios e inversores, obsequió a más de 150 personas (entre los que figuraban distintos directivos de la entidad) con un viaje de lujo a París de un fin de semana, con un vuelo charter fletado para la ocasión, alojándolos en hoteles de cinco estrellas, comidas en excelentes restaurantes, cenas de gala y actividades de agasajo. Una de estas era la visita al castillo de Fontainebleau, cuyo traslado se realizó en varios autobuses y en el que, durante el trayecto se fingió una avería y... ¡oh sorpresa!, los 150 invitados fueron embarcados en una veintena de helicópteros hasta el señorial palacio. Otra de las actividades que se propusieron a los invitados fue acudir una de las noches, a elegir, entre visitar de forma privada el Petit Palais, un prestigioso museo que en ese momento exponía una colección privada de altísimo nivel, o un típico vodevil parisino. A ver las pinturas acudieron tres personas.


En otro de los “viajes comerciales”, en los que la mitad eran ejecutivos de la entidad con sus esposas y el resto presidentes de distintas empresas y cargos públicos, visitaron Londres, con paseos en lancha por el Támesis, asistencia a un musical, visita al Museo de Ciencia, al Acuario, la Noria del Milenio, visita a la Bolsa y alguna miniconferencia donde echar una cabezadita tras las opíparas comidas con las que se nutrieron. En Berlín tres cuartos de lo mismo. De cueros ajenos largas correas, que dice el refrán.


Ni qué decir tiene que entre 2005 y 2011 (únicos años en que existen datos) se concedieron más de 8 millones en créditos, por debajo de los precios de referencia, a consejeros, miembros de la Comisión de Control, a familiares de primer grado y a sus empresas. También altos cargos de la entidad y sus allegados (y de la entidad resultante de su fusión con otras dos cajitas con las que se conformó lo que eufemísticamente se llamó Banca Cívica), se beneficiaron de estos préstamos blandos, algunos de ellos de dudosa legalidad. Y si esta generosidad se tenía con su equipo, la remuneración del timonel no estaba exenta de fabulosos estipendios: más de 10 millones en sueldo bruto y más 2 millones en un fondo de pensiones. Entre 2010 y 2011, justo cuando la entidad obtenía los peores resultados de su historia, el iluminado ejecutivo ingresó nada más y nada menos que 4 millones de euros.


Se podrían seguir poniendo ejemplos de la megalomanía, incompetencia y acumulación de chanchullos durante la vida laboral de este personaje entre los años 2002 y 2012, año en que la entidad que presidía fue absorbida por Caixabank. Para resumir su final baste decir que, tras una ruinosa salida a Bolsa, la entidad paso de valer 1.300 millones de euros a apenas 200. Las ruinosas inversiones en las distintas empresas de sus allegados, el maquillaje contable y los despilfarros durante los diez años de su gestión, dieron al traste con la Caja fundada por la Diputación Provincial en 1921 para apoyar a los pequeños ahorradores y que había sido el orgullo de la Comunidad.


La gestión del avispado gestor, que cogió una Caja de Ahorros con una cuota de mercado que rondó el 50% en la Comunidad, (la mitad de los ahorros de sus habitantes y la mitad de los créditos concedidos, con una solvencia de más del 75% en sus balances), y la dejó en bancarrota, no puede ser tachada más que de desastrosa, por mucho que se intente echar la culpa al mercado, a la situación financiera del país o al proceloso devenir de la economía. Eso sí, bien aderezado con “sinergias”, “perspectiva holística”, “actitud proactiva”, “soluciones imaginativas” para venderle al cliente no lo que necesitaba, sino lo que sus directivos querían venderle, lectura obligada de ¿Quién se ha comido mi queso?, disponibilidad las 24 horas 7 días a la semana y, como no, Tiempo de crisis, tiempo de oportunidades.


¿Y qué pasó con este individuo? Pues que con la desaparición de la caja que «no la iba a reconocer ni la madre que la parió», (como dijo al coger la dirección de la misma), se le recompensó con la dirección de Criteria, las empresas participadas de la nueva entidad y, con el tiempo, ser nombrado director de la Fundación Telefónica, demostrando fehacientemente el Principio de Peter, la Ley de Parkinson, el Principio de Dilbert, el Principio de Hanlon, la Ley de Murphy, la Navaja de Ockhan y avalando las Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana y dejando claro que la diferencia existente entre la estupidez y la maldad es muy difusa, cuando no van de la mano.


¿Y qué dice ahora el fundador y presidente de la Fundación Hermes y actual presidente de Fundación Telefónica?.


Pues habla del agente tabaco, de cuando el tabaco dejó de ser atractivo. «La IA, las redes y la plutocracia digital dejan de ser atractivas. Este “efecto tabaco” está produciendo un despertar. La ciudadanía está despertando». Muy ilusionante su análisis. Yo también he dejado de fumar: ayer tres veces.


Dice que... «el modelo político europeo es un modelo moral, ético y cultural antes que político y que no es posible hacerlo sin una tecnología propia». ¿Modelo moral, ético y cultural?. Será por la ultraderecha que crece de forma escandalosa o lo pusilánime que se muestra ante el genocidio de Gaza...


También dice que... «Europa tiene un problema: es un éxito de tal calibre que no se ha reinventado». No sé si se refiere a la sumisión a EEUU o a lo poco que pinta en el panorama mundial.


Apuesta por una IA... «de modelo europeo, cuyo código fuente y cadena algorítmica sea responsable, revocable, trazable y transparente». «No la veo como una amenaza. Tiene que ser civilizada». Muchos expertos alertan de los peligros de la IA pero él, con su fino olfato, solo ve bondades.


Dice que...«Cuatro de cada diez unicornios en Estados Unidos han tenido origen europeo»... y que … «El talento se va porque todavía no tenemos un mercado de capitales estructurado». No sé si se acordará de cuando él estuvo “en el mercado de capitales ” y precisamente dejó un “mercado sin capitales”. Se lo gastó todo, no dejó ni un céntimo.


E insiste... «Mi concepto de IA europea es una IA que nos sirva datos que mejoren nuestras decisiones». Seguro que la IA ética (¿O habría que decir Cívica?) puede competir con lo que están haciendo los americanos o los chinos. Como decía Montaigne, «Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis».


También dice que tendría que haber un sistema … «de certificación algorítmica, que ponga un sello de usabilidad diciendo que una IA te va a servir y no te va a comer, no se va a entrometer, va a ser agéntica con límites. Para eso necesitamos una fórmula: R2T2». Mucha palabra para no decir nada. La IA la controlan las empresas con intereses comerciales incuestionables. ¿Son los gobiernos los que controlan a las multinacionales o son las multinacionales las que están imponiendo sus programas a los gobiernos?.


Y acaba diciendo... «Yo no creo en el debate entre innovación y regulación. A mí, si tengo talento y tengo dinero, la regulación no me estorba». Eso lo dice un individuo que arruinó el buque insignia de la economía navarra y sigue ponderando como si no hubiera pasado nada. Como bien dijo Girolano Cardano, «la estupidez consiste en tener una concepto exagerado de sí mismo» o como decía Erasmo de Rotterdam, «bien se alaba quien no tiene quién lo haga».


Principios tienen algunos pero final tenemos todos, afortunadamente.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas


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