martes, 3 de abril de 2012

OPORTUNIDADES


Mucho se ha hablado de los sueldos astronómicos cobrados por los altos ejecutivos de las empresas, especialmente de las entidades financieras, que muchas veces no corresponden emolumentos tan generosamente auto concedidos con equivalentes plusvalías de las entidades que presiden.

Sin embargo no podemos por menos que romper una lanza en favor de personajes tan exclusivos, selectos y eminentes cuya sabiduría, entrega y dedicación dan valor a su docto consejo y por ende a la empresa que dirigen cual abnegado timonel.

Viene esto a cuento de las declaraciones del copresidente de la extinta Banca Cívica sobre el descenso de un tercio de su valor en la cotización de las acciones de dicho banco al ser absorvido por Caixa Bank a menos de ocho meses de haber salido a Bolsa.

El sagaz directivo, haciendo de la adversidad virtud, no ha tenido remilgos en calificar la operación como una excelente oportunidad de éxito para los accionistas de Banca Cívica "para tener un recorrido al alza de su inversión". Es de suponer que si el precio pagado por la caja absorvente hubiera sido un diez por ciento del dinero desembolsado aún tendrían más recorrido para subir. ¡Hay que ver que agudeza financiera para reconvertir el fracaso en una oportunidad de negocio!

No es de extrañar que con semejante lucidez y perspicacia Caixa Bank se haya apresurado a incluirlo en su consejo de Administración, con el aval añadido de su espléndida carrera, primero en Caja Navarra y luego en Banca Cívica.

Como decía Pirro: otro éxito como éste y estamos perdidos.

Suyo afectadísimo, Juanito Monsergas