El término guerra se escucha
constantemente en los medios de comunicación para referirse a la
respuesta humana a la epidemia. Pero el origen del vocablo, si nos
atenemos al Diccionario de la RAE, hace referencia al término
germano “werra”, querella, desavenencia entre dos potencias,
lucha armada entre dos o más naciones, pugna, disidencia entre dos o
más personas... los símiles militares con los que se está
machacando a la población parecen inadecuados a tenor de la naturaleza
del mal que nos aqueja.
Parece que se quisiera responsabilizar
de la extensión de la pandemia a las pocas excepciones que se saltan
el confinamiento, cuando el problema principal es el salto que ha
experimentado el patógeno de animales salvajes a humanos (y
posterior contagio entre estos) debido a la deforestación y
ocupación de los ecosistemas, el desequilibrio que la actuación
humana provoca en las distintas especies animales, la concentración
y movilidad de las personas, la velocidad de propagación de este
nuevo virus que atraviesa el planeta en pocas semanas, el
desconocimiento del numero de infectados con síntomas y sin ellos,
el desbordamiento de los servicios de atención sanitaria y la
incidencia en la población anciana, tan numerosa en el mundo
desarrollado.
Quizá fuera más sensato, en vez de
acudir a tanto tópico bélico y militar, hablar de curación,
terapia o sanación como términos de un deseado restablecimiento de
la salud. Los vocablos médicos parecen más acertados a la hora de
tratar una enfermedad provocada por un ser tan diferente y virulento.
Este microbio que ataca nuestro sistema respiratorio, no es el
primero que intenta extenderse instalándose como huésped forzoso en
nuestro organismo, pero sí es el que más éxito ha tenido a la hora
de extenderse mutando, desde formas más letales a ésta, en la que
prefiere mantener con vida a muchos más anfitriones para sobrevivir.
No sé si a eso se le puede llamar inteligencia pero sí eficacia.
Mientras tanto nuestros gobernantes
cierran las fronteras apresuradamente y compiten entre ellos por
apropiarse de la vacuna o rivalizan por protegerse sin admitir que
necesitamos unidad de acción, esfuerzo e investigación para curar
esta enfermedad y superar la crisis sanitaria que afecta a toda la
humanidad. Así que, por favor, colaboren, pónganse de acuerdo para
buscar soluciones y dejen de hablar de que todos somos soldados y
héroes. Somos víctimas, enfermos o infectados y gente necesaria,
comprometida y esforzada. Que no se nos olvide que esto es una crisis sanitaria.
Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergaas