De todos es sabido que el pasado 16 de
marzo ocurrió un suceso que conmocionó a la nación y que supuso un
antes y un después en el Reyno de España: la retirada de la
asignación económica que la Casa Real tenía asignada al monarca
Emérito. Su Hijo Felipe VI de Borbón le ha quitado la paga y además
renuncia a su herencia. A su hermana Cristina también le suprimió
la paga con aquello de Noos en 2015. ¡Qué trago!
No habrá sido fácil para Su
Excelencia el Jefe del Estado tomar decisiones tan dolorosas pero “la
Corona debe observar una conducta íntegra, honesta y transparente
como corresponde a su función institucional y a su responsabilidad
social”, y no que le hagan aparecer como segundo beneficiario de la
fundación panameña offshore Lucum, con su padre el Emérito como
primer beneficiario, con cuenta en el banco suizo Mirabaud y de otra
fundación, Zagatka, offshore también, y constituida en
Liechtenstein, compartiendo título de beneficiario de nuevo con su
progenitor y sus dos hermanas y cuenta en el Credit Suisse. Es de
suponer que su nombre real, Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los
Santos de Borbón y de Grecia, no figurará en la apertura de la
cuenta ya que no hay impreso que lo tolere.
Al parecer, el peso de la Corona está
siendo lastrado por los cien millones de dólares que el rey de
Arabia Saudí transfirió graciosamente en agosto de 2008 al entonces
Rey de todos los españoles, el millón novecientos mil dólares
donados por el sultán de Bahrein en prueba de su amistad en 2010 o
el millón novecientos mil euros que en 2004 se ingresó en la cuenta
de Zagatka, como parte de una comisión de 39 millones de libras por
la venta del Banco Zaragozano al Barclays Bank, cuenta en la que
comparte titularidad con Álvaro de Orleans-Borbón, que tantos
viajes privados ha costeado durante once años a su admirado primo
Juan Carlos de Borbón y Borbón y Borbón y etcétera.
Bien es cierto que los compromisos que
el cargo de Soberano conlleva, obligan a la Casa Real a relacionarse
con personalidades cuyos principios morales y sociales quizá no
comparte o con personajes que caminan por la estrecha senda de la
ingeniería financiera y la delgada línea que separa la legalidad de
la delincuencia. No me cabe duda de que profesionales de la talla de
Álvaro Fasana o Dante Canónica, con la amplia experiencia que
tienen en gestionar fondos, fortunas, comisiones y donaciones en
tantos y tantos paraísos fiscales de todo el mundo, sabrán resolver
este malentendido de forma satisfactoria y limpiarán la imagen de
nuestra Monarquía. Tanto dante como tomante pueden presumir de
talento y talonario y tienen tal ego que será difícil que acaben en el talego.
En cuanto a las declaraciones de la
maledicente Corinna denunciando en Londres las presiones que, según
ella, ha recibido por parte del CNI desde que en 2012 el Emérito
sufrió el accidente en el safari de Botswana y que supuso el final
de la relación con Él, que tan grácilmente le había brindado su
sincero amor durante cinco años, no es sino la prueba de la
ingratitud que ha tenido que soportar la Regia Figura. El ingenuo
aristócrata ha tenido que añadir algún cero para terminar con su
prístino idilio. No le bastaba a la teutona con llevarse, entre
otras, la comisión que las amistades del Golfo, esas monarquías con
los que tantos lazos culturales sociales y religiosos nos unen,
habían regalado a Su Majestad por la construcción del AVE a la Meca
a cargo de empresas vinculadas a los Oriol, Villar Mir, Florentino
Pérez, etc, sino que tenía que desprestigiar nuestra institución
más sagrada: la Monarquía; no en vano fue entronizada por la gran
figura de nuestra historia que fue el Caudillo.
Todavía hay quien reprocha a Su Alteza
Juan Carlos I por haber jurado cumplir las Leyes Fundamentales (sólo
las Fundamentales, las que se refieren al origen lícito del dinero o
a pagar impuestos en el país que preside, de ésas no se dijo nada)
y guardar lealtad a los Principios del Movimiento, cuando no ha hecho
otra cosa que apoyar toda su vida el movimiento... el movimiento de
dinero entre Panamá, Mónaco, Liechtenstein, Suiza, Bahamas,... Va a
más el montón de movimientos bancarios que afloran día a día
gracias a la prensa extranjera y a la fiscalía suiza, pero nadie se
debería de extrañar de ello ya que siempre se ha dicho que “el
dinero hay que moverlo”.
No es baladí el estigma que la Corona
española tiene que soportar y el baldón que el Monarca Emérito se
ve precisado a llevar por los procedimientos judiciales en Londres,
Ginebra o Madrid, donde se afirma que cuando quiera se iba a los
países del Golfo, a evadirse y a evadir el IVA Él iba. Y aunque Su
Majestad suma tanto juicio, todos los españoles de bien sabemos que
para Usted lo más importante no ha sido sumar fortunas sino su mar y
su yate Fortuna. Pequeños placeres de ligar el cebo o ligar manceba,
aunque últimamente no parece que esté para tales menesteres.
Nuestros ideales se tambalean ante los
acontecimientos y retos que emborronan el futuro de España y hoy
más que nunca hay que ennoblecer nuestros corazones para limpiar y
dignificar el horizonte patrio. La Monarquía no es que sea
fundamental: es que es funda mental.
Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas