VACACIONES

Los nuevos prestidigitadores han irrumpido con fuerza en el panorama mágico del ilusionismo, Elegantes fulleros muestran la vacuidad de sus cajas fuertes tras haber atesorado ingentes y apabullantes beneficios que hemos podido corroborar año tras año. Con un grácil chasqueo de sus dedos han esfumado miles y miles de millones.

B. Madoff escaquea cincuenta mil millones de dólares, un cubo de billetes de cien trompos tan alto como una casa de cinco pisos. Lehman Brothers birla otros cincuenta mil millones, esta vez de euros...

Los gobiernos se aprestan a reflotar el sistema bancario, aunque nadie se fia de nadie y no se conoce la magnitud del problema. El Estado cede a las entidades financieras cincuenta mil millones para comprar activos, cien mil millones para avales y ahora se aprueba una nueva partida de noventa y nueve mil millones para liquidez y financiación... parece mucho dinero como remedio.

Vista la danza de millones que se trajinan a mi alrededor y, con la encomiástica pretensión de pillar cacho, he tomado la decisión de abandonar el estéril oficio de junta letras imprecatorio y sumergirme en el proceloso mundo del asombro y la fascinación tomando clases de magia.

Ilusionismo, escamoteo, milagrosas desapariciones, traslaciones, manipulación... un horizonte de oportunidades en el que desarrollar las técnicas necesarias para dominar el trile, los fondos dobles y el espejo malabar. ¡Tiembla Guolestrit que me voy a hacer el p... amo!

Suyo afectadísimo: Juanito Monsergas

MALETINES

Acalladas las voces que pedían controlar las prácticas financieras, limitar el sueldo de los grandes ejecutivos y desmantelar los paraísos fiscales, los gobiernos se dedican a inyectar miles de millones a las griposas entidades crediticias. Se trasvasan ingentes cantidades de dinero de las arcas comunes del Estado a los particularísimos balances de cajas y bancos.

En España, el gobierno del Partido Socialista Obsceno Español aprueba una partida de noventa y nueve mil millones de neuros para reflotar un sistema bancario que, repetían hasta la saciedad, gozaba de solvencia y buena salud.

Esta nueva donación se viene a sumar a los cincuenta mil millones para comprar activos (de los que ya se han dispuesto veinte mil) y los cien mil millones en avales (dispuestos veinticinco mil) y es similar a la recapitalización de Alemania y Reino Unido, más del doble que la francesa y cinco veces la italiana, aunque por PIB estemos más cerca de los últimos que de los primeros.

No tengo muy claro el destino de estas montañas de dinero. ¿Será para cubrir la morosidad que los insensatos consumidores vamos a dejar de pagar al gremio de la usura? Si así fuera parece excesivo el cálculo de tres mil euros por cada uno de los treinta y cuatro millones de votantes.

Supongamos que llenamos un maletín de billetes de cien machacantes, como los que aparecen en las películas de mafiosos y que, a la postre, solucionan definitivamente la vida del protagonista. Pues bien, con la partida ahora aprobada, habría para llenar trescientos cuarenta mil maletines de trescientos mil euros cada uno.

Para mí que deberían rifar los maletines entre el censo de electores y al que le toque ¡chispún! Tendríamos una oportunidad entre cien de que nos tocase, muchas más posibilidades que en la Lotería Nacional. Con eso si que podríamos tapar agujeros ¿eh Burlisconi?

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

¿DESINTERÉS O ESCEPTICISMO?

Los resultados de las últimas elecciones europeas han corroborado una escasa participación del 45%, dejando en entredicho la legitimidad de los partidos que compondrán la Cámara Europea.

¿Quiere esto decir que la mayoría de los ciudadanos ha optado por asumir posiciones anti sistema, herederas de las tesis anarquistas del primer tercio del siglo XX, o quizás han dejado clara la desconfianza por un parlamento sin contenido y cada vez más alejado de los problemas que acucian a la gran mayoría de la población?

Las lecturas y valoraciones de la composición del nuevo gobierno podrían interpretarse sobre el electorado potencial y no sobre el porcentaje que ha ejercido el sufragio. Así, el partido más votado, sólo ha conseguido el 16% de apoyo popular e incluso opciones con menos de un 1% de votos han conseguido escaño.

¿Puede considerarse válido un resultado, cuando la mayoría ha dado la espalda a la consulta? ¿Qué quorum es necesario para que los organizadores den por buena la elección?

Este fracaso de participación merece un ERE al Parlamento Europeo que reduzca gastos, remodele estructuras organizativas estériles o incapaces y abarate el sueldo de sus señorías estableciendo el salario variable supeditado a asistencia, productividad y eficacia.

Otra opción sería que se ocupasen sólo los escaños elegidos (esto es, dejar sin ocupar el 55% de ellos), más en sintonía con la voluntad ciudadana y, desde luego, bastante más económica.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

SITUACIONES EMBARAZOSAS

No le faltaba razón a aquel que decía que conducir y tener hijos le dejan a cualquiera. En no pocas ocasiones he echado en falta un manual en mis relaciones paterno filiales. Lo que desde fuera se ve muy sencillo (la educación de nuestros vástagos) resulta, a la postre, una complicada labor.

La ministra de Igualdad dice que si las chicas de 16 años se pueden operar los pechos no tienen por qué pedir permiso a sus padres para abortar. Hay quien afirma que, si una muchacha puede casarse a tan temprana edad, no hay razón para que tenga que comunicar a los ancestros la interrupción de su embarazo.

No entiendo muy bien cómo se precisa mayoría de edad (18 años) para tener autonomía social, mercantil y judicial y sin embargo le dejen hacer todas esas cosas que dicen que pueden hacer. Será que mi obtusa y escasa formación legislativa se basa exclusivamente en el sentido común.

No hace tanto, las mujeres eran perseguidas por practicar el aborto, pudiendo dar con sus huesos en la cárcel, lo mismo que los médicos dedicados a tan delicados menesteres y ahora se pretende que las menores de edad (de cuya integridad los padres son responsables) oculten una intervención quirúrgica que, no olvidemos, entraña su riesgo.

Se me antoja que una moza en tan difícil tesitura ha de necesitar, por fuerza, compañía y apoyo psicológico, no sólo de la familia sino también de los servicios sociales. No parece que sea momento de dejarle sola en tan amargo trance.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

PATRIMONIO INMATERIAL

Que los sanfermines son una de las siete maravillas de la humanidad, paradigma de la quintaesencia, máxima aspiración de la excelencia del mundo mundial ya lo sabíamos, así que no nos sorprende que se hayan declarado candidatos a ser uno de los 10 tesoros del Patrimonio Cultural Inmaterial de España, junto con la virgen del Pilar, la leyenda del lagarto de la Malena o el txistu vasco. Aquí también tenemos txistu e incluso gaita (¡y menuda gaita!), pero tampoco es cuestión de avasallar. Algo habrá que dejar a las provincias...

Lo que no me cuadra demasiado es eso de inmaterial. ¿Son nuestras entrañables fiestas cosa del espíritu evanescente o pertenecen a la pantagruélica dedicación de los groseros excesos carnales? ¿Supera el misticismo del culto al santo afroamericano la ruidosa y populachera vorágine de bacanales etílico-gastronómicas de esos días? ¿Pesa más la devoción y el etéreo sentido lúdico del festejo que las toneladas de basura generadas, los miles de kilolitros de orines desparramados por la ciudad o el pestilente aroma que ambienta la celebración de tan Inmaterial Patrimonio Cultural?

De cualquier manera, dicho reconocimiento no puede sino engrandecer aún más nuestra idiosincrasia diferencial de pueblo señalado con el halo divino de la magnificencia y el reconocimiento más exquisito que llena de orgullo los hogares de cientos de pamplonicas.

Pamplonicas que, cada año que pasa, aprovechan para escapar de la catarsis festiva en busca de un lugar no invadido por alcohólicos desaforados ni cientos de miles de energúmenos incontrolables venidos de los confines más salvajes del planeta, donde se pueda beber civilizadamente unos tragos sin dejarse los ahorros de todo el año y dormir sin bombos, tambores, verbenas, dianas, megafonías, jaranas, fanfarrias, txalapartas y berridos amenizantes de sol a sol.

Podría decirse que los sanfermines han muerto de éxito. No sé como cada 15 de julio no declaran el casco viejo zona catastrófica.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

RESPONSABILIDADES

Leo preocupado y con mala conciencia que los pamploneses gastamos más energía y generamos más basura que hace unos años. Concluye también el Foro Agenda 21 de Pamplona que emitimos más Co2 a la atmósfera, casi 6 toneladas por habitante y año.

Leído el titular, se diría que los pamploneses nos dedicásemos afanosamente a llenar de mierda todo nuestro entorno fabricando detritus a conciencia (no sólo en sanfermines, sino también el resto del año).

Será que compramos cosas inservibles para, automáticamente, convertirlas en porquería; o artilugios que bien podrían beneficiar nuestra existencia pero que, con pertinaz mala idea, convertimos en cachibaches desechables que inundan nuestro plácido hábitat tan esmeradamente cuidado por las fuerzas municipales y mancomunitarias y sus graciosas, abundantes y variadas (amén de ruidosas) máquinas limpiadoras.

¿Y qué puedo hacer yo para producir menos desperdicios? Tras un infructuoso intento de convertir la bañera de mi casa en una improvisada incineradora, me entran serias dudas de conseguir reducir la cantidad de envases, plásticos, envoltorios y bandejas con que los fabricantes se empeñan en remozar sus productos, eso sí, con el sello circular de las dos flechas, en plan ying yang sostenible, informando que ese productor genera una cantidad desmesurada de paquetería, pero como paga para reciclar puede vender una manzana con siete metros de celofán, cien gramos de "florespan", cuarenta y siete etiquetas, un chip antirrobo y un lector electrónico de exquisitez foral autóctono. Todo un consuelo.

Según el informe los ciudadanos somos los responsables de que el medio ambiente se esté convirtiendo en cuarto y mitad. Nuestros administradores nos encarrilan a un estilo de vida, nos obligan a comprar la basura, nos cobran por quitárnosla de encima y además nos culpabilizan por ello. Un buen ejercicio de responsabilidad bien asumida, sí señor.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas