jueves, 9 de marzo de 2023

VOX POTPOURRI

 

Que las personas somos contradictorias no es ningún secreto, pero lo de la “derechita valiente” escindida del Partido de Don José raya el esperpento. Que se les oiga, aunque cada titular que protagonizan supere el despropósito del anterior, parece ser su seña de identidad.



La batalla emprendida contra la implantación de los proyectos de educación afectivo-sexual en escuelas e institutos por los herederos del nacional-catolicismo es un buen ejemplo. Por lo visto prefieren que la chavalería, con la natural e incipiente curiosidad sexual propia de la edad, se inicien en el proceloso, asequible y sórdido mundo de la pornografía en internet, antes que asistir a las pautas educativas de profesores y psicólogos sobre valores para la convivencia, respeto a la autoestima y aceptación personal. Formación que nada tiene que ver con las falaces barbaridades que esgrimen como justificación para pedir el PIN parental, fruto de sus mentes calenturientas y machistas, afirmando que en esas charlas se promueve la parafilia, la zoofilia, la pederastia y no se sabe qué perversiones más.



Curiosamente siempre se han declarado contrarios a investigar los abusos a menores en el mayor caladero de pedófilos que han sido los colegios religiosos, tergiversan la violencia de género que edulcoran como “doméstica” y aceptan en sus filas a personajes que presumen en sus libros de haber tenido relaciones con niñas de trece años.



Aunque para disparate las declaraciones del vicepresidente de Castilla la Mancha, (incomprensible cargo para un enemigo de las autonomías) que llegó a decir que “la finalidad del sexo es la procreación y no satisfacer el deseo sexual”. ¿Quiere decir esto que tenemos que aparearnos como animales? ¿Qué será lo siguiente, reivindicar el celo?



O la de aquel diputado que afirmó que “una sola mujer de Vox es más hombre que toda la mesa del Congreso y tiene más hombría y más valentía que todos los diputados zurdos”. De los diestros no dijo nada pero yo me lo haría ver por un profesional, no vaya a ser que el bocachancla, en su fuero interno y quién sabe si en la intimidad, sienta fascinación por los Village People.



¿Y qué decir de su oposición a la interrupción del embarazo y la eutanasia?. Defienden la vida de los "no nacidos" desde su gestación, intentando derogar la ley del aborto y prohibir el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, a la vez que denuncian “la cultura de la muerte” para impedir la posibilidad de poder escoger una muerte digna. Parece un chiste viniendo de quienes ensalzan al nacional-socialismo de la “solución final” y reivindican la figura (diezmada) del que gritó en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, en la Fiesta de la Raza de 1936, aquello de “¡Mueran los intelectuales!” y “¡Viva la muerte!”.



Pero si hay algo que ha clarificado la postura de los salvadores patrios que luchan contra el desmembramiento de la nación han sido las declaraciones de militares (la XIX del Aire), la mayoría retirados, asegurando que la solución a los problemas de nuestro país sería “empezar a fusilar a 26 millones de hijos de puta”. Una buena forma de buscar la unidad de España, aunque me temo que necesitarían dar entrada a 26 millones de emigrantes, con lo poco que les gustan, que reemplazasen la mano de obra vacante para poder seguir pagándoles las pensiones y sueldos a estos aguerridos soldados.


Y ya para terminar las declaraciones de un diputado de VOX y presidente durante 8 años de su partido en Valencia asegurando que la violencia de género y la violencia machista no existe, cuando, sólo en lo que llevamos de año, hay 27 feminicidios oficiales y otros tantos investigados no oficiales, familiares, por violencia comunitaria, prostitución, etc. Está científicamente demostrado que los asesinos de estas mujeres eran personas trans que se habían cambiado de sexo, hombres que ignoraban la condición de sus víctimas o marcianos venidos de otro planeta. Es mentira pero, si lo repetimos lo suficiente, seguro que hay alguien que se lo cree.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas.