sábado, 25 de junio de 2022

LA GARITA (HAZTELOVER.ORG)

 

Al calor de la cruzada de los grupos ultra conservadores estadounidenses y europeos (incluida Rusia) de la campaña contra el aborto disfrazada de una contradictoria defensa de la vida, la ultraderecha española convoca para este domingo una manifestación “en defensa de la vida y la verdad”.


La sentencia del Supremo de EEUU deroga el derecho al aborto y pone en peligro los derechos de los homosexuales e incluso de los anticonceptivos, negando la posibilidad de interrupción del embarazo en casos de violación o de serio peligro para la salud de las embarazadas. El supuesto “derecho a la libertad ordenada” que argumenta el Tribunal norteamericano, revoca la histórica decisión Roe v. Wade (1973) y Casey v. Planned Parenthood (1992) gracias a los tres jueces nombrados por Donald Trump.


Resulta curiosa la adscripción de los ultra conservadores a la defensa de la vida cuando se declaran firmes defensores de la pena de muerte y contrarios a la educación sexual en las escuelas, cuando sobran evidencias de que, cada vez más chavales y chavalas reciben sus primeras informaciones sobre sexualidad a través de la pornografía que rebosa por internet. Multitud de psiquiatras y psicólogos infantiles alertan del fácil acceso de nuestros jóvenes al sexo simulado con toda la carga que lleva de falsedad, misoginia, abuso y violencia contra la mujer la mayor parte de las veces, y los peligros que entraña en su formación y desarrollo.


También es sintomática la visión de estos grupos, entre los que destaca la jerarquía religiosa, incidiendo en el carácter sexualizado de las relaciones e ignorando la importancia de la afectividad en los vínculos amorosos y sentimentales entre las personas: para ellos lo trascendental y punible es el hecho de que dos individuos del mismo sexo forniquen (según su florido lenguaje) independientemente del afecto que puedan desarrollar; precisamente ellos que se niegan a sí mismos ese aspecto humano tan natural como necesario y en el que no dejan de ver el “nefasto pecado” que inunda sus tonsurados cerebros, cuando no caen en la pederastia y el abuso infantil.


Asimismo es patente la deriva autoritaria de estos grupos que, valiéndose de los principios democráticos con los que las sociedades modernas nos hemos dotado para organizar nuestras vidas y que ellos detestan y combaten allí donde consiguen ser mayoritarios, defienden a los no nacidos y ejecutan sin pudor a los vivos que les molestan o les llevan la contraria, fabricando ideologías que, armándose de un arsenal al alcance de cualquiera, son capaces de llevarse por delante a las personas que tienen alguna característica diferente (el color de piel, el lugar de nacimiento o incluso una idea que discrepa de la suya) o incluso un grupo de chavales de excursión en una isla noruega o una escuela infantil en Texas.


Pues en este último caso parece ser que, independientemente de las responsabilidades de la policía, que tanto celo demuestra con ciudadanos a los que acribilla en pocos segundos sin ningún miramiento, en este caso tardó más de una hora en intervenir.


La solución para conjurar hecho tan escabroso no parece ser el control de los mortíferos juguetes que inundan los hogares de la primera potencia mundial, ni incidir en educar para la convivencia sino seguir repartiendo armas a la población y demoler el colegio. Vamos, como cuando un soldado de guardia se suicidaba, como ya no podían castigar al “chorta” que se había quitado de en medio, el estamento militar no tenía mejor idea que arrestar a la garita.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas