lunes, 28 de septiembre de 2020

VIRUS Y COSTUMBRES

 

"¡Eso es lo más grande que hay!" ¿Quién no ha escuchado a su alrededor esta frase referida a cualquiera de las cosas o situaciones que nos hacen la vida más llevadera? ¿Y quién no la ha dicho para ensalzar el almuerzo, las celebraciones con amigos y familiares, el triunfo de su equipo de fútbol o las fiestas de su pueblo?

Así pues, en estos tiempos en los que un virus se extiende por nuestras mucosas invadiendo invisible y sutilmente el aire que nos rodea, muchos de nosotros nos declaramos incapaces de renunciar a nuestros "momenticos" y otros, por su naturaleza juvenil o su inconsciencia, asumen el riesgo de contagiarse, convencidos de que la voluntad podrá con el infortunio y que a ellos no les va a pasar...

Acostumbrados a satisfacer nuestras apetencias con inmediatez y sin demasiado esfuerzo, a veces nos mostramos incapaces de imponernos la más mínima disciplina en nuestros hábitos. ¿Cómo desistir de reuniones con amistades y familia? ¿Cómo prescindir de salir de copas el finde? ¿Cómo no vamos a ir este año de vacaciones? ¿Acaso la inercia no nos arrima unos a otros y respirar con mascarilla no es tan cómodo como hacerlo sin ella?

Incluso los hay que confían en su calidad genital o condición patria para vencer al virus, incapaces de comprender la lógica del patógeno ajeno a tan espurios argumentos. Nos cuesta cambiar nuestras asimiladas costumbres en las que nos sentimos seguros y confortables, sin querer entender que es la adaptabilidad a las circunstancias que nos rodean la llave de nuestra supervivencia y de los de nuestro entorno.

La renuncia a esos pequeños caprichos que impiden el contagio es el insignificante precio que tenemos que pagar para frenar la pandemia, valorar a los profesionales que nos ayudan aun a riesgo de sus vidas y cuidar de nuestros mayores, devolviéndoles el esfuerzo que hicieron en cuidarnos y agradecerles el mundo que nos dejaron, no perfecto pero sí mucho mejor del que se encontraron. Así que ponte la mascarilla correctamente y mantén la distancia.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas


domingo, 27 de septiembre de 2020

BARULLO


Ruido de togas; el presidente del Consejo General del Poder Judicial deja patente su indignación porque el gobierno de la nación no ha invitado al rey a presidir el acto de entrega de despachos a los nuevos jueces en Barcelona. El C.G.P.J. está en funciones desde hace más de dos años y su mayoría conservadora bloquea la renovación para seguir controlando los nombramientos de los jueces.

El monarca, para facilitar las cosas y haciendo alarde de estar a la altura de las circunstancias, le llama para decirle que le hubiera gustado estar, obviando al Gobierno, como buen representante de una monarquía parlamentaria... que nunca ha sido. De casta le viene al galgo o como decía su bisabuelo antes del desastre de Annual: "olé los hombres con cojones".

Mientras tanto la covid-19 sigue rebrotando de forma alarmante por distintas partes del territorio y especialmente en Madrid, donde la inacción y la mala gestión agravan el problema y colocan a su población, hospitales y profesionales sanitarios al borde del colapso.

Su presidenta, ajena al ridículo de sus ocurrencias y esperpentos que traspasan nuestras fronteras y constituyen un referente mundial de estupidez y desatino, resiste impertérrita cual "pim pam pum" de feria, puesto ahí para despistar la atención sobre los que operan en la sombra. ¿No tendrá la derecha alguien más impresentable para presidir la comunidad capitalina?

Lejos de aprender de nuestros vecinos portugueses, la derecha de este país sacude el olivar con ánimo de recoger los frutos que las elecciones les han negado. A base de crispar a la población, distorsionar los problemas, mentir y apoyar la estrategia de golpistas y neonazis, pretenden asaltar el puente de mando sin percatarse de que torpedeando el barco todos nos iremos a pique, ellos incluidos. Cuesta pensar que, en momentos tan delicados y peligrosos, puedan llevar esa estrategia, aunque es bien sabido que la necedad es autodestructiva.

Harían bien estos patriotas de dividendo y banderita en aparcar su asalto al Gobierno, colaborar con las recomendaciones de los expertos de Sanidad y Salud Pública, tranquilizarse y meditar. Menos ruido y más seso... o más sexo, que igual es lo que necesitan. Menos follones y más follar.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas.


martes, 22 de septiembre de 2020

CONJURAS Y MANIPULACIONES


Pareciera que el sentido común es una de las facultades mejor repartidas, a tenor de lo satisfechos que estamos todos, de la parte que nos ha tocado. Una recién estrenada plataforma, Osasuna eta eskubideak, convoca marchas en las cuatro capitales vascas para el próximo sábado 26, contra la “versión oficial del covid-19”.  No parece ser, a pesar de su nombre, un movimiento de apoyo a los derechos de las personas que trabajan en la sanidad, ni a los científicos que se afanan en encontrar una vacuna que nos prevenga, ni al conjunto de profesionales que intentan parar la pandemia. Su objetivo parece que es la lucha contra el desarrollo de la red de telefonía 5G que se quiere implantar y denunciar el uso que se está haciendo de la pandemia para llevar a cabo una “gran manipulación, consistente en quebrar los Estados, robotizar la producción y controlar a la población”. Afirman que “no se puede hablar de pandemia porque no han muerto un millón”, todavía.

Los detractores de la telefonía llevan años advirtiendo sobre los efectos dañinos de las ondas RF (radiofrecuencia) desmentidos una y otra vez por la comunidad científica y por la evidencia de que, si hubiera algo de cierto en ello, todos los que usamos los móviles a diario (y microondas, y televisiones, y radios…) estaríamos abarrotando los hospitales con cánceres y úlceras producidas por las dañinas emisiones. O igual es que el coronavirus en realidad lo producen los teléfonos…

De todas formas, resulta paradójica la llamada de esta organización para intentar parar el desarrollo de las redes de quinta generación (5G) “hasta que se demuestre que no son inocuas” ya que lo que habría que demostrar es que son perjudiciales, no que no son inocuas. ¿Cómo demostrar algo que no es? ¿Tengo que demostrar mi inocencia o se tiene que demostrar mi culpabilidad? Parece ser que el redactor del manifiesto se ha liado un poco con las negaciones, ¿hay que parar el 5G hasta que se vea que es perjudicial (no inocuo)? ¿Y si nunca se demuestra?

No puedo estar más en desacuerdo con esta convocatoria, toda vez que se alimenta una teoría conspirativa sobre una enfermedad real y novedosa que se está llevando a muchos de nuestros mayores (y no tanto), que está golpeando las capas más desprotegidas de nuestra sociedad y que está agobiando a los profesionales de la medicina y la sanidad de todo el planeta hasta extremos extenuantes y sobrecogedores.

Aunque no fuera más que por respeto a su labor y esfuerzo, se debería de medir los mensajes a la opinión pública y, no estaría de más, reflexionar con quién nos estamos alineando a la hora de valorar la situación: si con las tesis de los terapeutas, médicos y enfermeras que cuidan a diario nuestra salud o con los partidos de extrema derecha que no dudan en alimentar mentiras y miedos para sacar rédito político.

 Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas