domingo, 27 de septiembre de 2020

BARULLO


Ruido de togas; el presidente del Consejo General del Poder Judicial deja patente su indignación porque el gobierno de la nación no ha invitado al rey a presidir el acto de entrega de despachos a los nuevos jueces en Barcelona. El C.G.P.J. está en funciones desde hace más de dos años y su mayoría conservadora bloquea la renovación para seguir controlando los nombramientos de los jueces.

El monarca, para facilitar las cosas y haciendo alarde de estar a la altura de las circunstancias, le llama para decirle que le hubiera gustado estar, obviando al Gobierno, como buen representante de una monarquía parlamentaria... que nunca ha sido. De casta le viene al galgo o como decía su bisabuelo antes del desastre de Annual: "olé los hombres con cojones".

Mientras tanto la covid-19 sigue rebrotando de forma alarmante por distintas partes del territorio y especialmente en Madrid, donde la inacción y la mala gestión agravan el problema y colocan a su población, hospitales y profesionales sanitarios al borde del colapso.

Su presidenta, ajena al ridículo de sus ocurrencias y esperpentos que traspasan nuestras fronteras y constituyen un referente mundial de estupidez y desatino, resiste impertérrita cual "pim pam pum" de feria, puesto ahí para despistar la atención sobre los que operan en la sombra. ¿No tendrá la derecha alguien más impresentable para presidir la comunidad capitalina?

Lejos de aprender de nuestros vecinos portugueses, la derecha de este país sacude el olivar con ánimo de recoger los frutos que las elecciones les han negado. A base de crispar a la población, distorsionar los problemas, mentir y apoyar la estrategia de golpistas y neonazis, pretenden asaltar el puente de mando sin percatarse de que torpedeando el barco todos nos iremos a pique, ellos incluidos. Cuesta pensar que, en momentos tan delicados y peligrosos, puedan llevar esa estrategia, aunque es bien sabido que la necedad es autodestructiva.

Harían bien estos patriotas de dividendo y banderita en aparcar su asalto al Gobierno, colaborar con las recomendaciones de los expertos de Sanidad y Salud Pública, tranquilizarse y meditar. Menos ruido y más seso... o más sexo, que igual es lo que necesitan. Menos follones y más follar.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas.


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