domingo, 11 de agosto de 2024

DEJARSE VER

 

39.699 muertos y 91.722 heridos lleva contabilizados hasta el pasado 8 de agosto el Ministerio de Sanidad de Gaza, a los que habría que sumar 10.00 desaparecidos y 1.200.000 desplazados de una población aproximada de 2.000.000 de habitantes. El último ataque israelí contra una escuela que servía de refugio a los desplazados por la guerra en la ciudad de Gaza al norte del país, ha dejado más de 100 muertos. El Gobierno de Israel asegura haber realizado una “operación con precisión” en su “lucha contra los terroristas y comandantes de Hamás”, declaración que se repite cada vez que bombardea enclaves con población civil, hospitales, mezquitas, mercados, escuelas, campamentos de refugiados...


Es difícil imaginar que uno de los ejércitos mejor preparados del mundo, ayudado y abastecido por la mayor potencia mundial que otorga total libertad a sus desmanes en el genocidio del pueblo palestino, no tenga mejor manera de conseguir sus objetivos que arrasando el territorio y llevándose por delante todo lo que pilla a su paso. Según su interpretación del conflicto, habría que pensar que las brigadas de Hamás estarían repletas de niños, ancianos, mujeres y desplazados que las convertirían en las más mortíferas del planeta, o bien que para abatir a un terrorista hiciera falta sacrificar un centenar o dos de inocentes.


Muy al contrario, muchos diplomáticos internacionales instan al primer ministro Netanyahu para que detenga la masacre y busque una solución dialogada a un conflicto que tan bien le viene para solucionar los problemas de su gobierno y sus asuntos judiciales pendientes. Además una parte sustancial de la población israelí avala un acuerdo que ponga fin a la escalada militar y solucione el problema de los secuestrados, pese a lo cual los bombardeos se repiten.


Mientras tanto, los aterrorizados habitantes de la Franja de Gaza, continúan día a día viviendo el horror de las bombas, hospitales colapsados, sin agua potable ni electricidad, hambruna, falta de alimentos, de medicamentos, epidemias... no sé cómo se puede aguantar tanto dolor, ni qué objetivo puede sobrevivir a semejante matanza, ni qué futuro le puede deparar a un pueblo que, habiendo sufrido el exterminio nazi, ejemplifica en ese ejército su solución final.


Inmerso en esta desazón emerge un anuncio cibernético en la página del periódico digital: PAS, Personas Altamente Sensibles.¿Sabías que las personas altamente sensibles tienen un sistema neurosensorial más receptivo que la mayoría de la población? Entra en detalle y descubre si eres una persona con alta sensibilidad” . No sé cuántos PAS habrá entre la gente que tiene la mala suerte de vivir en Palestina, pero creo que esta escabechina no hay dios que la soporte. Y hablando de dios, sería una buena ocasión para dejarse ver.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas.


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