sábado, 22 de noviembre de 2014

DEUDAS


Parece que fue ayer cuando el presidente de la Asociación Española de Banca Don Miguel Martín dijera, refiriéndose a los beneficios bancarios del año 2007, aquello de que “las cuentas son excelentes pese al contexto de turbulencias financieras y de crisis”, que “la crisis de liquidez y crédito que recorre los mercados es extraña y ajena al modelo bancario español” y que podía “mirar al futuro con tranquilidad gracias al margen de explotación”. Ya podía estar contento. Cajas y Bancos habían conseguido ganar 30.077 millones de euros, un 28% más que el año anterior.

Al año siguiente los beneficios fueron  de 23.432 millones y en el 2009 bajaron hasta los 19.000 millones. A partir de entonces el Estado se ha dedicado (año 2010) a dar créditos y avales para reestructurar la banca española, (año 2011) hacer inyecciones directas de capital para evitar la quiebra de algunas entidades y (año 2012) intentar tapar los múltiples agujeros que presentaban las cuentas bancarias con el dinero venido del Banco Central Europeo.

Sin embargo, a la hora de contabilizar el dinero que las arcas públicas han dado al conjunto de entidades bancarias españolas las cosas no parecen estar demasiado claras. Si para el Banco de España el dinero desembolsado desde el año 2009 ha sido de 61.366 millones de euros, para la AEB la cifra baja hasta los 53.555 millones y para Bruselas la estimación de dichas ayudas superan los 100.000 millones.

A pesar de las “tranquilizadoras” palabras de Elena Salgado (”la reestructuración bancaria la pagará el sector, no los contribuyentes”) y de Luis de Guindos (”los contribuyentes no pondrán ni un euro en la reestructuración”) lo que se da por perdido, que no se va a recuperar, asciende ya a 37.000 millones y el resto son garantías que el Estado deberá hacer frente si las entidades no atienden sus obligaciones de pago. El Banco Central Europeo entiende que, muchas ayudas y avales comprometidos por los gobiernos de PSOE y PP para los próximos años, no se van a poder devolver y además los balances hechos por bancos y cajas de ahorro han contabilizado créditos e inmuebles hinchando los precios y de ahí la cifra de 100.000 millones que, a pesar de todo, es estimativa y dependerá del escenario futuro.

Al contrario que en España, los rescates que han ejercido otros países han sido de coste cero (se han devuelto las ayudas) o incluso han generado beneficios (caso de EEUU). Lo que mi obtusa mente no puede comprender es por qué el Estado, tan generoso en tapar los agujeros provocados por la avaricia y la mala praxis bancaria, no rentabiliza su magnificencia y, en compensación, se hace cargo de los inmuebles que están en manos de las entidades crediticias (y que tan solo les generan deudas) constituyendo y gestionando un banco de vivienda que aligere la carga y morosidad de los bancos, dé alquileres sociales para paliar el problema de vivienda de tantos ciudadanos y recupere el dinero invertido aunque sea tarde.

De todas formas no sé de qué me preocupo. A fin de cuentas, o paga el Estado o pagan los bancos. O pagamos entre todos o pagamos entre casi todos, que los ricos no pagan comisiones.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

No hay comentarios:

Publicar un comentario