jueves, 13 de septiembre de 2018

¡SALUD!



No puedo sino felicitar a los abnegados agentes municipales que decomisaron el pasado martes once de septiembre dos plantas de “esa hierba que nos vuelve como adolescentes”, llamada cannabis sátiva, en sendos balcones de Pamplona, en aras de preservar la salud de sus dueños y la iniciación del consiguiente expediente sancionador. La preocupación del insigne cuerpo policial por nuestras adicciones y drogodependencias es encomiable.

Supongo que las prioridades en su cotidiano quehacer las marcarán sus superiores, aunque probablemente no estará exenta la iniciativa del agente de turno que, ojo avizor con los desmanes que se producen en nuestra ciudad, nos libra de semejante riesgo para la salud del que la cultiva e incluso del resto de la ciudadanía que pudiéramos aspirar tan maléficos vahos. ¡Qué tranquilos nos dejan este tipo de actuaciones!

Porque estoy seguro que no hay en la ciudad delitos de mayor enjundia ni molestias más considerables para la sociedad que la persecución de huertos tan perniciosos e insalubres. Nada que ver con los ríos de orines y toneladas de basura que se generan semanalmente en nuestras calles del Casco Viejo, la contaminación acústica de las noches jaraneras, la invasión de la vía pública por parte de los clientes de algunos establecimientos de la ciudad o las entrañables despedidas de solteros y solteras que dan color y alegría con sus ocurrentes y edificantes cuchufletas y donde, la actuación de Cuerpo tan insigne, brilla por su ausencia.

Dicen que el peor enemigo de la persona es uno mismo y no puedo por menos que corroborar tan sensata afirmación, que considera al ser humano inmaduro, irresponsable y digno de tutela, al terminar estas torpes líneas pidiendo el reconocimiento y la más alta condecoración para el agente o agentes que han protegido, aún a pesar suyo, a estos insensatos horticultores, con intervención tan provechosa, profiláctica e indispensable para el buen funcionamiento de nuestra sociedad. ¡Salud!... quieras o no.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

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