Gracias a la prensa extranjera nos
hemos enterado de que el ex-jefe del Estado español es beneficiario
de una cuenta a nombre de la fundación offshore Lucum donde
se abonaron una serie de comisiones ilegales por parte del rey de
Arabia Saudí, parte de las cuales habrían acabado en el bolsillo de
una conocida barragana del monarca y que el actual rey de España
figuraría también como segundo beneficiario en la misma cuenta, por
lo que están siendo investigados por la fiscalía suiza y la
Fiscalía Anticorrupción española. También aparece en otra cuenta
de la fundación Zagatka con su primo Alvaro de Orleans Borbón.
El actual monarca, incapaz de obviar
las revelaciones comprometedoras, intenta un lavado de cara
anunciando, en estos momentos turbulentos, que renuncia a la herencia
de su padre y le retira la asignación que le otorgaba anualmente.
Renuncia a una presunta herencia que todavía no existe, por lo que
no puede rehusarla, pero no renuncia al trono que su padre, perjuro
declarado, le legó de manos del dictador. Tampoco renuncia a la
opacidad con la que se ha manejado la Casa Real desde que accedió al
trono, ni a someter a consulta ciudadana la forma de gobierno.
Democracia parcial y tutelada.
Los escándalos en los que se ve
envuelta la institución monárquica continúan y los miembros de
esta casta privilegiada, avariciosa y voraz se enredan una y otra vez
en delitos de cohecho, fraude, tráfico de influencias, blanqueo de
capitales, ocultamiento de delitos, corrupción... mientras gran
parte de la prensa y la clase política pasa de puntillas para no
incomodar y ensalza al regente que, un año después de que se haya
constatado que conocía los tejemanejes de su padre, airea una
justificación tan grandilocuente como inútil.
“Me llena de orgullo y satisfacción,
en estos momentos difíciles, vuestra respuesta fraternal y
encomiástica ante el infortunio que se ceba sobre nuestro reino. La
epidemia, que socava nuestras esencias más inveteradas, no conoce de
castas y estamentos cebándose en todos y cada uno de nosotros por
igual. Es por ello, y siguiendo una actitud que nos distingue y
singulariza desde el origen de los tiempos, que la reina y yo, así
como nuestros vástagos y sus familias, nos vemos en la obligación
de preservar nuestros privilegios más allá de lo razonable y, lejos
de conformarnos con unas prebendas que nos aportan un estatus
inmerecido y más que holgado, hemos procedido a servirnos de nuestra
privilegiada situación para enriquecernos más allá de lo
razonable, dilapidar el erario público en caprichos inconfesables y
despreciar vuestros esfuerzos en aras de mantener unas regalías
inmerecidas, incoherentes e inmorales.”
Mientras tanto, millones de personas
que trabajan en la sanidad, el abastecimiento, el transporte, la
industria, la construcción, la administración... se juegan la vida
por atendernos y ayudarnos a sobrevivir por menos de una cienmilésima
parte del último chanchullo (conocido) del emérito sátrapa. ¡Qué
cosas tiene esta democracia!.
Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas
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