domingo, 19 de noviembre de 2023

LIBERTAD CON UN PAR

 

Cuando las palabras se repiten en exceso pierden el sentido y se convierten en extraños sonidos carentes de significado; no hay nada como repetir un vocablo cien veces para comprobarlo: el jamón se vuelve monja. Y me parece que eso es lo que le está pasando a la palabra ”libertad” que todo el mundo la invoca pero no puede significar lo mismo para todos y cada uno de nosotros, a tenor de las abismales diferencias ideológicas de unos y otros.


Hasta hace no mucho tiempo ha sido patrimonio de la izquierda, heredada de las grandes luchas de la revolución industrial por quitarse de encima un estatus tiránico de semiesclavitud. Asociada a la justicia, a la solidaridad, a los derechos humanos, ha abanderado esfuerzos por conseguir una vida digna para la gran mayoría y, por lo menos aquí en Europa, se ha logrado una época de bienestar económico y social que sin embargo se va deteriorando por momentos.


Incluso en el siglo de las utopías comunitaristas, la palabra ”libertario" hacía referencia a conceptos ácratas y tesis anarquistas, no como hoy en día en que los postulados del partido libertario y de los ultraliberales abogan por un mercado puro y duro, sin la menor injerencia del Estado en su papel de protector social: aquí cada uno se paga lo suyo, vienen a decir. “El dinero está mejor en mi bolsillo que en el de Hacienda”, se les oye argumentar a aquéllos cuyos “valores” no tienen mucho que ver con escalas morales o éticas sino con los del IBEX 35 y la posibilidad de elegir un buen paraíso fiscal para poder seguir haciendo trampas en este póker fullero mundial en que se ha convertido la economía. Incluso algún funanbulista ideológico se tacha a sí mismo de "anarco-capitalista", como si el dinero no estuviera implícito en la autoridad y el poder.


Libertad para enriquecerse de cualquier manera, para ensuciar y esquilmar sin ley que valga el hábitat que compartimos: primero la economía y después la ecología y el que venga detrás que arree. Libertad para que mis privilegios no se reduzcan ni un ápice, para que no puedas cruzar la valla que separa la desesperación de la tolerancia. Libertad para seguir controlando la moral de las personas y les digamos a quien pueden querer y con quien tienen que vivir. Libertad para que los demás no puedan abortar o elegir una muerte digna. Libertad para que mi fiesta pueda empañar tu descanso, para que mis deseos se impongan a los tuyos, para poder considerarte inferior y abusar de ti. Libertad para tener privilegios heredados. Libertad para que todas las personas de este país seamos españoles y sólo españoles y nada más que españoles o por lo menos lo que yo entiendo por ser español y hablemos únicamente español... Escoja su libertad... es coja su libertad.


Libertad sin dignidad, sin equidad, sin solidaridad, sin posibilidad de elección, sin respeto al disidente, sin humanidad, sin justicia... o como dice la Fundación Francisco Franco: hay que luchar por la libertad de los españoles a expresar lo que quieran. Pues eso: una libertad con dos cojones y en el culo te planto un maíz. 


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas.


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