lunes, 8 de diciembre de 2008

MUDANZAS


Con una insistencia digna de mejores causas, la prensa nos agasaja día sí y día también con la ruptura de la derecha navarra: la feliz convivencia entre conservadores regionalistas y nacionales parece haber llegado a su fin tras años de cohabitación.

Apenas dos años desde aquella manifestación en la que aunaron sus esfuerzos por la defensa de la españolidad de esta tierra, el partido estatal ha partido peras con la agrupación foral a resultas del apoyo prestado por estos últimos a la aprobación de los presupuestos del estado del partido gobernante. Muchos han visto (y no hacía falta tener vista de lince para ello) que el sustento de las cuentas en el hemiciclo era el pago de los
diestros navarros al favor de los siniestros en la regalada formación del ejecutivo y la alcaldía tras las últimas elecciones autonómicas y municipales.

A los tímidos trasvases que han comenzado entre ambas formaciones, se añade la incertidumbre de dilucidar quien se erigirá en líder y cuál será la diferencia entre sus respectivos discursos. Me da la impresión de que el problema, más que de ideologías, será de poltronas.

No parece que la marca electoral de la derecha foral vaya a escindirse entre moderados y extremistas, entre conservadores moderados y Guerrilleros de Cristo Rey, aunque puede que si no cosechan un buen resultado en los próximos comicios, la ausencia de escaños a repartir, propicie una lógica separación entre ambas sensibilidades.

P.D.

Con este trasiego parlamentario, la
UTE de Nabai tiene muchas posibilidades de proclamarse primera fuerza política, pero me temo que seguirá sin posibilidades de gobernar. Mucho cambio para que, tras los pactos post electorales, todo continúe igual. ¿E IU? ¡Uyyyyy...!

En Pamplona/Iruña a 8 de diciembre de 2008
Juanito Monsergas

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