sábado, 4 de abril de 2015

DAR CERA


Parece ser que una exigua manifestación atea celebrada en la madrugada del jueves pasado ha precisado la intervención de nuestra policía municipal que, en fechas tan señaladas, no ha tenido reparo en identificar a sus participantes, detener a alguno de ellos y “dar cera” al resto de congregados. Hace poco menos de un año, nuestros gloriosos y aguerridos gendarmes pamploneses también intervinieron imputando a siete jóvenes un “presunto delito contra el sentimiento religioso” por parodiar una procesión de semana santa y quemar un muñeco.

Se ve que los agentes consistoriales desarrollan un celo especial cuando se trata de reprimir manifestaciones iconoclastas o simplemente desafectas con el catolicismo rampante que inunda nuestras calles todos los años por estas fechas. Hay que emplearse a fondo y por lo visto no tenemos derecho a expresarnos los que no comulgamos con la estomagante sesión de inacabables repiques de campanas, no decimos amén en las interminables procesiones que colapsan las estrechas callejuelas del Casco Viejo o nos negamos a “disfrutar” por sexagésima vez Ben Hur, Los Diez Mandamientos, María madre de Jesús, Barrabás, Noé, La pasión de Cristo, Fray Junípero, Santa Teresa, Triduos Pascuales varios, Vía Crucis a tutiplén y todos los bodrios que ha hecho Hollywood sobre la Biblia y el Imperio Romano.

Pero bueno, volviendo al tema de las procesiones ateas, sorprende el ardor con el que las fuerzas del orden de la alcaldía reprimen una testimonial protesta de apenas docena y media de vecinos que, pacíficamente y a unas horas intempestivas que no trastocan el orden ni las innumerables expresiones de la secta católica, intentando expresar su desacuerdo con una tradición tan irracional como extemporánea y que hubiera pasado completamente desapercibida si no fuera por la represión ejercida.

No estaría de más que el diligente cuerpo tomara nota de la cera derramada por los navarros de pro_cesión, cuya erradicación les cuesta a los empleados municipales durante varios días no pocos esfuerzos y a los vecinos y comerciantes de la zona ver cómo su limpieza acarrea que nos pongan fachadas, escaparates y portales “como un dios”. Y ya de paso, el resto del año, dejarse ver en todos y cada uno de los fines de semana, cuando el vecindario tenemos que soportar a las hordas de vociferantes y molestos tufarras nocturnos, a los que, por lo visto, no consideran motivo de su atención y quehacer.


Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario