miércoles, 25 de noviembre de 2015

ABOGADO DEL DIABLO


A pesar de tener la sensibilidad de un limaco para el tipo de “perfomances” que gente como Abel Azcona considera arte, de que me parece que el objetivo de su exposición para llamar la atención sobre ciertos aspectos indeseables de nuestra sociedad no ha surtido el efecto de “despertar las conciencias” que, supongo, pretendía y que ha tenido el efecto contrario, insuflando indignaciones no sólo en los círculos más integristas e intransigentes del catolicismo sino también en personas cabales, de buen corazón y honestas, que también las hay entre los seguidores de la fe cristiana, no me resisto a hacer una pequeña consideración al respecto de la polémica que ha revolucionado la opinión pública pamplonesa.

Y digo yo si los indignados que, en pleno siglo XXI con el genoma humano prácticamente descifrado y la línea evolutiva que nos ha traído hasta nuestra consideración de homo sapiens sapiens casi resuelta (aunque a alguno le cueste creerlo), han acudido a la plaza que corona la avenida Carlos III y de cuyo nombre no quiero acordarme a rezar el santo rosario como acto de desagravio ante el uso sacrílego que el artista de marras ha hecho de la sagrada forma, se han sentido ultrajados cada vez que ha trascendido (o hemos conocido, sin tener que rebuscar demasiado en nuestro pasado) el carácter degenerado de aquellos sacerdotes que, muchas veces amparados en su estamento eclesiástico, abusaban con impunidad de ingenuos e inocentes chavales haciéndoles un daño irreparable. Ellos no sólo administraban el “cuerpo de Cristo” sino que además lo consagraban. ¿Alguna vez se les ocurrió hacer una misa de desagravio por la maldad demostrada y el trastorno infligido por personajes tan depravados?

Hacía tiempo que la sociedad pamplonesa no se rebotaba tanto por un acto público, con lo que el artista puede pensar que su “creación” ha sido un éxito. Nada más lejos de la realidad. Por mi parte no me despierta el menor interés. Hubiera preferido haber asistido a la actuación de Josephine Baker. Esa si que fue rompedora.

Suyo afectadísimo, Juanito Monsergas


No hay comentarios:

Publicar un comentario