miércoles, 28 de septiembre de 2016

MOVILIDAD Y BICICLETAS


Motivado por la Semana de la Movilidad que el Ayuntamiento ha organizado recientemente y debido a que el uso de la bicicleta resulta más dinámico, moderno y eficaz que la simple tracción pedestre, he decidido retomar mi casi abandonada condición de ciclista, a pesar de que el consistorio de la participación ciudadana y el cambio político no haya mejorado un ápice el caótico carril bici que padecemos en esta muy noble, muy leal y muy chiripitifláutica ciudad de Pamplona.

Como, parece, no es necesario conocimiento alguno para pedalear por nuestras calles, intento recordar aquellos consejos que me diera mi padre la primera vez que conseguí mantenerme en equilibrio sobre dos ruedas: hay que circular por la derecha de la calzada, respetando el sentido de circulación de las vías y los pasos de peatones. Indicar al resto de los vehículos cuándo se va a girar y alertar con el timbre a quienes no perciben nuestra presencia.

El uso de la bicicleta se ha extendido mucho (a menudo se ven familias enteras,,, ¡sólo le falta bici al perro!) y parece que no todo el mundo se ha enterado de que las calles tienen una dirección, que las señales hay que cumplirlas, que no se puede ir por las aceras como si estuvieras en el circuito de Los Arcos, que hay que respetar los semáforos y pasos de cebra, que en zonas peatonales, como su propio nombre indica, el que tiene prioridad es el peatón y que no se debe ir pegado a la pared a menos que se quiera arrollar al personal cuando sale del portal de sus casa, de una tienda o al doblar una esquina.

Nunca he entendido por qué a los cicloturistas no se les hace una pequeña prueba de conducción, se les da un permiso para usar el ecológico vehículo y se les exige un seguro de responsabilidad vial. 

Suyo afectadísimo, Juanito Monsergas


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