lunes, 12 de noviembre de 2007

DUDAS


No albergo la menor desconfianza de la bondad en las intenciones del Vaticano al hacer coincidir la beatificación de medio centenar de curas y monjas asesinados durante la guerra civil, con la aprobación de la Ley de Memoria Histórica promovida por el gobierno español. Lo mismo que no albergo sospechas de que, la Conferencia Episcopal tenga algo que ver en ello.

Tampoco tengo recelos en la calidad humana de los bendecidos, a los que supongo unas cualidades de bondad y abnegación incuestionables, ni de su carácter especial, que las distingue del resto de muertes que sembraron las trincheras y cunetas durante la contienda y de las que vinieron después.

Seguro que durante su corta o larga trayectoria, todos hicieron méritos suficientes, auxiliando a los desfavorecidos, predicando la humildad, ayudando a impartir justicia, cooperando en pos de la concordia ciudadana, dedicándose a la oración, al recogimiento y a no meterse en política ni en asuntos terrenales, a no obligar a nadie en asuntos de fe y a seguir la senda de las sagradas escrituras despreciando el odio, la venganza, el abuso, la avaricia y la maledicencia.

Probablemente sea la herencia de aquel pío espíritu el que ilumine a la Curia en el rechazo al resarcimiento de los perdedores, evitando así reabrir viejas heridas que enturbien la paz de la grey. Por que ¿Acaso hay alguien que Cope mejor aquellas cualidades que la voz de los querubines que cada mañana clama en las ondas para iluminarnos el camino? A mí no me cabe ninguna duda.

En Pamplona/Iruña a 12 de noviembre de 2007
Juanito Monsergas

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