A tenor de las informaciones que nos llegan últimamente por la prensa, está claro que las campañas de sensibilización y el carnet por puntos no son suficientes para impedir que los ciclistas sean arrollados, los automóviles se accidenten y las personas seamos atropelladas en las calles.
Una infracción, un despiste o un alarde aderezado de alcohol, pueden ocasionar graves siniestros que, a la postre, se nos antojan evitables. Y sin embargo...
El coche ha invadido el espacio vital, marca nuestra existencia y es máquina imprescindible que no podemos dejar de alimentar. Signo de status social, refugio rodante y caballería devoradora de recursos a un tiempo, los accidentes automovilísticos parecen tributos que el dios-car exige a los humanos por dejarse utilizar.
Deberían llevar una leyenda, siempre visible, que dijese: “Esta media tonelada de chatarra, acelerada por el carburante, puede ocasionar la muerte, tetraplejía, amputación o heridas graves a usted y a quienes le rodean”.
Lo veo más necesario que la propaganda anti tabaco.
En Pamplona/Iruña a 13 de agosto de 2008
Juanito Monsergas
Ahora que ha explota la burbuja inmobiliaria, podríamos aprovechar la mecha y encender la automovilística. Seguro que nuestros sesudos protectores no han caido en ello.
ResponderEliminarSaludos.