Los monos han asaltado una comisaría en Agra (India) y los efectivos allí destinados han tenido que pedir refuerzos para repeler la agresión, que se ha saldado con numerosos destrozos. En octubre pasado, el teniente alcalde de Delhi fue víctima, también, de una banda de primates salvajes.
Su ofensiva se ha demostrado eficaz táctica y organizativamente, pero como todavía no hablan, desconocemos la razón de su embestida.
La sublevación contra el orden establecido y la autoridad denota, en contra de lo que algunos bien pensantes defendían, que la violencia ajena a la reproducción y el sustento, no es patrimonio del hombre sino que está implícita en la naturaleza.
Rebelarse contra la policía, en tanto que guardián del poder, corrobora la necesidad de abatir al líder para la imprescindible renovación genética que asegure la supervivencia de la especie.
Hay que derrocar al jefe. Es lo natural.
En Pamplona/Iruña a 20 de agosto de 2008
Juanito Monsergas
¡Qué alegría ver que todavía queda alguien con ganas y fuerza para rebelarse!
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