lunes, 16 de febrero de 2009

La hoz y el hisopo


Tras el intento del (socialista) presidente del Congreso de colocar una placa conmemorativa a una santa en el hemiciclo y los continuos paños calientes que aplica el gobierno (socialista) de este laico Estado a la jerarquía vaticana, el alcalde de Zaragoza (también socialista) pretende ponerle a una calle el nombre del fundador del Opus Dei.

Aduce el seguidor de Pablo Iglesias que el conde de Peralta fue “uno de los aragoneses más importantes de la segunda mitad del siglo XX”, que “una calle no se pone por consenso sino por méritos” y que “un santo tiene méritos, nada menos que eso, ser santo”.

En mi humilde razonar, si un mérito no está consensuado ya empieza a ser dudoso, como dudosos son los merecimientos del que fue consejero espiritual del Caudillo y Pinochet: colaborar en regímenes totalitarios, construir una secta mafiosa para controlar a sus adeptos acumulando poder y riquezas e infiltrarse en la curia romana, precipitando a la iglesia católica por la pendiente del integrismo más reaccionario.

Por la misma regla de tres podía haberle otorgado la calle al generalísimo Franco, que ese si que fue importante y decisivo en la España del siglo XX. Seguro que entre sus amistades, no faltan quienes lo consideran digno de tal encomio.

Comoquiera que numerosos correligionarios del insólito edil izquierdista han mostrado su perplejidad, vergüenza e indignación por su actuación, no me extrañaría que cabeza tan selecta, imparcial y consecuente (como no podía ser menos viniendo de donde viene) alumbrara un nuevo partido, el PSOEZ: Partido Sociolisto Obscenamente Esperpéntico de Zaragoza. Y a gobernar por hisopos.

Suyo, afectadísimo
Juanito Monsergas

2 comentarios:

  1. llevan Camino de ser no sólo obcenamente esperpénticos, sino hasta P -soeces
    que se vayan a ver Camino
    ferran

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  2. Mi teoría es que el franquismo no desapareció con su caudillo. Tantos años de paz, trabajo y otras mentiras trajeron estos estomagos agradecidos a sus santos benefactores y de ahí que ahora quieran agradecer los favores recibidos, preparándose así, además, el futuro eterno. ¡Qué Dios les bendiga! Con alcohol isopropílico que límpia mucho y se evapora pronto. ¡Me cago en la!

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