LOS AUTOS LOCOS

Causa estupor el cuajo de la clase política foral, en cuyo vocabulario nunca se conjuga el verbo dimitir, pese a las pifias que, con inusitada resignación, vamos descubriendo los habitantes de esta comunidad.

Resulta que nuestra grandiosa Sociedad de Desarrollo de Navarra, SODENA, con sus flamantes cinco directores generosamente remunerados y a quienes se les supone una preparación y agudeza mercantil fuera de lo común, compraron en el año 2002 treinta y dos coches y seis motos antiguos por el nada despreciable precio de 991.000 euros y que ahora han conseguido liquidar por 850.000.

Lo llamativo del asunto no es que las arcas forales hayan perdido 150.000 euros en la operación, que si tenemos en cuenta la variación del IPC en estos doce años se contabilizan unas pérdidas  que rayan el medio millón de euros, si no que los vehículos se compraron con el estrambótico afán de montar un museo del automóvil. Imprescindible, como todos podemos entender y que, pasados los años, se desechó “incomprensiblemente”.

Hubiera sido más rentable comprar 150.000 kilos de pimentón para montar el Museo del Chorizo Navarro, que ahí sí que habríamos dado la talla.

Suyo afectadísimo, Juanito Monsergas.