sábado, 3 de mayo de 2014

PETULANTE

 
Con aires de grandeza y arrogante,
andares altaneros de hombre recio,
regala su egoísmo como un necio
henchido de insolencia, el petulante.

Un día se pensó que era importante
y amañó la memoria con desprecio.
Su eminencia rebosa menosprecio,
pronto asoma la vena intolerante.

Ofrece su desdén como alegato,
digno blasón de prominente chulo,
a la postre cartel de mentecato.

Y aunque intente mostrar con disimulo,
si la ocasión precisa de recato,
a nadie engaña su razón de mulo.

¡A tomar por el culo!
pues si quieres amigo o enemigo,
claro lo digo: no cuentes conmigo.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas


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