lunes, 28 de enero de 2008

BENDITAS BESTIAS



Con pía devoción acuden, como cada 17 de enero festividad de san Antón, los aldeanos con sus bestias a cumplir el rito de la bendición que les reporte salud y prosperidad a los ganados y buenas cosechas a los sembrados.

Fueron los frailes franciscanos los que instauraron la costumbre de ungir a los animales, dada la inclinación del beato por la naturaleza, donde descubrió la grandeza de la obra divina observándola.

En las ciudades, cada día más alejadas de las tradiciones rurales, la conmemoración no relumbra lo que debiera ante la falta de cabaña y, aparte de alguna mascota adornada con lazos y trapitos, apenas acuden a recibir el agua asperjada por el hisopo sacerdotal.

No es de extrañar que el oficiante, intentando mantener una dignidad que se derrumba, proclame: "Por favor, no traigan los peluches a bendecir".

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