lunes, 21 de abril de 2008

EN HEDOR DE SANTIDAD


El padre putativo de todos los católicos está de gira por los USA, desplegando su circo mediático de boato y fantasía. Allí ha departido con el presidente estadounidense, campeón de los daños colaterales, adalid del embuste y supremo terrorista, en franca camaradería. La cabeza del mundo espiritual mano a mano con el líder terrenal. Nada ha quedado fuera de su jurisprudencia.

Hisopo en mano, el santo padre ha bendecido el vacío de las Torres Gemelas y ha rezado ante una florida multitud de sotanas, uniformes y very important people engalanados. Hasta le han puesto un coqueto reclinatorio para dar crédito de sus plegarias a un dios sordo, mudo e inane que tanta infamia permite en este bárbaro, injusto y cruel mundo.

Ante 60.000 personas ofició la liturgia donde sólo faltaron las animadoras de vistoso pompón, graciosas piruetas y divinas piernas. Pidió perdón por los abusos sexuales que sus soldados de la fe infligieron a inocentes criaturas, sin querer percatarse que la semilla de la perversión goza de tan buena salud en aquellos que se niegan una sexualidad sana y natural.

¿No hay una eminente universidad que, reconociendo su caradura moral, le otorgue la cátedra de doctor horroris causa?

En Pamplona/Iruña a 21 de abril de 2008
Juanito Monsergas

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