martes, 28 de abril de 2009

PLACAS CONMEMORATIVAS


Seguramente, nuestra alcaldesa y más que probable presidentera del gobierno floral navarrro
, sea de las que piensa que el tamaño no importa. Tal afirmación viene avalada por la desproporción en el otorgamiento de las placas conmemorativas de la muy ilustre, muy noble y muy leal ciudad de Pamplona.

Me refiero a la plancha grabada, de casi metro y medio de largo por uno de ancho, que corona la entrada del parking por el lado de la Plaza del Castillo y que reza (nunca mejor dicho): “En este lugar -para siempre bendito- el día 21 de septiembre de 1946- año de Santa María- con el viejo rito que coronaba en la catedral a nuestros reyes fue coronada reina de Navarra nuestra Señora del Sagrario” instalada al socaire de la conversión de nuestro “cuarto de estar ciudadano” en el maravilloso parking que todos (pamplonicas y foráneos), previo pago, podemos disfrutar.

Igual no tiene mucho que ver (o quizá si...) la comparación con la chapita de 30x20 centímetros que recuerda a los 298 fusilados en la Vuelta del Castillo y que, aún deberemos agradecer haberla bajado a la altura de la vista, ya que hasta hace bien poco, era necesario escalar los cuatro metros de muralla que la separaban del suelo para descifrar su contenido.

Por lo visto es más importante para la ciudad el "homenaje mariano" en plena efervescencia nacional-católica otorgado por las autoridades a los diez años del glorioso alzamiento del invicto caudillo, que la memoria de las cerca de trescientas personas asesinadas por el intolerable pecado de defender con la palabra la legalidad de las urnas. E incluso ni siquiera eso, sólo por ser sospechosas de albergar ideas contrarias a los militares golpistas colaboradores de Hitler y Musolini.

Suyo, afectadísimo: Juanito Monsergas

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