En estos días confusos en los que se
empeñan en darnos cifras de contagiados sin saber cuántos hay,
puesto que no se hacen pruebas de diagnóstico ni a los asintomáticos
ni a quienes los presentan, que nos tratan como a niños sin querer
decirnos hasta cuándo vamos a estar encerrados, que el gobierno saca
el ejército a la calle para combatir al microbio, que a quien se salta
el confinamiento se le reduce como si fuera Jack el Destripador y que
las mascarillas caseras pasan de ser una muestra de solidaridad a
considerarse inútiles para acabar siendo obligatorias para toda la
población, aunque de manufactura autónoma...
“Quédate en casa” nos repiten y
repetimos como mejor manera de colaborar en evitar el contagio del
nuevo virus. Ahora más que nunca necesitamos una casa y no todo el
mundo, ni siquiera en nuestra civilización occidental, la tiene. No
me cabe la menor sospecha de que los bancos, que tan generosamente
han sido rescatados, no tendrán ningún inconveniente en ceder sus
propiedades embargadas al Estado para que se haga una gran Banco de
Viviendas Sociales. ¿Desconfía alguien de que la iglesia católica
pondrá también todos sus seminarios, residencias y locales
eclesiásticos a disposición de los necesitados?
La crisis económica que vamos a tener
que afrontar cuando se vuelva a la actividad va a dejar a muchas
personas sin recursos indefensas. Confío plenamente que, los
adinerados y los titulares de cuentas en paraísos fiscales, que tan
generosos y solidarios se han mostrado en esta crisis sanitaria, no
vacilarán en recortar un poco sus plusvalías para garantizar una
renta básica para toda la población.
Ahora más que nunca se hace necesario
estar conectados a través de internet, fomentar la comunicación en
las redes, el teletrabajo, la educación a distancia, el comercio
online... ¿Alguien duda de que la administración suplirá esta
necesidad poniendo en todos los hogares una conexión a internet gratuita y un
dispositivo a cada uno de nosotros para que nadie quede aislado?
Y hablando de todo un poco... ¿Cuál
es el sueldo de un héroe?
Creo que esto también ha sido un sueño como el de la lámpara de aceite
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