sábado, 22 de septiembre de 2007

DETEXTABLES LIBROS DE TESTO


Los padres que acostumbréis a asesorar y revisar las tareas escolares de vuestros retoños, quizás os hayáis cuestionado alguna vez, mientras hojeáis las unidades didácticas de los libros de Educación Primaria.

¿Por qué los libros de texto son el patito feo de las grandes editoriales? y, casi con seguridad, os habréis contestado la lógica respuesta: porque les proporcionan los mayores beneficios con la mínima inversión.

¿Cómo, si no, se explica que sea prácticamente imposible hallar una errata en las primorosas ediciones de cuentos de Anaya y, sin embargo, en los libros de Lengua para 5º y 6º ni por equivocación se acentúe el adverbio “sólo”, ni siquiera en el tema que versa precisamente de la tilde?

¿Cómo es posible que el refinado esmero con que Vicens Vives elabora ediciones juveniles contraste con una bofetada a la Gramática, enmarcando en un recuadro azul para recalcar la memorización: “El imperativo es un tiempo verbal”?. A propósito de tamaña abominación, el año pasado dirigí una indignada misiva a los responsables de dicha editorial, de la que obviamente han hecho caso omiso.

Me gustaría, desde aquí, hacer una llamada de auxilio no sólo (adverbio) a los directivos de tales editoriales, para recordarles su responsabilidad al elegir coordinadores y correctores, sino también a los divinos académicos de la Lengua quienes, en mi opinión, deberían disponer de un departamento para el asesoramiento y revisión de los textos educativos pues, para “limpiar y dar esplendor” hay que empezar por la base: la didáctica escolar. ¡Brillante futuro le espera al castellano! (*)

No quiero extenderme en el campo de las matemáticas, donde los inocentes escolares encuentran de vez en cuando planteamientos de problemas cuya resolución es imposible, pues el enunciado podría estar extraído de un diálogo de los hermanos Marx. Mejor lo dejo para otro día.

Gracias a todos. ¡Salve y que ustedes lo pasen bien!

(*) Por favor, ilustre Victor García de la Concha, de quien aún rememoro las magistrales clases de literatura española en la Universidad de Zaragoza, desciende tu áurea diestra hasta los mortales escolares y con tus tragantes laureles líbrales de estos desmanes. ¡Y que las musas te asistan en el empeño!

Lolita Calamidad
21/09/2007

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