lunes, 29 de octubre de 2007

¿ES JUSTO QUE SIGA LIBRE ESTE AGRESOR?


En la edición de El País del 28 de octubre, se recogen distintas consideraciones sobre las medidas aplicadas al agresor del tren de Barcelona y cuyas imágenes se han podido ver profusamente. Se dice que “pese al inmenso rechazo social generado, no ha merecido la prisión preventiva.” y que para los jueces es “una respuesta judicial correcta”.

No deja de sorprenderme que los golpes, los insultos, la vejación sexual, el abuso de poder, lo gratuito de la agresión, la condición de preeminencia sexual del atacante (o por lo menos eso se cree él), el nulo arrepentimiento del que hace gala, y el hecho de que la víctima sea prácticamente una niña, tengan por respuesta tan nimia condena: “una multa de dos a seis días de localización” (en caso de falta) o “una condena de dos años con suspensión de pena” (si se considera delito).

Tampoco pienso que le sirva al gurdo energúmeno su paso por el talego para inculcarle las más mínimas normas de convivencia ni para que entienda la responsabilidad de sus actos, pero creo que una agresión así no puede quedar en agua de borrajas, máxime con el circo mediático que se ha montado.

Es precisa una sentencia correctiva y ejemplar que repare y escarmiente. ¿Qué tal un año de prestación social (como asistente doméstico) en un penal ecuatoriano de mujeres? Si hay que pagarle el viaje yo doy 20 euros.

En Pamplona a 29 de octubre de 2007
Juanito Monsergas

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