miércoles, 12 de marzo de 2008

PAVIMENTOS


No estimaron conveniente los próceres urbanitas municipales homologar el pavimento de las calles Chapitela y Mercaderes al resto de calzadas del Casco Antiguo, dejando de instalar en su tramo central el genuino bloque pétreo, hurtado antes de la dura Batalla del Adoquín, durante la 1ª Fase de la peatonalización del barrio.

Como queriendo demostrarse a sí mismos lo acertado de su decisión, siguen empecinados en cambiar las losas que pertinazmente se empeñan en resquebrajarse bajo el peso del tráfico rodado, horadando montes y vaciando canteras en su desmedido e inútil tesón. Vana porfía.

Pero como a este consistorio que nos ha tocado en gracia obstinación no le falta, quizás opte finalmente por el arreglo barato y duradero aplicado para similar problema en la Plaza del Castillo: el petacho de cemento.

Mientras, la Plaza de Toros, la de Calderería (acceso al Centro de Salud) y la de Compañía no han podido gozar de la popularidad que despertó el suelo de similares características del Balú Arté. Pedrusco rugoso de penosa confección y peor colocación, ausente de rigor y de nivel, aguarda estólido quien lo sustituya, quien sabe si alentado por un ilustre tullido que airee la insufrible utilidad de conseguir un tortuoso caminar, un lacerante paseo y un incómodo recorrido: ¡Penitenciágite!

En Pamplona/Iruña a cuatro de octubre de 2007
Juanito Monsergas

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