domingo, 29 de junio de 2008

EL HORROR


Venciendo la náusea que me provoca la noticia, leo horrorizado el juicio que se sigue estos días contra cuatro personas acusadas de abusos a niños de 1 a 5 años.

A la espera de que la justicia dictamine sentencia, lo cierto es que los delitos de pederastia causan una alarma social justificada, que ha llevado a algunos afectados a promover la petición de cadena perpetua para estos casos. Aún así, nada ni nadie va a restaurar en los pequeños la ruina provocada por semejantes monstruos, a los que muchos consideramos irrecuperables.

Alguno de ellos ha dicho que estaría dispuesto a someterse a castración química, no obstante cabría preguntarse si la maldad de su inhumano crimen reside en los órganos sexuales o en sus podridos cerebros y si especímenes tan degenerados pertenecen siquiera a la categoría animal. Quizá su sitio esté en el reino vegetal y a tal estado debieran ser reducidos.

De cualquier forma, dada la reincidencia de muchos de ellos, la justicia está obligada a controlarlos incluso cuando hayan cumplido una pena que, seguro, resulta insuficiente.

Por mucha terapia de rehabilitación que sigan, no sé cómo se puede continuar viviendo con semejante carga. Si fueran mínimamente conscientes del mal infligido se convertirían en sus propios verdugos.


En Pamplona/Iruña a 27 de junio de 2008
Juanito Monsergas

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