domingo, 29 de junio de 2008

PERDER LA CABEZA


Había pasado unos días en otra ciudad y conocido a una moza con la que pronto descubrí tener mucha química, bastante física y un buen puñado de ciencias naturales.

Cuando la despedida se hizo inevitable y la llevaba a su casa en mi flamante coche, aún paramos a echar unas confidencias en barras de música recia.

Agotada la prórroga, nuestra percepción espacial nos hizo un quiebro despistándonos del lugar donde habíamos aparcado. De nada sirvieron cábalas ni búsquedas, al final hubo que poner una denuncia. Tardaron dos días en localizarlo.

¿Cabe mayor romanticismo que los amantes olviden dónde dejaron el coche para compartir dos noches más de amor?

Por lo visto sí: en comisaría, delante nuestra, alguien había perdido una grúa.

En Pamplona/Iruña a 29 de junio de 2008
Juanito Monsergas

No hay comentarios:

Publicar un comentario