martes, 19 de junio de 2007

*CON_VIVENCIA / SIN_VIOLENCIA

Tras el gratuito y traidor atentado en la T4 de Barajas, las declaraciones de políticos, politólogos, tertulianos, columnistas y un largo etcétera de opiniones a cual más exacerbada, saltan a la palestra para situarnos a la ciudadanía en la tesitura correcta con respecto al llamado proceso de paz, iniciado por el gobierno del PSOE.

A falta de una declaración de la organización armada adecuando la argumentación a su posible justificación (o no), este atentado supone una nueva vuelta a la actividad armada, dejándole al interlocutor gubernamental con el culo al aire y en una situación con escaso margen de maniobra, en la búsqueda de una salida dialogada para el fin de la violencia.

La tibia reacción de HB tras este último atentado, no hace presagiar, precisamente, que el discurso de "utilizar exclusivamente las vías del diálogo para la solución del conflicto" vaya a ser otra cosa que papel mojado y seguir diciendo amén a ETA, retrotrayéndonos a posiciones anteriores al punto de inflexión que supuso el brutal atentado islamista del 11-M.

El principal partido de la oposición, tras un irresponsable, mezquino, oportunista y electoralista discurso de enfrentamiento civil durante los nueve meses que ha durado la tregua, emerge pletórico como si el triunfo de ese enfrentamiento, no nos fuera a dejar otra cosa que muerte, sufrimiento, miedo y familias rotas por la desesperación y el hastío.

Y mientras tanto, los ciudadanos y ciudadanas de a pie, nos vemos inmersos en una diatriba de soflamas incendiarias a cual más excluyente, que nos empujan al enfrentamiento civil, al palo y tentetieso y a la nefasta e imposible tarea de aniquilar al contrincante.

Quizá sea ahora más necesario que nunca buscar entre los distintos agentes políticos las voces mesuradas, las opiniones razonables, los discursos integradores, los que resaltan las cosas que nos unen y los que no cierran la puerta a alcanzar normas que nos permitan vivir juntos sin que nos abramos la cabeza unos a otros.

Apostemos por el diálogo una y mil veces, si fuera necesario y atraigamos al debate parlamentario a todas las voces políticas, para que de una vez por todas hablen las bocas y callen las armas, porque a la postre, no hay otra forma de convivir que ponernos de acuerdo entre todos.

Es hora de que, para solucionar nuestras diferencias, utilicemos lo que tenemos encima del cuello y no debajo del ombligo.

En Iruña/Pamplona 7 de enero de 2007
Juanito Monsergas

No hay comentarios:

Publicar un comentario